Embriagandose

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Bueno aquí les traigo otro Cap, espero que les este gustando y bueno aquí va.

Después del incidente en el parque, Eugene y Rapunzel no volvieron a dirigirse la palabra. Elsa estaba preocupada por sus amigos, en especial por Punzie. La pelirubia sentía que su nueva amiga estaba enojada con ella. Decidió hablar con ella al día siguiente durante el descanso.

– Punzie, ¿Puedo hablar contigo un momento? – pregunto Elsa acercándose a la joven ojiverde.

– Claro Elsa– dijo Rapunzel

Ambas chicas se dirigieron al jardín del instituto. Rapunzel dijo que conocía un lugar donde podían hablar a solas. Ella guio a Elsa a un kiosco de color blanco, con una elegante cúpula, también tenía unas gruesas enredaderas, rodeado por todo tipo de flores. Rosas, Lirios, Margaritas, Iris, Fresias y Lilas. Era hermoso.

–Este lugar es muy bonito– dijo Elsa maravillada.

– ¿Verdad que sí? Mi hermano es dueño de la mitad del instituto y yo le pedí que mandara a construir un kiosco en el jardín. Je, je y lo cumplió– dijo Punzie muy orgullosa.

Las chicas se sentaron en las bancas ubicadas dentro del kiosco.

– ¿Qué ocurre Elsa? – pregunto preocupada Punzie

– Punzie… lamento haber aceptado la invitación de Eugene. Y-yo solo quería ayudar. Por favor no te molestes conmigo– dijo Elsa muy triste.

Rapunzel sonrió.

– Tonta. Tú no tienes la culpa. La tiene Eugene por pensar que me tiene segura. Es un idiota machista– dijo Punzie, al principio con una sonrisa para pasar a una cara de decepción. Elsa lo comprendió.

– Punzie, a ti te gusta Eugene, ¿No es así? –

Rapunzel la observo con verdadero asombro en los ojos, y después vino el sonrojo.

– ¡¿QUÉ? – gritó Punzie

– Je, je. Estoy en lo correcto– afirmó Elsa

– A mi no me gusta el cara de mandril– se defendió Rapunzel.

– Pero… te sonrojaste– dijo Elsa muy divertida por la reacción de su amiga.

– Eh… yo… yo… ¡Ah cállate no digas eso! – dijo Punzie sin saber cómo negar ese hecho.

Las chicas estaban bien. Pero aún así, a Elsa no le gustaba la idea que dos personas que se querían no estuvieran juntas. ¿Qué debía hacer?

Los días pasaron. Y la fricción entre Eugene y Rapunzel aumentaba. Por más que sus amigos intentaran persuadirlos, ambos chicos no cedían.

Era jueves por la tarde. Hora de partir a casa después de un largo y tedioso día en la escuela. Rapunzel, Anna y Elsa decidieron tener un día de chicas para ir a comprar sus vestidos, ya que el baile era el sábado y aún no tenían nada.

El trío caminaba muy alegre conversando.

– Ahora que lo pienso, Anna, no nos has dicho quien es tu pareja para el baile– dijo Elsa de repente haciendo que la mencionada se sonrojara.

– ¡Es cierto Anna! ¿Quién invitaste? – demando a saber Punzie

– Aaa… Cállense. Es una sorpresa– sonrió Anna triunfante.

– Ah, eso no es justo– se decepciono Punzie

Las chicas siguieron su andar. Observando todos los diferentes vestidos en los aparadores. Estuvieron una hora buscando en todas las tiendas posibles, hasta encontrarlos. Después decidieron ir a comer una hamburguesa.

Hermoso Error- JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora