Secretos (EN PAUSA)

Capítulo 7

Lía y Elsa llegan a la casa de esta última agotadas. Elsa ha tenido que llevar a Lía apoyada en su cuerpo todo el camino.

Elsa mira primero si su madre o Daniel se encuentran en casa, lo cual sería un problema porque si viesen a Lía llamarían a su madre inmediatamente.

No hay nadie en casa, gracias a dios. Elsa coloca a Lía en una silla que ha llevado al baño y saca de uno de los cajones el botiquín de primeros auxilios.

-¿Dónde te han pegado?-pregunta Elsa, sacando el betadine y el agua oxigenada.

-En la espalda.

-Quítate la camiseta.

Lía obedece y deja la húmeda prenda en el suelo.

-Date la vuelta.

La chica asiente y se dispone a hacer lo que Elsa le ha ordenado.

Esta última se lleva las manos a la boca al ver lo que tiene delante de ella.

-Dios mío, Lía.

Se marea, hay mucha sangre y moratones, parece que un camión ha pasado por su espalda.

-¿Está muy mal?-pregunta Lía, con miedo.

-Mal es quedarse corto, Lía tienes la espalda destrozada, por dios.

Elsa coge una toalla suave esa que su madre nunca usa y que la propia Elsa se encarga de tirar a la basura en cuanto termine con Lía. Moja la toalla con agua fría y la coloca despacio sobre la espalda de Lía, está se estremece ante el contacto del líquido introduciéndose por sus heridas.

Con suavidad Elsa consigue retirar la sangre de la espalda, aunque las heridas todavía no se han cerrado.

Toma el agua oxigenada del botiquín y se prepara para el grito que Lía exclamara en cuanto el líquido toque su espalda.

Y así es, la chica incluso se marea a causa del fuerte escozor que experimenta, Elsa le pasa una toalla para morder, Lía está a punto de rasgar la tela.

Ahora es el turno del betadine, aplica la crema por toda la espalda y finalmente, coge la venda y le venda toda la parte del torso.

Lía no dice nada, simplemente se queda ahí sentada, con la mirada perdida por los azulejos del baño.

Elsa mientras tanto se dirige a su habitación para coger ropa que prestar a Lía, la suya ha quedado inservible. Se pone las prendas, en total silencio y después se sienta en el sillón del salón.

Elsa se coloca a su lado, necesita que responda a sus preguntas.

-¿Estás mejor?

-Sí, gracias.-sonríe.-Gracias por dejarme pasar aquí la noche.

-De nada. Pero a cambio de cubrirte tienes que responder algunas preguntas.

Lía suspira.

-Ya te he dicho que no puedo decírtelo.

-Vale, no tienes que decírmelo todo, pero si todo lo que puedas.

-Está bien. Pregunta.

Elsa se coloca mejor en el asiento y habla.

-¿Dónde te hacen esto?

-No puedo decírtelo.

-¿Por qué te lo hacen?

-Porque les gusta.

-¿Luis te pega también?

-No.