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Seungmin estuvo toda la tarde del día anterior hablando con Sunbin por mensaje de texto y gracias a eso había descubierto un par de cosas acerca de ella

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Seungmin estuvo toda la tarde del día anterior hablando con Sunbin por mensaje de texto y gracias a eso había descubierto un par de cosas acerca de ella.

Sunbin no estaba estudiando pues realmente no se sentía atraída a los estudios, de hecho, apenas el año pasado había terminado la escuela secundaria y había sido la mejor experiencia de su vida. Le encanta el arte, por eso, trabajar como barista era un sueño hecho realidad para ella. Por último, le comentó que vivía con su papá en un pequeño departamento ubicado cerca de la cafetería.

Ahora que la conocía un poco más se sentía en mayor confianza para alargar sus conversaciones matutinas, siempre y cuando la clientela dentro del local no fuera demasiada.

Pocos minutos antes de ingresar a la cafetería le escribe un pequeño mensaje a Sunbin.

"Buenos días, estoy por llegar, espero que no haya mucha gente hoy T–T"

Finalmente llega a su destino, sintiendo un enorme alivio en el pecho al ver que tan solo hay dos personas al interior, que además vienen juntas.

—Buenos días —le saluda Sunbin apenas lo ve entrar. Él le regresa el saludo con el mismo entusiasmo.

Sunbin pareciera estar preparando algunos pedidos, pero considerando que los dos clientes ya tienen sus compras en la mano, solo se le ocurre pensar que se trata del suyo.

Se acerca al mostrador para hablar con Sunbin, pero al verla tan ocupada decide esperar un par de segundos. Luce bastante tierna estando tan concentrada.

Oh, Seungmin, no nos quedan rollos de canela, ¿quieres una media luna en su lugar? —asiente rápido.

Pero entonces nota algo extraño. Sunbin tiene dos enormes ojeras y sus labios están bastante secos. Tal vez la pobre tuvo una mala noche y le preocuparía que eso fuera su culpa, pues estuvieron mandándose mensajes hasta casi las dos de la mañana.

—¿Qué tal dormiste anoche? —pregunta para sacarse la duda de encima.

—Bastante bien, si te soy sincera, ¿y tú? Aunque me preocupé un poco porque ayer hablamos hasta muy tarde y no me gustaría que tengas sueño durante tus clases.

La respuesta lo desconcierta, pero decide ignorar aquello, al fin y al cabo ella también se ha quedado hasta tarde la noche anterior.

—No te preocupes, dormí como un bebé.

Ambos ríen tras la respuesta de Seungmin.

Mientras tanto, Seungmin se queda atento a los movimientos que Sunbin ejerce en la máquina del café. Es rápida y en cuestión de segundos, ya ha preparado un café.

—Aquí tienes tu latte y enseguida te daré tu medialuna.

Le sorprende que aquel café que estaba preparando fuera el suyo, pero en el fondo lo agradece enormemente. Así mismo, saca su dinero para pagarle.

Sunbin deja sobre el mostrador una bandeja plástica con la medialuna en el interior, un par de servilletas sobre la misma bandeja y recoge el dinero para guardarlo en la máquina registradora.

—Muchas gracias —Seungmin toma su desayuno, haciendo una pequeña reverencia —Ten un buen día, ¿hablamos durante la tarde?

—Claro, te escribiré luego. Que te vaya bien, Minnie.

El corazón de Seungmin se acelera apenas es consciente de que Sunbin ha creado aquel apodo para él. Le encanta que lo llame así, desearía escucharlo mil veces viniendo de ella.

No le cuesta admitir para sí mismo que en las casi dos semanas que lleva viniendo a la cafetería, ha empezado a experimentar una ligera atracción hacia Sunbin. Le parece alguien tan interesante que quiere seguir viniendo para conocerla cada vez más.

Pero de alguna forma está asustado. Solo ha estado enamorado una vez y no salió muy bien que digamos, la chica lo rechazó con la excusa de que no estaba interesada en él, pero después le hizo saber a toda la escuela que lo había rechazado porque le parecía un chico muy aburrido y poco atractivo. Seungmin se sintió fatal durante todo su último año de secundaria.

Y aunque aquel Seungmin había cambiado, le aterraba no ser lo suficientemente bueno para alguien tan agradable como Sunbin.

Y aunque aquel Seungmin había cambiado, le aterraba no ser lo suficientemente bueno para alguien tan agradable como Sunbin

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coffee • kim seungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora