Él es bueno en las matemáticas y tú, tú... Emm, en algo también has de serlo ¿No?
El amor siempre es complicado ¡Mucho más cuando no lo esperas! Una petición por parte de un profesor, que en un principio aparentó ser la peor, dió paso a lo que poc...
La alegría que sentías en este momento era inmensa.
Te reías y sonreias sola al recordar lo que había pasado, lo que provocaba que algunas personas te mirasen raro pero, ¿Que importaba? al final del día solo eran extraños que posiblemente nunca más volverías a ver.
Al llegar a casa estabas tan feliz que te costó conciliar el sueño. Sin embargo, al final el cansancio pudo más que la emoción.
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Te levantaste con todos los ánimos del mundo para asistir a la academia.
Al parecer el día de hoy Mitsuri no asistiría debido a que tenía malestar. A la salida de clases planeabas visitarla y llevarle algunas medicinas o comida, la comida siempre le animaba.
-Rengoku-San, ¿No piensa venir? - Preguntaste al rubio flameado con el cual te encontrabas hablando de la situación de la pelirosa.
-¡Iré! -Dijo seguro, estaba preocupado por el estado de su amiga aunque no fuese algo tan grave, dicho por ella misma- ¿Nos vamos juntos después de la salida?
Asentiste.
-Sip, estoy segura de que le alegrará que vayamos ambos.
Su conversación acabó con el sonido de la campana, misma que indicaba que el descanso daba inicio.
Tardaste un poco más en recoger tus cosas dado que te encontrabas distraída hablando con el rubio.
-Bueno, luego de los ensayos, buscame. ¡Te veo luego! -Exclamó Kyojuro, quien debía de ir a cumplir con algunas tareas pendientes del comité.
-Esta bien, suerte con el trabajo -Sonreiste amable mientras tomabas camino por los pasillos, que a este punto ya no se encontraban tan llenos.
Pudiste divisar cierto rostro familiar. Uno algo gruñón y fruncido.
Nadie más ni nadie menos que Sanemi.
Después de lo de ayer, definitivamente estabas dispuesta a tratar de dar los siguientes pasos tú.
-¡S-sanemi! -Le nombraste mientras te acercabas a el.
"¡Que los nervios no te ganen! ¡control! ¡control!"
-¿Hm? -Volteo para encontrarse contigo.
-¿Te diriges a comer? -Indagaste sonriente aunque fuese un tanto obvio.
-Sí, ¿Por que?
-¡Comamos juntos Entonces! -Sugeriste mostrando la caja de tu bento, haciéndole saber que te dirigías a lo mismo.
Él aceptó dicha propuesta, por lo cual terminaron decidiendo sentarse en uno de los bancos del patio trasero para comer amenamente.
Era un sitio tranquilo y despejado. Lo ideal para ambos.
Compartían una charla gustosa entre algunas pequeñas y sutiles risas.
-Me ha surgido una pequeña pregunta ahora mismo... -Agregaste de un momento a otro.
-¿De que se trata? -Habló mirándote mientras comía una pequeña salchicha en forma de pulpo.
-Sanemi... ¿Donde sueles comer en el almuerzo? -Preguntaste viéndolo expectante, casi ansiosa.
-¿Por que rayos quieres saber eso? -Arrugo el entrecejo en señal de confusión, siempre lo sacabas de onda con esos temas tan raros que hacías surgir de repente.
-¡Una pregunta no se responde con otra! -Contraatacaste cruzando te de brazos- Por mera curiosidad... -Mascullaste desviando tus ojos a otro lado.
-Pues por ahí, no soy rutinario. -Soltó subiendo los hombros- Algunas veces con Genya o otras en el comedor con compañeros.
-Oh por Dios... temía oir la respuesta... -Te llevaste la mano al corazón en señal de alivio.
-¿Que? ¿Por que diablos temias de eso? -Indagó sin entender.
-Pensé que dirías algo como "Oh, suelo comer en algún lugar alejado de todos... donde nadie pueda verme, aunque algunas veces como en el desolado baño." -Relataste de forma dramática cambiando hasta tu tono de voz.
Su ceño se frunció a uno de extrañes combinado con uno de sorpresa.
-¿Que clase de imagen mental tienes de mi? Si dijeras eso siendo otra persona te patearia el trasero -Comentó empezando a tomar con risa dicha declaración de tu parte- Deberían quitarte la televisión un tiempo.
Al final tu también terminaste destapando una risa.
-¿Así también eres con Kanroji?
-Peor. -Contestaste sin caer en cuenta de ello. Solita te avergonzabas y dejabas en mal con el chico que te gustaba.
-¿Cómo? -Esperó reafirmación.
-D-digo, digo -Hablaste igual al gallo Claudio de los Looney tunes- ¡Podría decirse que sí!
-Ella esta enferma, ¿No? ¿Es por eso que no vino hoy?
-Si, de hecho planeo ir a verla luego... Es extraño ya que ayer estaba totalmente bien, tu mismo la viste.
-Tal vez le dió algo por ir a buscar al perro del primo de su primo. -Añadió con leve sarcasmo.
"la excusa... diablos..."
-Seeh, tal vez... -Comentaste tratando de no entrar mucho en el tema- Puede ser que se quedó hasta tarde por ahí y pesco un resfriado. -Formulaste la excusa perfecta para justificarla y no entrar en detalles de lo ocurrido.
-Oye, mocosa. -Irrumpió en su plática esa voz ronca que ya te habías grabado en tu mente.
-¿Eh? -Pronunciaste para dar con el con la mirada.
-Te he estado buscando por todos lados y no te encontraba. -Exclamó Kaigaku con fastidio evidente en su tono de voz.
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