Capítulo 6

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Dana se quiere morir ¿Cómo puede ser que los tres chicos estén en el mismo equipo? Tiene que ser una broma.

Y lo peor de todo es que siente sus miradas  mientras ella se esfuerza por seguir observando la sólida estructura del suelo. Está completamente segura de que cuando acabe el entrenamiento esos dos se acercaran a ella para soltar alguna tontería, lo nota en sus sonrisas divertidas al mirarla.

Necesita ayuda rápida, una excusa para irse de allí, pero algo que no hiera a Héctor, no quiere que parezca que desea no estar ahí, pero…¿Qué puede hacer?

Ah, claro, Marina.

Pesca el teléfono de su bolsillo y marca el número de su amiga. Esta tarda tres tonos en contestar.

-¿Qué pasa?¿Te lo estás pasando bien con el vecino buenorro?

-No, bueno sí, con él sí, pero es que tengo un problema.

-¿Cuál?

-¿Te acuerdas de los chicos que me encontré ayer?

-El tomatito y el del perro.

-Exacto.

-¿Qué pasa con ellos?

-Pues que da la casualidad de que juegan en el mismo equipo que Héctor y están entrenando.

Marina se ríe.

-¡Eso sí que es suerte! ¿Y cuál es el problema?

-Pues que no quiero hablar con ellos.

-A lo mejor no te han visto.

Dana recuerda como han gritado en cuanto la han visto.

-Créeme, me han visto.

-Bueno¿ y qué quieres que haga?

-Que vengas a buscarme como si hubiese una emergencia.

Al otro lado de la línea Marina se queda en silencio.

-Voy para allá, lo que sea con tal de no tener que estar con mi tía.

-Vale, muchas gracias.

-De nada, tomatito.

-No eres graciosa.

-Yo creo que sí.

-Adiós.

Dana cuelga y vuelve a guardar el teléfono.

Cuando levanta la vista los tres pares de ojos la están observando nuevamente.

Que Marina no tarde en llegar.

Marina se coloca el abrigo, coge las llaves y sale a la calle.

El aire fresco de noviembre la recibe y lo agradece, en casa hay un ambiente sofocante gracias a su tía, que se encarga de aprovechar cualquier oportunidad que tiene para conseguir que los padres de Marina discutan.

Camina por la calle casi desierta de gente, tardará unos veinte minutos en llegar al parque, así que necesitara comprar algo que comer, con la prisa que le ha metido Dana ni siquiera le ha dado tiempo a merendar en condiciones.

Marina entra en la primera tienda que encuentra.

Coge simplemente una bolsa de patatas, un refresco y algunas chucherías variadas, una dieta sana.

Paga y se dirige hacia la puerta del establecimiento, justo cuando cruza el umbral se choca contra algo que provoca la caída de sus chucherías al sucio suelo de la calle.

Secretos (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora