Capítulo 93

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Empezamos a jugar, la partida estaba muy reñida, pero como la primera vez empecé a ganar yo los primeros tiros, él se estaba frustrando mucho, se le notaba en la mirada y en los gestos y quería ganarme fuese como fuese.

Empezó a acertar los tiros, cada vez eran más precisos y cada vez se acercaba a mi, cada vez me estaba dejando con menos margen de mejora, hasta que me paso, al final ganó él, por tan solo diez puntos pero la victoria era suya, él lo celebró, sabía que esa victoria era otra partida de revancha.

—¿Jugamos la partida de desempate? —tenía que haber un ganador, pero en ese momento me llamo Ismael.

—¿Catherine dónde estás? —casi no le salía el aliento con las palabras.

—En el bar tomándome un refresco, ¿por? —le notaba fatigado.

—Nada, necesito que vayas al apartamento, he descubierto una cosa que os va a impactar, voy a recoger a Hector y vamos para allí —sus palabras me habían dejado con la curiosidad.

—No tranquilo si Hector está aquí conmigo, vamos para allí —al final la tercera partida tenía que esperar, nos terminamos los que nos quedaba en los vasos y nos fuimos,

—Siempre nos cortan en la mitad, ya puede ser bueno lo de Ismael —estaba enfadado, quería seguir la partida, por un momento me recordó a un niño pequeño, pero ese detalle me llamaba la atención.

—Creeme que será importante, Ismael no nos llama y nos dice que vayamos por una tontería, esto es algo serio —íbamos corriendo mientras se explicaba, en apenas diez minutos estabamos ya en el apartamento.

—¿Qué ocurre Ismael, me tienes preocupada? —le pregunté mientras entraba por la puerta.

—Poneros cómodos que lo que os voy a contar os va a dejar de piedra —con esas palabras lo único que había conseguido es que me preocupase más.

—Tu diras —le dijimos a la vez una vez ya sentados.

—Pues he estado investigando durante un buen rato todo lo procedente al edificio, quien vivia alli, que fue de ellos, todo su pasado etc… —Hizo una pausa dramática, pero había descubierto algo.

—Resulta que en ese edificio han vivido un total de doce personas, pues resulta que diez de esas doce personas no saben nada de ellas de su pasado desde hace 33 años, justo desde su remodelación. De tu madre y de tu abuelo sí que se sabe, pero de la mujer que vivía allí y del resto nada—.

—Un momento, ¿que mujer? —Hector no sabia nada que habiamos ido a la casa de Pepa y no podíamos contarle que era de la tierra.

—Pues que había una vecina del bloque clavadita a la vecina de Aylen —Hector no se creía lo que le estaba contando.

—Si, era ella, o una persona muy parecida, pero sigo, todo me hace indicar que esas personas no pertenecen a dónde tú ya sabes Catherine, sino que son de aquí —Hector estaba poniendo cara de extraño, pero ni yo entendía lo que estaba diciendo así que no parecería raro.

El laberinto de Catherine Ross[©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora