Si había regresado a los cinco picos era claro que el motivo fue su maestro, Shunrei fue cuidada por el maestro cuando era solo una bebé, con el tiempo se convirtió en su adoración, su hija, la única persona en la que confiaba su bienestar según Dohko era su propio estudiante quien paso sus días entrenando y conviviendo con ella.
Aunque la idea parecía fantástica tenia un par de inconvenientes, el conocía la verdadera razón de su maestro para enviarlo, aunque Shunrei se había convertido sin duda en una hermosa mujer, no sentía esa clase de cariño por ella, al crecer juntos termino viéndola como una hermana y una amiga, el otro inconveniente era que había dejado muchas cosas pendientes en Japón, pero al ser la ultima voluntad de su maestro no tuvo oportunidad de desobedecer.
En cuanto llego a la casa de su maestro una pequeña joven de largos cabellos oscuros salió a su encuentro estrechándolo con euforia, las lagrimas caían por su rostro, mientras repetía lo feliz que estaba al verlo nuevamente, Shiryu correspondió el abrazo recargando su cabeza sobre la joven muchacha, sin romper el abrazo la temible pregunta surgió.
<¿Dónde esta el maestro Dohko? ¿Vendrá a cenar?- No pudo encontrar palabras para explicarle que la persona que cuido de ella toda su vida había muerto.
El silencio preocupo al instante a Shunrei <El maestro volverá ¿Verdad Shiryu?- El dragón abrazo con mayor fuerza a la chica, quien comenzó a temblar, producto del llanto, así se mantuvieron por largo rato, reconfortándose el uno al otro, pues para ambos significaba una perdida, la de un padre.
La noticia dejo a Shunrei sin apetito y Shiryu simplemente evito la comida, al llegar la noche la chica no había dicho casi palabra alguna, algo raro pues generalmente mantenían platicas extensas, el súbito silencio de la joven puso en alerta al joven, en estos momentos no podía decirle que solo pensaba quedarse esa noche y que partiría al día siguiente, debía quedarse, por el bien de Shunrei y la memoria de su maestro.
Colocaron un par de velas en el altar del maestro y ahí estuvieron hasta que las dos se consumieron, como habían acostumbrado ambos se dirigieron a la habitación, Shiryu recostó su cuerpo de lado derecho dando la espalda a Shunrei y ella a su vez durmió de lado izquierdo chocando sus espaldas, así hasta que ambos se quedaron profundamente dormidos.
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Unos brazos le rodeaban con suavidad haciéndole sentir su calidez, al ver entre sueños los delgados brazos no pudo evitar sus palabras.
*¿Shun?... No puedes dor... - Al ver alrededor cayo de nuevo en la cuenta, de nuevo estaba equivocado.
<¿Qué ocurre Shiryu?... - Pregunto Shunrei entre bostezos.
*Lo siento por despertarte, me confundí por un instante.
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Si algo les había enseñado su maestro en aquel lugar, era a aprovechar al máximo el tiempo libre, cuando no estaba entrenando el ayudaba a Shunrei con el pequeño sembradío del maestro, gracias a el se mantenían bien alimentados, la cascada les proporcionaba pescado que en muchas ocasiones era cocinado por Shiryu, el realizar aquellas labores le traía buenos recuerdos, entre ellas algunas lecciones que su maestro les enseño ya que "la situación se presentaba".
Con nostalgia recolecto el arroz, cuando recién llego se había negado a cosechar verduras y "un puñado de arroz" pues el había llegado para ser un caballero, su maestro como reprimenda lo había dejado sin almuerzo y solo comería lo que cosechara y consiguiera el mismo, le hizo entrenar hasta el agotamiento y por su necedad no tendría comida hasta que el se la consiguiera, sonrió al recordar aquello, su maestro era único al igual que sus extraños métodos.
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Pasaron un par de días y el convivir nuevamente con Shunrei aun con la ausencia de su maestro se sentía como un hogar y Shunrei realmente se veía mejor con la compañía de Shiryu, definitivamente dejarla sola no era una opción, pensó por un momento en Shun y en automático la imagen de Ikki siendo golpeado por hades se hizo presente, el ave Fénix gritándole con intensiones asesinas, su voz resonando en su cabeza ¬"¡Debiste cuidarlo!" "No debiste dejarlo solo" aquel recuerdo le erizo la piel, y le hizo recordar un par de golpes que Ikki alcanzo a atizarle, sabia que Shun se encontraba vivo lo supieron por que Ikki se los dijo, pero sabia que al igual que Seiya su condición no fue la mejor.
Una parte de el quería regresar, buscar a Shun y estar junto a el y no separarse ni un segundo de su lado, pero sabia que debía estar ahí con Shunrei, al verla a lo lejos la voz de Ikki se mezclo con la de Dohko "Cuidarlo, protegerla" Ikki seguramente cuidaría de Shun ahora y él debía cuidar de Shunrei como no pudo hacerlo con su amigo, recogió la cesta donde había recolectado el pescado y se acerco con Shunrei de regreso a la casa, su hogar.
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El hielo se había roto de nuevo, un cuerpo entro superando la corriente y antes incluso de sumergirse mas cerro el hueco con una gruesa capa de nuevo hielo, su cuerpo se sumergió hasta donde nadie había llegado, una embarcación hundida desplazada por las corrientes esperaba por el joven muchacho, entro a una cámara de aire y ahí se quedo, todos a quienes amaba habían muerto por causa suya, ya no quería herir a mas personas, en esa embarcación hundida en alguna parte de Siberia, bajo la capa de hielo eterno, ahí descansaría el cisne, exiliado de todo y de todos.
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