"Nuevo ciclo escolar y sin embargo esta vez no será nada agradable; nunca en la vida me alejé de mi zona de confort, todo lo que necesitaba se encontraba al alcance de mi mano (o al menos lo que realmente me importaba, lo que me hacía feliz). Y ahora que decidieron divorciarse tengo que mudarme con mi padre por un tiempo y alejarme del lugar que me ha visto crecer y de mis amigos de toda la vida, simplemente no soporto la idea de perderlos"
Florida año 2000.
-Señorita. ¿Sería tan amable de apagar su celular? En cuestión de minutos aterrizaremos. - Pidió amablemente la azafata-.
-Claro, dame 30 segundos, viene la mejor parte. - contestó Lily Ann- con un toque de ironía
-Por dios, hija, hazle caso a la señorita. - agregó avergonzado-.
- Bueno, ya, ahí lo tienes. - apagó el móvil y se lo dio a su padre con incomodidad.
-Muchas gracias jovencita, es usted muy amable. - respondió la azafata.
Después de firmar los papeles de divorcio sus padres había decidido que el último año escolar debía pasarlo con Joseph en la Florida ya que Ophelia (la madre de Lily Ann) tenía muchos negocios pendientes y eso la tendría viajando al extranjero por varios meses, no sería justo para Lily cambiar de preparatoria mes con mes o peor aun perder el ciclo escolar; asimismo Ophelia creyó que no tendría tiempo suficiente para dedicarle a su hija. Así que pactaron lo que creyeron mejor para su hija.
-Será lo mejor, además, un año pasa rápido, después podrás regresar a Nueva York y harás la solicitud para ingresar a la universidad. - Agregaron ambos padres-.
- Amo que se preocupen tanto por mí- murmuró molesta-.
Al aterrizar, Lily se dio cuenta que las cosas no volverían a ser las mismas cuando diera un paso fuera del avión. En ese momento pasó por su cabeza la linda infancia que había vivido al lado de sus padres y pensó en Dyana su mejor amiga de toda la vida.
"La extraño tanto".
Mientras se encontraba distraída recordando lo plena que era hace apenas unas semanas fue golpeada en la cabeza por un balón de basketball marca Spalding el cual resbaló de la porta equipaje que se encontraba detrás de su asiento.
- -Oops, lo lamento, no era mi intención -agregó una voz bastante jovial mientras se reía por el incidente ocurrido.
- No te preocupes todo bien "es una lástima que no pueda decir lo mismo de tu hermoso balón". -pensó- se quitó una de las peinetas de acero reforzado que su madre le había comprado en uno de sus tantos viajes de negocios y perforó con todas sus fuerzas el balón del aquel muchacho-.
- - De nada- agregó ella- aventando la bola ponchada hacía atrás.
Caminó unos pasos y volteó para conocer a la víctima de su ira, sus ojos marrones se cruzaron por unos segundos con un azul profundo repleto de unas pequeñísimas vetas verdes y unas finísimas y delineadas cejas arqueadas de enfurecimiento; rápidamente ella se incorporó hacía delante y soltó una fuerte carcajada con la clara intención de que él escuchara.
El tipo de ojos azules empezó a decir maldiciones; una tras otra era más fuerte que la anterior. A ella no le importaba mucho, se dispuso a recoger los mechones que colgaban de su rostro con la peineta causante del enojo de ese chico, tomó su pequeña maleta y bajó del avión
-Qué lástima que esos ojos tan hermosos pertenezcan a un tarado-.
Ya en el auto que su padre rentó para llevarlos a su la nueva casa, Lily se asomó por una de las ventanillas. Por primera vez en lo que llevaban del camino sonrió al ver el lindo paisaje que se encontraba frente a sus ojos. Por un instante miró el mar y en ese preciso momento pasó por su mente la mirada del chico del balón desinflado y comenzó a reír como hace tiempo no lo había hecho.
-Qué es tan gracioso cielo-
- No, nada papá. Al menos no todo es malo en este lugar-.
-Bueno, ya te acostumbrarás nena.
-Sí, claro, ya lo estoy disfrutando- agregó con un gesto de pura ironía-.
Después de 15 minutos llegaron a una linda casa. Lily Ann salió del auto y sacó sus maletas de la cajuela.
-Hija,¿ tienes ganas de salir a conocer tu nuevo hogar?
-No lo creo, estoy demasiado cansada y por favor no digas "mi nuevo hogar" que esto es solo temporal ok?
Lily Ann se detuvo por un momento a inspeccionar el lugar.
-Por dios, Phoenix canariensis, esto sí que será interesante- masculló al ver un par de palmeras ornamentando la casa.
Su padre abrió la puerta de la casa.
-Bienvenida hija- ¿Las palmeras son lindas no?, no hay de esas en Nueva York-.
-Sí, gracias, voy a subir mi equipaje y darme una ducha- comentó con aíre de desplante- en verdad estoy agotada.
Al subir las escaleras y entrar en su habitación notó que algo le hacía falta.
-Oye- gritando a su padre- creo que tienes algo que me pertenece.
- Ahh claro lo olvidé, toma- entregándole su teléfono celular con stickers de frutas y animales pegados en la carterita que lo portaba.
-Gracias-.
-De nada cari... - con la puerta cerrada frente a su nariz.- ¡¡por dios qué niña!!- exclamó
Después de cerrar la puerta de su habitación se dispuso a sacar su ropa y ciertos objetos que contenían las maletas.
La habitación era una belleza, un sueño total. Tenía una hermosa cama con un respaldo minimalista de caoba adornado con unos lindos grabados. Junto a ella un puff color lila y del otro lado un tocador con un espejo en forma de delfín. La ventana era enorme y estaba decorada con unas hermosas cortinas de lunares verdes, desde ahí se podía ver el cielo lleno de nubes que parecían algodones de azúcar sin colorante. Un pequeño escritorio plegable acompañado de una laptop hacía el complemento perfecto junto con unas lindas repisas repletas de libros de Historia y enciclopedias de Biología.
-"En otras circunstancias estaría gritando de felicidad con tremenda recámara" -pensó-.
Lily suspiró y se tumbó en el puff, tomo un pequeño neceser verde lima y lo abrió.
Dentro de él se encontraban un montoncito de recuerdos, cartitas, adornitos, dibujos, pulseras y varías fotos, las tomó entre sus manos y las observó detenidamente, sonrió al ver una foto en la que estaba abrazando a Dyana y otra donde hacía gestos al lado de Dave. De pronto una lágrima cayó por su mejilla y terminó dentro del neceser
-Cuanta falta me hacen muchachos - soltándose a llorar-.
ESTÁS LEYENDO
So Far Away (Nick Carter)
RandomCuando los padres de Lily Ann se separan, ella tiene que mudarse a Florida dejando todo lo que amaba atrás. En el viaje se topará con un chico sin imaginar que algún día se convertirá en "EL AMOR DE SU VIDA"