𝑇𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑡𝑟𝑒𝑠

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Maraton-1/?

__:

Al llegar al hospital, con mis cosas y de Nadia en mi brazo derecho.

Y por otro lado cargando el pesado portabebé, rogando por qué mi pequeña no se caiga de este. Ya que hoy la traje al hospital, mi madre está de viaje y no tengo nadie quien me ayude.

Alcé la mirada tomando un respiro, y mire a Aidan y Wendy riendo, suspiré rodando los ojos, pidiendo por qué uno de los dos me vea, o que ella me vea y le pida a Aidan que me ayude.

Pero fue todo lo contrario, Wendy se encontró con mi mirada, para después inspeccionarme, soltó otra carcajada y tomo el brazo de Aidan para dirigirse a la cafetería, dándome la espalda.

Suspiré y antes de dar otro paso más con mis pesadas cargas, y la pequeña Nadia. Aparece la persona menos deseable, Jonas.

-¿Necesitas ayuda?-Dice amable tomando mis maletas y las de Nadia antes de apartar mi brazo.

-No gracias, puedo sola.
-Dejame ayudarte, te ves cansada de tanto cargar.

Por algo lejos, venían pasado dos aspirantes altos y fuertes, muy guapos a decir verdad.

-¡Chicos!-Exclame y ellos me miraron.-¿Pueden ayudarme por favor?-Sonrei.

Ellos rápidamente asintieron y se acercaron a mi. Uno tomo mis maletas con las de Nadia, y otro a mi pequeña en el portabebé con mucho cuidado.

-Gracias-Los mire con una sonrisa y después regrese a Jonas, quién está serio.-Hasts luego Jonas-Dije y comencé a caminar con los dos aspirantes tras de mi.

Al llegar a mi oficina, los deje entrar primero, colocaron mis cosas en el escritorio y a mi pequeña nena en el suelo, para que el portabebé no se mueva.

-Muchas gracias, enserio-Sonrei encantada.
-No es nada doctora __, un placer ayudarla.
-¡S-si!-Dijo el rubio nervioso-Encantado de verla, digo de ayudarle digo lo siento.-Rasco su nuca.

Yo reí negando con la cabeza y bese la mejilla de ambos, eran buenos chicos.

-Nos vemos en la hora de comida-Sonrei.

Ellos asintieron, y antes de que el rubio se fuera hablé.

-Y Patric, dime __, somos amigos-Sonrei.
-¿Sabe mi nombre?-Dijo emocionado-¡Muchas gracias!.-Dijo y salió corriendo.

Yo reí y cerré la puerta, me acerque al portabebé y me inque para después alzar la manta que cubria a Nadia.

Esta sigue cómodamente dormida.

-¿Cómo puedes seguir durmiendo después de tantos movimientos?-Susurre divertida.

La puerta se abrió derrepente, haciendo que Nadia abriera los ojos de golpe. Solté una carcajada y alcé la mirada encontrandome con Henry.

-¡Pero si trajiste a mi pequeña hermosa!-Exclama y se inca.-Quitste __-Me empuja haciendo que me vaya de lado.-Hola preciosa-Acaricia la barriga de Nadia a lo que ella ríe.

Quita el cinturón de seguridad, y toma a Nadia en brazos más que encantado. La pequeña comenzó a patalear emocionada de ver a su tío Henry.

-No es justo, que vengas a hablarle bonito, y me empujes tirándome como si nada-Bufe sentándome en mi silla.

-Es Nadia, ¿Que quieres que haga?-Sonrio.

Nadia me miro mientras recibía los besos de Henry y le sonreí.

Tiene razón, por Nadia soy capaz de ponerme contra todo el jodido mundo, para defender esa hermosa sonrisa que tiene.

Henry se levantó del incamiento sin soltar a Nadia y después hablo.

-¿Ya desayunaste?-Pregunto.
-No, no lo eh echo, y no puedo ir a la cafeteria-Hice un puchero.

-Desayunemos juntos, acabo de salir de consulta pregunté por ti, y me dijeron que ya estabas en tu oficina con un portabebé-Dijo sonriente.

Yo reí y asenti.

-Traere aquí los desayunos, espera-Me entrego a Nadia y salió de mi oficina cerrando la puerta.

Sonreí encantada, Henry siempre a sido en mejor amigo de todos, cuando estábamos en la universidad, apunto de casi graduarnos, el terminaba su papeleo, me ayudaba con el mío aunque se desvelará, o incluso pedía comida a domicilio y la llevaba hasta mi habitación para que comiéramos juntos.

En el descanso de clases, me sentada y el ya llegaba con mi almuerzo junto con el suyo. Acaricie la barriga de Nadia y hablé.

-Tienes al mejor tío Henry del mundo-Le susurré.-Tenemos mucha suerte de tenerlo.

Después de unos minutos, Henry entro con platillos de comida, para ambos. Se sentó en las sillas frente a mi escritorio, y coloque a Nadia en el portabebé poniéndole el cinturón.

-Traje para compartir, por qué si pedís dos platos me cobrarían más-Rio.
-Oh, pero que delicia-Tome mi tenedor.

-Y provecho-Sonrio y alzó su tenedor.
-Provecho-Sonrei y choque mi tenedor con el suyo.

Ambos comenzamos a comer como si no hubiera un mañana. Reíamos y jugábamos.

-Quien se acabe el plato primero, gana ¿Okay?-Sonrio.
-Echo-Dije tomando el plato.

A la cuenta regresiva de tres, comenzamos a comer el plato rapidamente, la puerta se abrió y no me importo en voltear, seguí comiendo hasta terminar el plato.

Me levanté victoriosa y pase todo lo que tenía en la boca.

-¡Y gane!-Exclame feliz-¡Tu mami ganó!-Mire a Nadia y está sonrió.
-Bien, me ganaste-Rodo los ojos y me extendió la mano.

-Sin resentimientos... Perdedor-Me burle y estrechamos mano.

-Callate, es la primera vez que me ganas, no te emociones-Bufo.

Ambos miramos a la puerta de mi oficina y ahí está Aidan, con una sonrisa y tras el Wendy.

-Eso fue una justa competencia-Sonrio y se acerco a mi. Tomo mi cadera y beso mis labios.
-¿Verdad que si?-Sonrei feliz.

Aidan bajo la mirada encontrandose con Nadia.

-La pequeña de papá-Sonrio y se inco, quitó el cinturón de seguridad y tomo a su pequeña en brazos.

Esta no deja de revolotear sus piecitos, y de mirar encantada a su papá. Henry y yo sonreímos y el castaño se acerco a Wendy.

-Para fuera, este es un momento privado de familia-Dijo.

-¿Y por qué tu te quedarás?.

-Yo soy familia, tío de Nadia y hermano adoptivo de __, así que adios linda-Dijo irionico y cerro la puerta.

Henry suspiro y giro hacia mi. Le giñe el ojo y el a mi.

-¡Que preciosa te ves hoy!-Le exclamó a Nadia-Mira nada más que hermoso cabello negro-Sonrio-Y esos ojos, me encantan-Beso constantemente su mejilla.

Nadia encantada recibió sus besos. Al alejarse de los labios de su papá lo miro.

Y comenzó a inspeccionar su rostro con ayuda de su pequeña mano. Atrapó tu nariz con la palma de su manita y Aidan sonrió.

Henry en ese instante tomo una fotografía y sonreí al ver la felicidad de ambos ojiverdes, al tenerse cerca.

𝑭𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒂𝒈𝒉𝒆𝒓.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora