Había escuchado con total claridad y no había escuchado lo que realmente quería escuchar, ¿verdad?
¿Verdad?
Los ojos de Oikawa se abrieron ante el blanco techo de su habitación para perderse en el infinito color, en ese momento apagado gracias a la oscuridad del lugar, y que de vez en cuando se iluminaba completamente cuando un nuevo relámpago se encendía en el cielo y el trueno consecuente hacía vibrar el vidrio de su ventana. Todo había sucedido demasiado rápido, por lo que tenía que calmarse y enfriar su cabeza para poder recapitular todo y así poder entender y descifrar lo que acababa de suceder.
Si sus oídos estaban bien, Ushijima Wakatoshi le había llamado hermoso.
Si era sincero, muchas personas le habían llamado hermoso. Su madre se lo decía constantemente, una que otra chica que había tenido la valentía de confesarse detrás de la escuela, incluso varios de sus amigos de secundaria se lo habían dicho, con toda la confianza del mundo, que él era hermoso. Pero en ese caso, había dos cuestiones que tenía que tener en cuenta a la hora de analizar la situación.
La primera, no era cualquier persona. Era su capitán, quien había conocido casi un mes antes, la persona con mirada penetrante y personalidad estoica y silenciosa, que de lejos parecía no sentir ni siquiera las picaduras de los mosquitos, el aclamado y talentoso rematador estrella del equipo para el que había sido elegido como armador titular ese mismo día.
La segunda −que si lo pensaba un poco más de la cuenta eran dos cosas en una−, la forma en la que se lo había dicho así como también el brillo de sus ojos en el que se había perdido por un par de segundos antes de que un nuevo trueno los separara no ayudaban en nada, porque eso quería decir que Ushijima lo había sentido. Lo había dicho en serio.
Y, para rematar, él había salido corriendo. Se sentía un completo idiota, algo cobarde si lo pensaba desde su lado emocional, porque no iba a negar que le había hecho sentir. Le gustaría decir que lo odiaba, que no quería aquello, pero entonces estaría mintiendo, porque la forma en la que su cuerpo comenzó a flotar cuando su cerebro procesó aquella palabra así como esa sensación electrizante corriendo desde sus pies hasta su cabeza le decían al castaño menor que le había gustado.
Muchas personas le habían llamado hermoso.
Pero que Ushijima Wakatoshi lo hiciera solamente lograba que Oikawa perdiera la cordura.
Y por ello había salido corriendo. Ni siquiera se había detenido a saludar al mayor, tomó sus cosas y desapareció por la puerta del gimnasio sin decir ni una palabra más ni volver a mirar al mayor, porque sabía que si lo hacía, por muy ínfimo que fuera el momento, no querría irse de allí aunque alguien fuera a llevárselo arrastrando. No quería irse, quería quedarse toda una vida allí a seguir colocando el balón para Ushijima, sin importarle si afuera estaba lloviendo, nevando, los pájaros cantaran o el sol quemara como nunca antes; quería quedarse a admirar los ojos de Ushijima mientras este le susurraba lo hermoso que era al oído, quería besar desesperadamente a su capitán hasta quedarse sin aire y hacerse uno con él.
Pero sabía que eso era imposible, porque lo más probable era que Ushijima ni siquiera lo haya pensado.
En cierto sentido aquello sonaba reconfortante, especialmente porque Oikawa no podía pensar en otra cosa que no fuera todo ese remolino de sentimientos que le tenían dando vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño. Quería, deseaba con todas sus fuerzas que todo aquello haya sido un simple malentendido, por mucho que le haya gustado, porque sabía que no solo no tenía sentido, sino que también estaba mal. Ambos eran hombres, compañeros de equipo y, si quería dramatizar un poco la situación, tener una relación con Ushijima significaba que sus compañeros hablarían de él, probablemente llegando a pensar que Oikawa estaba con su capitán por conveniencia.
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About Jackets, bite marks & every kind of love... [UshiOi]
Fanfic[First Year Shiratorizawa!Oikawa] Ushijima está enamorado, y por desgracia no lo entiende. Oikawa no tiene noción de lo que sucede a su alrededor porque está pensando en lo mucho que quiere mejorar en el vóleibol. Ninguno de los dos se atreve a pens...