Capitulo 15✔️

6.1K 901 342
                                    

-¿Por que me llamas "mocosa"? -Te dirigiste a el azabache con cierto tono de molestia.

Frunciste el celo desde tu posición para que el contrario notara que había interrumpido algo. Cosa qué, al final no capto de todas formas.

-Por que puedo y porque quiero. - Respondió. Era alguien multifacético, en un momento podría parecer el peor bully y al otro ser solo un mocoso irritante.

-No le copies las frases al profesor, no te lucen. -Dijiste cerrando los ojos y cruzando los brazos, para negar con la cabeza al ver lo bajo que había caído.

-¡¿Quien dijo que lo copio?! -Se exaltó al instante, sí, era como un niño malcriado- ¡Ni que la jodida frase la hubiera inventado él! -Se excusó. Tras ello se hizo conciente de la presencia del otro chico. Examinó con la mirada al Shinazugawa, quien no se quedó atras, fulminandolo con la suya.

Definitivamente, dos personas con carácter fuerte siempre crean tensión a donde vayan.

-¿Que pasa? ¿Por que me buscabas? - Preguntaste en un intento de romper la tensión.

"Esto es el extremo de lo incómodo..."

-El profesor quiere hablar con nosotros y como si fuese obligación mía me mando a buscarte por todo este maldito lugar hasta encontrarte.

Suspiraste, ¿Es que acaso no podías ser feliz compartiendo un momento con el hombre de tu vida?

Era algo exagerado claro pero, esos momentos para ti significaban mucho.

-Esta bien, dame un momento. -Pediste pero no resultó como querías.

-Nos vamos ya. -Aseguró- No voy a estar aquí como un perro parado esperandote. -En sus palabras la molestia era notoria. Bueno, tal vez no era para menos su reacción pero la forma en la que se expresaba te hacía cabrear.

Estabas por responder cuando una voz se adelantó a la tuya.

-Te dijo que le des un momento, ¿Eres sordo o que? Bastardo -El Albino se notaba igual de molesto que Kaigaku y estaba empezando a colmar su paciencia.

Tus ojos se abrieron como platos, si bien ya sabías que el también tenia un temperamento demasiado fuerte no habías sido testigo de ello.

-¿Cómo mierda me acabas de llamar? -Kaigaku no dudo ni un segundo en aproximarse hacía el contrario.

"¡¿QUE HAGO?! ¿Y si me meto entre los dos y me gano un trompaso por error que me desfigure el rostro? Debería de rezar o... no, eso no, iría peor si lo hago."

-Te dije bastardo, maldito sordo - Repitió sin preámbulo.

-Maldita mierda con que... -Intento replicar pero se vió interrumpido por tí.

Decidiste levantarte de tu lugar a pesar del riesgo, igual, existía la cirujía plástica de todos modos...

-Quitate. -Exigió hecho una furia- Voy a romperle la cara a ese imbécil.

-No, no me voy a quitar -Contestaste segura. Pero, por dentro ya habías rezado 8 padres nuestros.

Se aproximó a poner una mano en tu hombro para apartarte pero su acción se vio interrumpida al momento en que Shinazugawa se paró y le tomo de esta impidiendo que llegara a tí.

-Tocala y tu familia no te va a reconocer el rostro por la golpiza que te voy a dar. -Amenazó.

Soltó su mano de su agarre rápidamente.

-¿Crees que me das miedo? Si quieres que te golpee solo dilo de una vez, ya me estoy cansando de ti, escoria.

-¡YA! -Decidiste tratar de poner un alto antes de que ambos se mataran a golpes contigo en medio. Ellos no pagarían la cirugia plástica, tu bolsillo corria peligro.- Ya me voy contigo, esto es innecesario.

-No. -Soltó tajante- Ese maldito ya me provocó, de aquí no me voy a largar hasta cobrarmelo. -Replicó el pelinegro sin apartar su mirada de odio de Sanemi.

-Anda, hazlo. Te estoy esperando, perra.

-¡ME CANSÉ! -Grito al llegar a su limite.

Al ver que lo que más temias estaba a punto de pasar no te quedó mas opción.

Empujaste a Kaigaku. Aunque parecía que comía bloques, lograste alejarlo lo suficiente como para luego ir y tratar de jalarlo para irse.

-¡YA! -Exclamaste sin dejar de empujarle con todas tus fuerzas- ¡El tiempo por el que te quejabas de esperar ya lo perdiste de todas formas! -Con aquello solo te ganaste una mirada de molestia de su parte. Al final solo chaqueó la lengua y se encamino esperando que le siguieras.

Te despediste de Sanemi agitando tu mano y con una sonrisa nerviosa, por lo que acababa de pasar.

Seguiste al de orbes azulados en una distancia considerable y aun así lograbas escuchar como maldecia. La rabia que tenía dentro no se le iba a pasar rápido.

En este punto el trayecto hacía la sala de profesores parecía eterno.

Y el tratar de pensar y adivinar el por qué los citó, no ayudaba.

ONEGAI お願い | Sanemi Shinazugawa! Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora