Lo que no ves

Prólogo

Rose

Iba por la calle cuando me metí en un callejón para no tardar tanto en llegar a mi casa
Él estaba inconsciente en el suelo del sótano.
Deje caer al suelo la roca que había usado para golpearlo y busque en mi bolsa el instrumento con el que siempre llevaba a cabo mis asesinatos:

Mi cuchillo favorito.

Es una larga historia pero me lo regalaron hace un par de años. Era precioso. El mango era rojo con rosas de brillantes decorándolo. El filo era resplandeciente debido a q cortaba como si todo estuviera hecho de mantequilla. Y tenía un detalle pequeñito rojo también en el filo. Las letras RS, mis iniciales.

Agarre el cuchillo con fuerza y primero le hice un corte leve en el muslo izquierdo. No era muy profundo, solo lo suficiente para q empezara a sangrar.

Me encanta la sangre.

Después procesé a hacerle un tajo más profundo en el brazo. Este era mas doloroso q el anterior pero seguía sin ser mortal.

Yo siempre mataba a mis víctimas de la misma manera: 1 Les dejaba inconscientes los llevaba a mi sótano y les maniataba. 2 Cuando despertaban les empezaba a hacer cortes, empezaba con cortes poco profundos y cada vez lo eran más.  3 Finalmente les cortaba la vena del muslo derecho y les dejaba desangrandose para una vez muertos y descuartizados, tirarlos por una  alcantarilla.

Este no había sido diferente. Cuando acabé cogí el coche y conducí hasta una calle apartada de la ciudad. Obviamente no tiraba a mis víctimas siempre en la misma alcantarilla.

Aparqué en la calle y tiré los trozos del cuerpo por la alcantarilla, pero cuando iba a subir al coche noté una presencia en la calle. Me giré y vi a un chico alto con una capucha negra que le tapaba el rostro.

- ¿Quien eres tú?- le pregunté- ¿cuánto tiempo llevas aquí?
-El suficiente- su voz me sorprendió. La verdad no esperaba q me contestara- para verlo todo.- recalcó esa última palabra.

Entonces se quitó la capucha.

Me tuve que aguantar un pequeño wow cuando le vi la cara. Tenía los ojos verdes más profundos que había visto en mi vida. Su pelo negro despeinado le daba un toque salvaje. Sus pómulos perfectos estaban levemente rojos debido al calor (estábamos en agosto) y sus labios... Oh que labios! Eran unos labios carnosos color sangre (mi favorito) que con solo verlos te daban ganas de besarlos y ... Rose! Sigo siendo una adolescente con las hormonas por los aires después de todo.

-Te había hecho otra pregunta- intente sonar lo más calmada posible- ¿Quien eres?

El dio un paso hacia mi - West- no me había percatado de lo profundamente sexy que era su voz- West Moore.

Nota de las autoras: Hola, somos Isabel y Amparo. Nos hace muchísima ilusión que leáis nuestro libro.
Es nuestro primer proyecto y sabemos que no será el mejor, pero lo haremos lo mejor que podamos.
Esperemos que lo disfrutéis y votad y comentad!