2.- Ojazos azules

70 6 3
                                    

West

Tenía las manos llenas de sangre.

Mierda, odio cuando pasa esto.

Ella está tirada en la calle.

Sí, le había asesinado, pero es algo que no puedo evitar. Ella se había caído al suelo y se había hecho sangre y debido a mi trauma no puede evitar correr a estrangularla.

Tras eso la tire al contenedor y me fui corriendo.

Entré a mi casa y cerré la puerta tras de mí.

-¡Ya estoy en casa!

- Bien cariño, la cena está casi lista.

- Mmmmmmm- me encanta la comida de mi madre, se que pue de soñar un poco infantil pero era así

Subí a mi cuarto y cerré el pestillo. Lo que no me esperaba fue la voz que dijo

- Hola West...

Olive estaba sentada en mi silla con el móvil.

-Hola Olive, ¿que haces aquí?

- Venia a verte, ¿no te alegras?- se levanta y se me acerca y me deposita un suave beso en la boca.

- Si que me alegro pero no estoy de humor hoy.

- ¿y no quieres que te ponga de buen humor?- sabia perfectamente a lo que se refería.

- Ya he dicho que no.

- Bueno pues al menos me quedo a cenar aquí, tú made me ha dejado.

- Me parece bien, pero me voy a duchar antes de ir a cenar.

Le di otro beso y me fui a la ducha.

***

- Esta riquísima la carne señora Moore.

- Muchas gracias Olive, lo he hecho con mucho cariño.

Es cierto que estaba riquísima la carne, pero a mi no me iba decir esas cosas, yo era más de callarm y que lo dijeran otras personas.

- Y dime Olive, ¿que tal llevas los estudios?

- Bastante bien la verdad.

Mentira. Olive no era lo que se dijera una estudiante ejemplar, pero ambos sabíamos que mis padre eran muy exigentes y ella tenia que quedar bien delante de ellos.

- Y tu West, ¿te ha comido la lengua el gato?

Olive y yo fingimos una leve risa, la verdad es que ella conocía muy bien a mi madre y sabe que hacer para complacerla.

- No mama, es solo que tengo mucha hambre y no puedo parar de comer.

Bueno, el resto de la cena transcurrió de forma similar, después Olive se marchó a su casa y yo me fui a dormir.

***

Corre

Corre West, corre

Esa voz no para de sonar en mi cabeza.

Me estoy quedando sin aire de tanto correr pero ella sigue y sigue.

Me giro para ver si él sigue ahí pero ha desparecido.

No me importa, yo sigo corriendo.

No hay nada a mi alrededor, solo unos arboles que cada vez se alejan mas por detrás y nada por delante, pero de repente algo cambia.

Siento un frio insoportable y el suelo se convierte en nieve.

La nieve cada vez es más profunda y me cubre más, y entonces la voz desparece.

Lo que no vesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora