Día 02: Elegante

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Irumi alisó nerviosa su falda mientras iba en el carruaje con Azz-kun.

Ambos iban como representantes de sus familias a un Devilam y esta era la primera vez que la chica de cabello azul asistía a un evento tan formal.

Si bien la madre de su amigo y miembro de las trece coronas le había dado varios consejos sobre qué hacer y cómo comportarse, Irumi no podía deshacerse de sus nervios.

—¿Qué pasa si arruino algo? No sé hablar de forma elegante y genial como Azz-kun.— Preguntó inquieta en voz alta.

—Tranquila Irumi-sama, estoy seguro de que lo harás espectacular.— Intentó tranquilizarla el demonio de cabello rosado sonrojado ante el cumplido. —Además, estaré a tu lado todo el tiempo y no te dejaré sola ni un instante. Si llega a haber alguien lo suficientemente estúpido como para burlarse de ti, ten por seguro de que lo calcinaré. No tienes nada de que preocuparte.— Dijo con una sonrisa servicial y brillante.

—Gracias Azz-kun, pero por favor no lastimes a nadie.— Agradeció insegura.

Fue en ese momento que el carruaje donde ambos viajaban llegó a su destino.

Alice ayudó a bajar a su dama como todo un elegante caballero, haciendo que la escena pareciese sacada de una bella pintura romántica.

Una vez entraron al gran salón, como era de costumbre para la chica secretamente humana, de inmediato se convirtieron en el centro de atención de todos.

Alice por ser conocido como el heredero de los Asmodeus e hijo de una de las trece coronas del inframundo, e Irumi tanto por ser reconocida por unos cuantos como la nieta de Sullivan como por ser la misteriosa y bella acompañante de Alice.

—Es Asmodeus-sama.— Chillaron algunas demonios jóvenes.

—¿Quién será la chica que lo acompaña?— Se preguntó una.

—¡Que envidia me da~!— Canturreo otra.

—¡Apártense demonios inferiores! ¡La única digna de ser la acompañante de Alice-sama soy yo! ¡La gran Uval Lulú!— Exclamó abriéndose paso una recién llegada demonio.

Su piel era blanca como la porcelana y dos cuernos negros coronaban su rizada melena rubia, para completar, llevaba un bello vestido color perla que acentuaba su de por si bella figura.

Con paso decidido se acercó a la pareja que se dirigía a la mesa de comida y los interceptó en el camino.

—¡Alice-sama~! ¿Me recuerdas~?— Canturreó coqueta colocándose frente al demonio mencionado.

—Uval-san ¿Verdad?— Cuestionó medio disgustado, medio confundido Alice, incómodo y molesto de que alguien interrumpiese su tiempo junto a Irumi-sama.

—La misma, me alegro de que me recuerdes.— Se jactó la recién llegada. —Es una lástima que no pudiésemos seguir platicando en el anterior Devilam después de que esa chica de rango inferior bailó contigo y recibiste ese mensaje tan importante.— Se lamentó dramática.

—Uhm, si, era muy importante.— Contestó discreto y sin perder su elegancia el demonio de cabello rosado. —Ahora, si nos disculpas...— Dijo intentando apartarse de la demonio de dos cuernos, pero esta se volvió a interponer en su camino.

—Aún no me has presentado a la demonio que está contigo ¿Es ella tu acompañante?— Preguntó insistente Lulú, dándole una mirada despectiva y analizadora a la chica misteriosa.

La demonio en si tenía un bonito y largo cabello azul recogido con un broche adornado con una joya en forma de rombo, portaba un hermoso vestido azul oscuro casi negro que le cubría los tobillos, y dándole el toque final portaba un bello chal plateado que cubría su espalda y alas.

En otras palabras parecía una dura contendiente por el afecto del heredero Asmodeus, y para colmo parecía llevarle la ventaja al haber logrado asistir como su acompañante.

Irumi por su parte, que había decidido permanecer en silencio para no llamar la atención sobre sí misma, optó por seguir uno de los consejos de la madre de Azz-kun.

"Si alguien te incómoda, tú solo sonríe. En el juego de la etiqueta de los nobles pierde aquel que no logre mantener la compostura. Sonríe y deja que Alice-chan se encargue del resto." Habían sido las palabras de Amalis Asmodeus.

Siguiendo fielmente su valioso consejo, Irumi esbozó su mejor sonrisa a la demonio frente a ella.

Fue un ataque directo y mortal.

Alice, quien estaba a punto de confrontar a Uval por su mirada grosera hacia Irumi-sama, recibió el impacto de lleno cuando su acompañante sonrió.

Lulú, que había estado mirando fijamente a la chica, se sorprendió cuando esta solo le lanzó con elegancia una sonrisa brillante. Sin duda su nueva rival era una demonio noble muy hermosa y confiada.

Irumi, recordando también las indicaciones sobre como presentarse, siguió sonriendo mientras hacía una ligera pero elegante reverencia.

—Mucho gusto, soy Irumi, nieta de Lord Sullivan y amig- quiero decir acompañante de Azz- digo Asmodeus Alice-kun.— Dijo corrigiéndose a sí misma en sus pequeños errores de lengua.

Alice no pudo con semejante muestra de elegancia y decoro por parte de su dama y se agarró con una mano el pecho, sintiendo su rostro enrojecer y su corazón martillear con fuerza.

Lulú no estaba mucho mejor ante la presentación de la que ahora sabía era la famosa nieta del director de Babirus, la gran Irumi-sama, famosa por sus múltiples logros en una de las escuelas demoniacas más prestigiosas del inframundo.

—¿Estás bien Azz-ku- digo Alice-kun? — Preguntó preocupada la chica de cabello azul al ver a su amigo caer de rodillas agarrándose el pecho con una expresión extraña y lágrimas en sus mejillas.

—Como se esperaba de Irumi-sama... tan elegante... tan bella... mi indigno corazón no puede soportar tal majestuosidad... me llamó por mi primer nombre...— Balbuceó él en respuesta.

Irumi solo suspiró ante el dramatismo de su amigo, puede que sea un elegante aristócrata pero Azz-kun siempre sería Azz-kun sin importar el lugar y los presentes.

Uval Lulú, reconociendo una batalla que no podía ganar, se inclinó respetuosamente y se retiró junto al grupo de demonios con las que acostumbraba conversar y pasar el rato, quienes por cierto habían presenciado la escena en cuestión.

Ese día se corrió el rumor de una bella y misteriosa demonio de cabello azul tan hermosa que logró hechizar al mismísimo heredero Asmodeus con solo una sonrisa.

Esa noche también Uval Lulú consiguió una nueva ambición: alcanzar algún día la majestuosidad y elegancia con la que habló Irumi-sama para poder así al fin también llamar la atención de Asmodeus Alice-sama.

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