28. My boyfriend

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Por fin eran finales de agosto y concluía la última práctica antes de la competencia.

— ¡Eso es todo!, pueden asearse para ir a casa, lo hicieron bien.

—¡Trabajaremos duro, Capitán! —gritó el conjunto luego de dar una reverencia e disponerse a irse cada uno por distintos caminos.

—¡Capitán! —Escuchó oyó el llamado de su entrenador.

Tomó de la botella de agua que tenía en su kit —Sí, el que le había dado su osito,—y se dirigió donde estaba su entrenador sentado en las gradas.

—Hiciste un gran trabajo hoy, hijo. —sonriendo le palmeó la espalda— Sabía que había hecho bien en ponerte a cargo.

El porrista se avergonzó por el halago. —Gracias, entrenador. Lo haremos bien mañana.

Vió al hombre negar ligero y frunció el ceño, confuso. — Hijo; ganen o pierdan ustedes saben el esfuerzo y sudor que ha puesto cada uno en esa presentación, tú como capitán y ellos como tu equipo. Quiero que se diviertan, no vayan presionados por el premio; solo vayan, demuestren su arte y lúzcanse. Ustedes ya son los ganadores para mí y todos aquí.

Su corazoncito se apretó y sin contenerse se lanzó a abrazar al hombre que le había dado la oportunidad de manejar al equipo, a quien le había cogido un fuerte cariño y respeto; se encontraba tan agradecido. —¡Usted es el mejor, lo haremos bien, se lo prometo! — aseguraba mientras el entrenador reía y le daba palmaditas en la nuca a modo de juego.

—¡Siéndome infiel frente a mis ojos, Jeon Jungkook!

Oyó un grito lo suficientemente dramático para ser tomado en serio.

—¡Tae! —Chilló feliz el chiquito para separarse del adulto y echar correr a los brazos de su hombre plantándole un dulce pico.

—Le soy fiel a Chayanne, no debes preocuparte de nada Kim. —le dijo el entrenador al levantarse y cruzarse de brazos con una sonrisa. Gritando internamente por la muestra de afecto de su unidad favorita.

Kook rió en sus brazos.

—Ya me tengo que ir ¿Ustedes se van juntos, no es así?

Ambos chicos asintieron ante la pregunta del mayor, aún pegaditos en su abrazo.

—¡Oh! —gritó de repente Jungkook— ¡Dejé allá mi mochila! Iré por ella. —Antes de soltarse del pelinegro y caminar tranquilo en busca de sus pertenecías.

—¿Listo para mañana? —Taehyung rió ante la pregunta del entrenador.

—Estoy nervioso. —tembló. —Temo ponerme nervioso y arruinar todo.

Sintió una mano posarse en su hombro y apretar el mismo, brindando apoyo silencioso.

—¡Haz organizado ello una semana entera! Lo conseguirás chico, si realmente es real sucederá. — alentó, ambos viendo como el menor regresaba con todas sus cosas y tomaba la mano de su chico.

Tiene que suceder, porque si no dejo de creer en el amor.

—¿Algo importante? — preguntó curioso el de mechas azules al ver que ambos callaban.

—Le decía a tú varón lo grandioso que será mañana. —respondió el entrenador rodando los ojos al ver como el pelinegro se había quedado embobado mirando al pequeño.

Kook dio pequeñitos aplausos emocionado.

—¡Todo será perfecto, lo presiento!






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6:00AM sonó la melodía escandalosa de su celular, avisándole que debía de levantarse. Renegó internamente mientras la apagaba y giraba hacía el otro lado de la cama saliendo de la pose de "cucharita" donde se encontraba el lindo pelinegro ni inmutado por la alarma. Acarició el rostro pacífico y se acomodó mejor en el cuello del moreno, su suave ropa de pijama dándole calorcito.

Salta sobre mí || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora