El Guardián

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Kira miraba al muchacho frente a ella. Estaba más confundida que antes y un millón de preguntas se acumularon en su cabeza

—espera un momento —dijo levantando la mano—, ¿Tú en realidad eres un lobo? ¿la piedra te da el poder de cambiar de forma? y ¿estás aquí para investigar a los humano por el bien del bosque?

—si, es exactamente lo que dije. Soy el guardia del bosque y mí deber es protegerlo de cualquier amenaza

—¿El guardián? —dijo Kira arqueando una ceja y sin entender nada—. Tu piedra, mí piedra, ¿Porque? —dijo confundida.

—las piedras brillan por dos razones: la primera es cuando hay otra piedra cerca, lo que significa que hay otro guardián por eso tanto la tuya como la mía brillaron.

El muchacho tenía el seño fruncido mientras miraba chica frente a él que expresaba la confusión misma, cuando iba a hablar otra vez un sonido interrumpió la desesperación de Kira venía de su bolsillo. Era su teléfono, el muchacho se puso en guardia por el objeto extraño pensando que podía ser peligroso

—tranquilo es un objeto inofensivo, sirve para comunicarse —le dijo Kira tranquilizandolo y este volvió a su posición original—. Número desconocido—murmuró para luego contestar— ¿hola? Si soy yo ¡¿Qué?! ¿Cómo? De acuerdo, enseguida voy —colgó el teléfono y lo guardo, dió media vuelta y se acercó a la reja.

—¡Oye! —gritó el muchacho. Lo había olvidado por completo por la llamada, Kira lo miró—. ¿A dónde vas?

—mi abuelo se desmayo en el trabajo. Lo llevaron al hospital, tengo que ir a verlo—dijo Kira mientras trepaba la reja.
Llegó a la cima y salto cuando iba a la mitad, aterrizó con los pies y las manos. Él muchacho la miro alejarse y se sentó en el suelo, esperaría a que la niña regresará con su abuelo pues si ella tenía una piedra que le regaló su abuelo... Significa que encontró a la persona que buscó por mucho tiempo

Kira llegó al hospital donde preguntó por su abuelo en recepción y luego entro en la habitación donde estaba dormido

—¡Abuelo! —se acercó a la camilla— ¿Que te paso? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? —el anciano abrió los ojos y vio a la niña preocupada y le sonrió.

—estoy buen hija, solo cansado —le aseguro. Unos segundos después el doctor entro en la habitación

—tu abuelo se encuentra bien, no es nada grave —Kira suspiró aliviada—. Pero me gustaría que se quedará un par de días para hacerle unos estudios y descartar cualquier cosa, ¿Estás de acuerdo?

—si, que se quede todo lo necesario —miró al hombre en la cama—. Yo estaré bien, pero quiero que tú estés bien, ¿de acuerdo? —el anciano asintió algo preocupado—. Avisaré a tu trabajo que te aucentaras unos días —Kira salió de la habitación y con su celular llamo al jefe de su abuelo. Luego de unos minutos regreso y se sentó en una silla al lado de la cama—. dijeron que no había ningún problema y esperan que te cuides.

—siempre han sido buenos conmigo —comento con una sonrisa.

—deberias pedir los fines de semana libres, trabajas demasiado.

—supongo que tienes razón pero solo quiero darte una buena vida —dijo desanimado.

—pero yo solo te necesito a ti —le respondió tomando su mano.

Kira se quedó con su abuelo el resto de la tarde para hacerle compañía y se fue tarde del hospital

Llegó a su casa. Cuando iba a entrar vio el patio trasero, el muchacho seguía en la misma posicion que cuando ella se fue y lo observó un momento, él también la miraba

El Secreto del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora