5.- En los bosques: El eterno pretendiente que no pretende nada salvo presenciar la naturaleza.
Decidió ir a Rusia a la soledad de los bosques siberianos, quería pasar un tiempo con la naturaleza. Era un lugar muy verde y musgoso, con líquenes y helechos. Frío, pero sin nieve. Bello por donde se mire, con una sensación de paz interior tan grande como su Paraíso en el Cielo. Caminó un buen trecho con una sonrisa en el rostro. Sonrisa que fue borrada por Bugady Musún, diosa local de la vida silvestre y guardiana de los animales, quien venía a proponerle matrimonio, otra vez.
Castiel usó la táctica que aplicaba con la diosa desde hace miles de años: le explicó que si se casaba con él, ella moriría, ya que dejaría de ser la diosa guardiana del bosque y eso la convertiría en polvo. Bugady volvía a lamentarse de su mala fortuna, a pasear con él por el bello paisaje, a conversar sobre las diferentes especies y a respirar la compañía de ese ángel con ojos del cielo.
Asistieron a una osa en el nacimiento de sus oseznos. Un evento muy mágico.
—Cas, ven.
Quería ver al segundo osezno nacer, ya que estaba limpiando al primero: un osito de pelaje marrón muy oscuro que debía ser herencia de su padre, porque la madre era café claro. Este también tenía una franja en el cuello de color claro y...
—Castiel, el destino del mundo está en la balanza, así que ven aquí.
La sonrisa de Castien desapareció. Se disculpó con la diosa, con la osa y el bebé osito y partió en un aleteo.
Días después, apareció de nuevo por el bosque a ver a los oseznos. Eran dos muy hermosos: el primero, el que ayudó a dar a luz, era de color marrón oscuro con una franja en el cuello clara. Se maravilló ver que el segundo osezno, era de color café claro con la misma franja en el cuello. Bugady le explicó que esa era la hembra mientras el oscuro era el macho.
No podían acercarse mucho a ellos, porque en ese período tan vulnerable era peligroso exaltar a la madre, pese a ser ambos seres sobrenaturales y conocer a los animales. Castiel sentía fascinación por esta especie en particular, ya que eran unos osos que no les gustaba la miel. Sí, cosa curiosa, el oso pardo de Yakutia era, preferentemente, carnívoro.
Las abejas estaban a salvo por esos alrededores. Se preguntó cómo estarían sus oficiales abejas y desapareció.
Bugady dio un suspiro y aplicó su poder sobre los ositos, para que tuvieran un sueño reparador lleno de futuro.
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Las Actividades Extracurriculares de Castiel
FanfictionPequeños capítulos sobre las actividades de nuestro ángel cuando no lo vemos.