❛ No puedo tocarte
Pero atraído, te quiero cuanto
más enfermo me pongo
Detente por favor no pares
Todo mi cuerpo arde por ti
Mi corazón tiene sed por ti
...
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Oyuki se mantuvo leyendo el libro que le había dejado su madre con instrucciones para el mejor uso de su Técnica Maldita heredada, con Toge recostado en su falda. Desde que habían estado juntos durante el Hanami, se habían vuelto incluso más pegajosos y no es que alguno de los dos le incomodara, francamente la albina agradecía que el de cabellos grisáceos no tuviera la necesidad de presionarla a formalizar algo porque aún estaba en proceso de esclarecerse con ayuda de Maki.
───¡Hey, hey, todos!───Satoru llegó hasta dónde ellos.───¿cómo se sienten?───preguntó sonriendo.
Yūta le estaba por contestar, pero Maki le dió un golpe en la mejilla con su arma.
─── No te distraigas, idiota.───regañó la mayor.
─── Si.───murmuró sobando su mejilla.
─── Ya, levántate.───ordenó de vuelta.
─── Si.───volvió a murmurar.
Oyuki dejó su libro de lado al ver a Satoru llegar hasta ambos, y empezó a jugar con el cabello de Toge, aún recuerda que ambos habían accedido silenciosamente a dormir juntos aquella noche sin intenciones de ir a nada más, como lo hacían antes de que ambos se dieran cuanta de que se gustaban, claro que ninguno sabía de los sentimientos del otro y era en parte un factor importante para evitar que la incomodidad los envolviera por completo.
─── Han pasado tres meses desde que Yūta vino a ésta escuela. Se ha vuelto capaz de moverse mucho.───pensó en voz alta el Panda.
─── Shake.───(así es), respondió Toge, con los ojos cerrados y concentrado en las caricias de Oyuki.
─── Se ha vuelto un chico más positivo.───opinó también Satoru.───haces bien en darle esas charlas nocturnas, Oyuki-chan.───sonrió a la chica.
