El sol apenas comenzaba a iluminar la habitación a través de las cortinas, suavemente deslizándose sobre sus cuerpos desnudos que yacían entrelazados bajo las sábanas. La calma de la mañana era un contraste absoluto con la intensidad de la noche anterior. Había sido su primera noche como pareja, y todo entre ustedes había cambiado de una forma que aún estaban empezando a procesar.
Colette despertó primero, sintiendo el calor de tu cuerpo a su lado, la piel de ambos aún rozándose tras esa cercanía tan íntima. Se giró lentamente para observar tu rostro. Tu aun dormías profundamente, tu respiración era tranquila, y un pequeño rastro de una sonrisa se dibujaba en tu boca. Colette no pudo evitar sonreír también; nunca te había visto tan vulnerable, tan cercano. Su corazón latía más rápido al recordar los momentos compartidos la noche anterior, un torbellino de emociones y sensaciones que la hacían sentirse viva de una manera completamente nueva.
Acarició suavemente tu rostro, deslizando los dedos por tu barbilla, queriendo memorizar cada detalle de ese instante. Era su primer día como novios, y la idea la llenaba de una mezcla de emoción y nervios. ¿Cómo sería todo a partir de ahora? ¿Qué significaba realmente este nuevo paso en su relación?
Abriste lentamente los ojos al sentir el suave toque de Colette. Sonreíste al verla tan cerca, tu corazón se aceleró al recordar todo lo que habían compartido. Estabas ahí, junto a la chica que había robado tus pensamientos desde hacía tanto, y ahora era tuya, en todos los sentidos posibles.
—Buenos días —dijiste en un susurro, tu voz aún ronca por el sueño, mientras acariciabas el brazo de Colette con suavidad.
—Buenos días —respondió ella, inclinándose para darte un beso suave en los labios—. ¿Cómo te sientes?
Suspiraste, dejando que la paz del momento te envolviera. Todo lo que habías sentido, las dudas y los miedos, parecían disiparse con el solo hecho de tener a Colette en tus brazos.
—Me siento increíble —dijiste sinceramente—. Anoche... todo fue perfecto. Tú eres perfecta.
Colette se sonrojó ligeramente y bajó la mirada, aunque no podía ocultar la sonrisa que se formaba en su rostro. Nunca había estado tan segura de algo como lo estaba de ti en ese momento.
—Yo también me siento así —confesó ella, entrelazando sus dedos con los tuyos—. Nunca pensé que esto sería tan... natural, tan fácil. Estar contigo, simplemente... encaja.
Te incorporaste un poco, apoyándo un codo mientras la mirabas a los ojos, con esa intensidad que siempre habías tenido, pero que ahora llevaba un significado completamente nuevo. Acariciaste suavemente su mejilla, delineando el contorno de su rostro, como si quisieras memorizar cada detalle, como si este momento fuera un sueño del que no quisieras despertar.
—Quiero que sepas que estoy aquí para ti, para lo que sea que venga. No sé qué nos espera, pero quiero enfrentarlo contigo, Colette.
Ella te miró con una mezcla de gratitud y ternura, sintiendo que las palabras que tu le decíaa resonaban profundamente en su corazón. Después de todo lo que habían pasado, de los momentos de duda, ahora estaban juntos, y eso era lo único que importaba.
—Yo también, ( ). Quiero vivir todo contigo, lo bueno y lo malo. Estoy segura de que no será fácil, pero si estamos juntos... podremos con lo que sea.
Ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la calidez que irradiaba de sus cuerpos y de la conexión tan pura que sentían. Ese era solo el comienzo de algo más grande, algo que ninguno de los dos había planeado pero que ahora los unía de manera irremediable.
Finalmente, Te levantaste todavía desnudo, y te acercaste a la ventana para abrir un poco las cortinas. La luz de la mañana inundó la habitación, y mientras lo hacía, la realidad empezó a filtrarse lentamente entre ustedes. Habían pasado una noche mágica, pero el mundo seguía girando afuera.
—¿Tienes hambre? —preguntaste, girándote hacia Colette con una sonrisa traviesa—. Podría prepararnos algo de desayuno.
Colette se incorporó, cubriéndose ligeramente con la sábana, aún sonrojada por la visión que poseías al otro lado de la habitación.
—Desayuno suena bien —respondió, con una sonrisa igual de juguetona—. Pero no estoy lista para dejar esta cama aún...
Resiste y volviste a la cama, recostándote junto a ella, rodeándola con tus brazos.
—Entonces, creo que el desayuno puede esperar un poco más —susurraste, besando su frente.
Colette se acurrucó contra tu pecho, dejando que ese instante durara un poco más, sabiendo que aunque fuera su primer día como novios, todavía les quedaba mucho por vivir juntos. Pero por ahora, en esa habitación bañada por la luz del sol, todo parecía perfecto, y estaban listos para enfrentarlo, paso a paso, de la mano.
CONTINUARA-----
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°{-Colette x Lector-}° [Esta es nuestra historia de amor] -Brawl Stars
Ciencia FicciónNo me atrevo a decir que me gustas, por qué se que apenas te conozco, pero tengo ese buen presentimiento que a pesar de que no sé nada de ti, no conozco tu canción favorita o la que te hace llorar, no sé cómo hacerte reír, ni que te hace enojar, lo...