Epílogo

47 0 0
                                    

Cinco años después

Kira estaba parada en la rama de un árbol apoyándose con el tronco del mismo. Su vestimenta era diferente. Usaba unos pantalones como los de Shaoran pero un poco más cortos, una polera manga corta color negro, traía puesta una capa con capucha color verde oscuro y estaba descalza. Su cabello estaba suelto con dos mechones peinados en dos trenzas y afirmados en la parte de atrás de su cabeza con una liga finalizando en una pequeña cola de caballo, la espada de su abuelo la tenía en la espalda. Miraba fijamente el pueblo del que acababa de regresar y cambio la vista hacia su casa. Le traía muchos recuerdos. Sonrió y salto de rama en rama hasta perderse en el bosque. El sol estaba por salir y tenía una sorpresa para Shaoran.

Lo encontró en su verdadera forma durmiendo acurrucado entre las raíces de un árbol. No le costó encontrarlo solo siguió su olor, con el tiempo había aprendido a usar algo de sus poderes.

—Shaoran —lo llamó pero no despertó—, Shaoran —lo llamó con más fuerza y sacudiendolo un poco, finalmente despertó medio perdido y adormilado e inconscientemente se transformó.

—¿Ya regresaste? ¿Que pasa? —dijo limpiándose la baba de la boca.

—ven

—Kira... Aún no sale el sol —se quejo frotándose los ojos.

—ven, vamos —dijo ella tomándolo de las manos haciendo que se levanté, era como intentar tomar un saco de papas pero él despertó lo suficiente como para moverse. Kira lo llevó de rama en rama mientras el solo bostezaba, aún podían verse algunas estrellas pero el cielo se estaba aclarando. Llegaron a un gran árbol cerca de la orilla de un barranco, sus ramas eran grandes y gruesas, había un lago a bajó del barranco—, hasta aquí.

—¿Porque estamos aquí? —dijo él caminando por la rama mientras se frotaba los ojos.

—cierra los ojos —él la miró confundido pero le hizo caso, ella tomó sus manos y caminaron por la rama hasta cierto punto y le ayudo a sentarse, ella se sentó a su lado y espero unos momentos.

—¿Ya los puedo abrir? —preguntó.

—no —dijo ella—, solo un poco más.... Ya —Shaoran abrió los ojos y vió como salía el sol iluminando todo a su paso, la neblina de la mañana y el agua de la laguna hacían una vista realmente hermosa. Shaoran miraba atónito la salida del solo y recordó su primer amanecer. Ese primer amanecer le había encantado y lo había visto con Kira y su segundo amanecer fue con la misma persona y ahora volvía a sentir lo mismo que la primera vez, está vez en el bosque. Su primer amanecer en el bosque. Miró a Kira, la cual miraba el espectáculo con una sonrisa. Nunca se percató de que era la misma sonrisa de Charlie. Volteó nuevamente y se sintió afortunado.

—lamento tuvieras que esperar cinco años más para ver esto, pero quería que vieras tu primer amanecer en el bosque en un buen lugar y me costó encontrarlo.

—gracias, es aún más lindo que la primera vez. Me alegra que mis primeros amaneceres hayan sido contigo —Kira se sonrojo ligeramente—. Me alegra que te quedaras —finalizó con una sonrisa y ella le devolvió la sonrisa.

—a mi también, fue la mejor decisión que he tomado. Por cierto, tengo algo más —de un bolso de cuero que tenía colgado del hombro saco una caja y se la dió.

—¿Que es esto? —preguntó—, esta fría —al abrir la caja se le iluminaron los ojos, era el helado de frutos rojos que tanto le había gustado pero luego miró a Kira algo preocupado—, ¿como lo....? Era de noche cuando fuiste.

El Secreto del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora