Small Doll

✿❀【7】❀✿

Lo amaba, pero el a ella no. Para el, ella era una simple mujer de la cual obtenía desahogo sexual. No, más que un estúpido desahogo era algo más. Un pequeño sentimiento de superioridad hacia el poder que tenía su jefe. La podía tomar cuántas veces quisiera en su propia casa, incluso hubo una vez en que la lo hicieron a escondidas en su habitación mientras el estaba en una habitación contigua. Era demasiado placentero estar con ella, sentir su cuerpo, sentir como se venía dentro de ella mientras gemía su nombre y le ordenaba ser su perra. Podía alardear en su mente delante de el que tuvo la primera vez de su hija, que la vio venirse una y otra vez durante años.

Y que sentía ella de todo eso?? Ella se sentía usada, se sentía mal, se sentía como un simple juguete. Intento cientos de veces alejarse de el y encontrar a alguien que si la amara, pero era muy difícil, el se había instalado en su cerebro como un gusano a una manzana, lentamente la iba comiendo. Una relación tóxica donde la única afectada era ella. Lloro, se arrodilló enfrente de el, humillandose más y más, le rogó.. le suplico que dejara su vida de excesos, que dejara de ver a esas mujeres pero el no le respondió. ¿Que creía? ¿Que eso era un estúpido cuento de hadas? ¿Que mágicamente todo se resolvería?. Pues no. Eso no era un cuento.

Doflamingo no amaba a Tenten, solo jugaba con ella para sentirse superior, para mofarse y escupir en la cara del Rey que tuvo y siempre tendrá a su hija...

Camino lentamente, sus piernas estaban temblorosas y de ellas escurría un líquido blanco lechoso. Se alejo a paso corto de la cama, no quería verlo, entro al baño y se metió a la bañera, no había agua que tocase su piel, solo se encontraba acostada en la bañera mientras veía un punto fijo en la pared de azulejos. Suspiro y dejo que las lágrimas nuevamente surcaran sus mejillas. Aún sentía su intimidad pulsando, dobló su cuerpo hasta abrazar sus piernas y lloro silenciosamente en aquella bañera sin agua.

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No le agradaban los vestidos de falda esponjada. Odiaba verse como un cupcake. Suspiro y tomo una camisa blanca sin mangas y una falda roja larga. Tampoco le gustaba mostrar mucho su cuerpo, pero si sus tatuajes, su padre casi la mata cuando se los hizo, según el una mujer no debía de marcar su delicada piel. Pamplinas. Dos equis estaban marcadas permanentemente en sus antebrazos, nadie sabía que significaban, incluso su padre no sabía que representaban para su hija.

Camino lentamente por los pasillos de esa enorme mansión. Paso a ver su colección de armas blancas y de fuego en uno de los cientos de cuartos, una colección que, gracias a contactos de su papi, ha estado haciendo más y más grande. Habían desde katanas del periodo Edo hasta revolver's utilizados por vaqueros en el antiguo oeste, era uno de sus sitios favoritos, cada cierto tiempo iba y limpiaba minuciosamente sus armas. Pero más que un santuario para sus armas era un lugar en el cual podía llorar sin que la escucharán. Otra vez había terminado haciéndolo con el en su cuarto, aún podía sentirlo dentro suyo derramando su semilla. Era horrible, odiaba ser un juguete. Pero no podía estar lejos de el y tampoco cercas, si estaba cercas corría el riesgo de ser herida y si estaba lejos se heria ella misma...

—¿Qu-Quien está aquí? –nadie, nadie de los empleados de la mansión, ni siquiera los lacayos de su padre podían entrar a su habitación, era regla de oro y se tenía que respetar. Tomo con agresividad un revolver de cañón largo y, aún con lágrimas bajando de sus mejillas, disparo hacia la persona que había entrado sin permiso a su habitación–

El peso sordo de un cuerpo contra el suelo de cerámica se escuchó por los pasillos y la habitación. Camino enfurecida hacia la puerta, ya había limpiado sus ojos de todo rastro de lágrimas, camino hacia aquella persona que lentamente se arrastraba por los pasillos. Apunto su arma hacia la mujer azabache que trataba de resistir...

—Sabes, odio que entren a mi habitación.. –murmuró y jalo el gatillo. La chica grito al sentir la bala incrustarse en su hombro, la sangre salió a borbotones manchando el piso– ...¡Lo odio tanto!

Iba a jalar el gatillo nuevamente pero la presencia de barios hombres provocó que bajara el arma y se centrará en ellos. Entre los cuales se encontraba el responsable de sus lágrimas, levantó su arma y le apunto a el. Doflamingo sonrió como solo el puede hacerlo, Tenten rechinó sus dientes. Podía jalar el gatillo y terminar con su vida, después de todo era hija de un rey, todo se le perdonaba. Pero no podía, respiró hondo y bajo el arma...

—¿Quién putas es esta niña? y ¿Porque entro a mi habitación?.. –dijo molesta–

—Tenten-sama.. –dijo uno de los temblorosos hombre– ..e-ella es la hija d-de.. –un disparo y el hombre callo muerto, solo un extra a quien nadie extrañará–

—Tu!! –apuntó a otro hombre, este tembló y asintió firme– ..responde..

—Hime-sama, es la hija de Hiashi-sama.. su futura cuñada...

Tanto la sonrisa del rubio como la de la morena se esfumaron al escuchar esas tres palabras.

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Sakura bajo la mirada al ver la decaída expresión de su acompañante. Era linda con su cabello castaño junto con esos cuernos y unos grandes ojos chocolate, pero toda aquella belleza era opacada por su expresión y aquellas heridas. Y no fue hasta que la escudriñó que noto esas marcas en su cuello y un moretón mal maquillado en su mejilla izquierda. Esa mujer sufría mucho. ¿Que le esperaba siendo hija de una Reina?, Si a ella la trataban así siendo hija de un Rey. Solo dejo que los sentimientos fluyeran y sonrió, pues lentamente se iba quebrando. Ya casi no podía soportarlo, lentamente una grieta se sumaba a su carcasa.

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Aquí la pareja secundaria por un estúpido capricho de mua' 😘

Siempre he querido unos tatuajes en mis antebrazos, se verían chidos, pero mi mamá dice que me los haga cuando ya no esté en casa.

En fin, Doflamingo y Tenten tendrán sus escenas pero serán aparte. Nada que influya en la trama original. Espero que en un tiempo futuro haga alguna historia de ellos y me apoyen.

Chao chao mis adictas!!!