~Qᴜɪᴇʀᴏ sᴇɴᴛɪʀᴛᴇ, ʟᴏ ᴏ̨ᴜɪᴇʀᴏ ᴛᴏᴅᴏ~

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|Dedicado a DaiKugisaki ♡|

- Gojo sensei...

- ¿Uh? -volteó el aludido mirando a su estudiante.

Estaban regresando de una misión, fue un poco más complicada de lo que Yuuta acostumbraba hacer, pero logró completarla con éxito, para total deleite y orgullo de su sensei.

- Ahm...bueno... -dudaba sobre lo que iba a preguntar, pero necesitaba ayuda de un adulto con experiencia. - ¿Usted cree que se puede olvidar el primer amor?

Rika había sido exorcizada hace un mes atrás, y para el chico ésto era muy difícil de asimilar y aceptar.

Gojo al oír esa pregunta, detuvo su andar y volteó hacia el azabache. Éste, se veía nervioso por la respuesta de su sensei y un poco avergonzado por lo que había preguntado.

- Yo creoo - habló alargando la "o". - Que deberías dejar de mirar hacia atrás, podrías perderte del espectáculo que hay delante tuyo. -explicó el de cabellera blanca con el dedo índice hacia arriba. Luego dió media vuelta y volvió a caminar, dejando a su estudiante bastante pensativo.

El joven Okkotsu necesitaba aclarar sus pensamientos, pero por sobre todo, necesitaba aclarar sus sentimientos. Pues las cosas con cierta peliverde se habían salido de control, después de esa noche en que se sentía devastado por lo ocurrido con Rika y encontró a Maki en un pasillo y ella trató de animarlo, en un impulso la había besado descaradamente, después de eso había probado su suave piel, y oyó por primera vez sus gemidos, luego de aquello ya no podía controlarse, no podía dejar de pensar en ella, y peor aún, no podía dejar de desearla, desatando así, una serie de encuentros secretos en los que se entregaban al placer.

Pero se sentía mal cuando pensaba en Rika, pues el juraba que siempre la amaría a ella y sólo a ella, sin embargo, últimamente se sentía muy débil ante la imponente Maki Zen'in, no puede contra lo mucho que ella lo atrae.

Cuando llegaron al colegio, eran las 9:15 am, lo primero que hizo fue ir a ducharse por un largo rato, necesitaba analizar ciertas cosas.
Maki era atractiva, no había duda de ello. Era muy astuta, fuerte y con un carácter inquebrantable. Maldita sea, ella era perfecta en simples palabras, pero le costaba entender lo que sentía por ella, ¿era sólo atracción o algo más?, porque si negara que su cuerpo lo trae babeando estaría mintiendo, pero no siente que sólo sea algo físico... ¡maldición!, ¿por qué tiene que ser tan complicado?

Salió de la ducha y se vistió con su habitual uniforme, se secó el cabello con una toalla y con la cabeza hecha un lío salió de su habitación, necesitaba verla.

La buscó por todas partes hasta que por fin la encontró sentada bajo un árbol en el patio, se veía muy tranquila leyendo un libro.

- Maki-san.. - se acercó a ella, se veía hermosa con esa sudadera violeta, shorts blancos y medias finas negras. Ella levantó la vista de su libro y le sonrió de lado.

- ¿Cómo estuvo la misión? -preguntó, tan directa como siempre.

-Eh..bueno, no fue tan fácil lidiar con tantas maldiciones pero estuvo bien. - respondió rascándose la nuca.

- Ven aquí, me dolerá el cuello si te sigo mirando desde aquí. - lo invitó dando palmadas en su pierna. La confianza cuando estaban solos era inmensa, así que el azabache simplemente se sentó y recostó su cabeza en los muslos de la chica. Ella comenzó a acariciar su cabello.

- ¿En dónde están los demás?, no los he visto por ninguna parte. -preguntó extrañado de no ver a sus compañeros, Panda y Toge con ella.

- Nos dieron el día libre a todos, y quisieron ir a una heladería, hasta llevaron a Megumi con ellos. -respondió sonriendo al recordar cómo no dejaron en paz a Megumi hasta que acepte ir con ellos. - También querían que vaya pero preferí quedarme a leer un poco.

One-Shots [YuMaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora