Kimetsu no Yaiba one shots (pedidos abiertos)

Muzan Kibutsuji

Pedido por: Misuki1258

Palabras: 1185

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¿Cómo había pasado esto?

Fue lo primero que se te vino a la mente mientras esquivabas los ataques del que considerabas tu pareja.

¿Cómo llegaron a eso?

Volviste a preguntarte, pero fue interrumpido por un dolor en tu brazo. Te lo habían cortado.

El miedo se apoderó de ti al ver cómo la sangre brotaba de la extremidad ahora faltante, sin embargo, no dejaste de agarrar tu espada, es más, ahora lo sujetabas más fuerte haciendo que tus nudillos de volvieran blancos.

- lo siento...- susurraste para levantarte del suelo- ¡¡Pero no permitiré que le hagas daño a mis amigos!!- gritaste llamando su atención- este es tu final, Muzan Kibutsuji- fuiste rápidamente a atacarlo.

[...]

Meses antes.

Soltaste la espada de madera que tenías con cansancio y pusiste tu manos en las rodillas descansando, pero ese momento no duró tanto pues tu cuervo te avisó que el patrón te llamaba, así que te pusiste tu haori yendo hacia la finca del mayor.

- ¿Me necesitaba señor?- dijiste estando frente a él

Oyakata- claro- respondió con su tono normal- tengo mucha confianza en ti, por eso quisiera que vayas hacia un pequeño pueblo. Han dicho que puede estar Muzan, sólo quiero que veas si es verdad, no pelees con él

- sí señor- hablaste para después salir hacia tu misión

[...]

Por fin habías llegado.

Las luces de las lámparas iluminaban todo tu camino y toda la gente paseaba de un lado a otro sin preocupación hasta que chocaste con alguien pequeño.

- lo siento- te disculpaste, pero al ver que era una niña decidiste ayudarla- ¿Estás bien?- negó- ¿Perdiste a tus padres?- ésta vez asintió- ven, vamos a encontrarlo

La agarraste de la mano para que no se separaran, ella te decía cómo iba vestido y en dónde lo había visto por última vez hasta que por fin dieron con él.

X- papá- dijo feliz la niña

Y- hija, que susto- la cargó- muchas gracias por traerla, me tenía asustado

- no hay de qué- sonreiste y cuando volteaste para irte, sentiste una mirada así que empezaste a ver todos lados y finalmente lo encontraste.

Era un hombre de vestimenta negra con un sombrero blanco. Sus ojos rubíes te miraban sin parpadear, tuviste un mal presentimiento con ese hombre, entonces decidiste alejarte.

Pasaste por un callejón, pero al momento de entrar fuiste acorralada por dos hombres que estaban ebrios.

Z- por fin encontramos a alguien bonita- dijo cerca de tu cara- tranquila hermosa, no te haremos tanto daño. No tanto- empezó a besar tu cuello mientras que el otro intentaba quitarte la ropa, sin embargo fuiste demasiado rápida para que ellos estuvieran en el piso inconscientes

U- sí que eres fuerte- habló alguien a tus espaldas, era el mismo hombre que te veía- tranquila, no vengo a hacerte nada, en realidad te quería ayudar- sonrió