El laberinto de Catherine Ross[©]

Capítulo 8: {¿Qué hacemos aquí?}

Domingo, 31 de Enero del 2016, ultimo dia de la semana, una semana que ha sido la semana más rara, más larga y la que posiblemente me haya podido cambiar la vida, existe un antes y un después en mi vida, después de esta semana.
Pero aun así, estaba llena de curiosidad por descubrir aquel mundo, lo que no tenía muchas ganas, era lo de enfrentarme al mal, porque no sabía quién era y mucho menos el poder que podía o podían tener, porque no sabía nada.
En ese momento sonó mi teléfono móvil, era Ismael, me dijo que me esperaba en el edificio en diez minutos, que tenía que ir al otro lado. Llegué al edificio y me estaba esperando. Entramos y nos fuimos al otro lado. Todo se puso blanco, en ese momento aparecimos en aquella casa, donde me había despertado el primer y el único día que había estado allí, le pregunté.
—¿De quién es esta casa?, —el me respondió, —es nuestra, es la casa donde vamos a vivir mientras estemos aquí, para completar la misión, es importante que nadie de este mundo sepa donde vivimos, porque sino el mal nos pueden encontrar muy rápido—.
—¿Y qué hacemos aquí?, —le dije a Ismael sin entender muy bien que hacíamos allí, —nada, solamente te he traído aquí para que te prepares para todo lo que se viene, —me dijo él con voz relajada y rostro serio. —Vale, lo que tu me digas, porque están pasando muchas cosas y creo que no me lo estais contando todo —decidí pasar al ataque y responder enfadada.
—Venga Catherine, acompáñame te tengo que presentar a la persona que te va a entrenar, —no hubieron mas palabras ya, solo le seguía por esas calles, seguía observando y me seguía sorprendiendo el parecido que tenía con la tierra.
Llegamos a un campo de tiro, al final del mismo había un chico joven lanzando flechas a una diana, seguimos avanzando hasta el chico. Cuando lo alcanzamos nos detuvimos detrás de él y esperamos a que terminase. En ese momento él cogió una flecha y dijo —Es increíble lo frágil que es una flecha y todo el daño que hace —Lanzó la flecha y rompió una  manzana que estaba colgada en un árbol.
Se dio la vuelta y comentó —Hola, mi nombre es Raul, —¿Raul?, Dije yo sorprendida, —¿Sí porque lo dices?, es un nombre normal y corriente —Concluyó el —¿Y tu nombre es?—
—Catherine —Dije yo con la boca pequeña, —Vale Catherine, quiero que cojas un arco y que lanzes flecha para saber tu puntería, —yo asenti con la cabeza y me dispuse a lanzar. Fueron tres, solo tres. Y los tres se quedaron muy lejos de la diana. —Tenemos que mejorar bastante eh —Dijo Ismael entre risas, —Bueno, poco a  poco —comentó Raúl, que no podía tampoco parar de reirse.
—Bueno, ya es tarde —Rompió Ismael el momento gracioso. Salimos de aquel campo, y  antes de salir, Raúl me comentó. —te espero mañana a primera hora, —de acuerdo —finalice la conversación.
Iba andando por la ciudad, volviendo a la puerta para volver, y en ese momento me fije que un chico me estaba mirando, no me quitaba ojo, yo me quedé mirándolo también, pero no me atreví a decirle nada, me daba mucha verguenza, ademas que no sabía al cien por cien si era a mi a la persona que estaba viendo. Continué mi marcha y llegue a la puerta junto a Ismael, nos fuimos a mi planeta y una vez allí, cada uno a su casa.
Estaba agotada, me pesaban los pies, y se notaba el cansancio tanto físico como mental. Llegué a mi casa y en ese momento recibí un mensaje de whatsapp de alguien.