Lamar había invitado a Gringo a una "salida de amigos",lo cual en realidad era una cita,para pasar más tiempo juntos.
Tenía todo preparado, primero iban a pasear por la feria y comer en algún puesto de allí, después se iban a ir a la playa para hablar ya más tranquilos, luego iba a ir a un badulaque para comprar frituras y dirigirse a una montaña para ver las estrellas y él se iba a declarar ahí.
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Hasta ahora su plan iba bien,estaban en la playa sentados en la arena hablando sobre la mafia,vidas personales y contando anécdotas.
Luego de un largo rato se levantaron y fueran a una tienda que tenían cerca,pero como la suerte de Lamar es pésima vinieron unos tipos y empezaron a atracar el badulaque usándolos de reenes con algunas personas más que ellos habían traído.
La policía había tardado en llegar ya que al ser de noche se cometían más crímenes que nunca, aunque normalmente no eran robos a tiendas,pero siempre estaba el gilipollas de turno que tenía que hacer algo diferente.
Estuvieron allí encerrados más de una hora ya que los picoletos se negaban a cumplir las exageradas peticiones de los atracadores.
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Luego de salir tenían hambre ya que debido al atraco sopresa no pudieron comprar nada y no tenían ganas de ir a otra tienda para que pase lo mismo.
Gringo rechazó rotundamente ir a su última parada así que se tuvieron que ir a la mansión por petición del de la cresta de rastas.
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Al llegar se pararon en la puerta porque el de rastas cogió el brazo del contrario decidido a declararse aún si no fuera en el lugar que tenía pensado.
—Gringo,me gusta— habló suave y con la cabeza media gacha ya que sentía la miraba de su compañero clavada en él. Estaba esperando una mala reacción o algo pero lo único que escuchó fué la típica risa de Gringo dejándolo confundido.
—Me hubieras dicho una cosa menos obvia— Habló mientras cogía su cara para que lo mirara fijamente a los ojos,sin poder reaccionar sintió cómo lo besaba y aunque no estuviera tan cuerdo por el sueño que se cargaba correspondió el beso.
—Lo tendrías que haber dicho y ya,ni hacía falta invitarme a una gran cita perfecta— dijo después de separarse del beso,para plantarle uno nuevamente sólo que más corto y sin decir nada más entró a la sede dejando a un muy sonrojado Lamar en la entrada.
