Quiero intentar explorar este universo lo mejor que pueda. No siento que sea muy buena en ello pero al menos no me quiero quedar con las ganas.
Quizás no sea buena para escribir todo un Long-fic, pero me he dado cuenta de que ¡Soy buena escribiendo...
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El edificio se sacudía con brusquedad a cada paso que daban. Sus respiraciones hacían eco en la estructura que poco a poco se venía abajo detrás de ellos.
Fue una muy mala idea entrar ahí, pero ya no había vuelta atrás.
Iban tomados de la mano tratando de impulsarse mutuamente. Ambos vieron una abertura en el suelo por la que podían entrar, al menos para evitar ser aplastados. Fue con esas ansias de mantenerse con vida lo que los hizo correr más rápido, eso hasta que una tabla del suelo se levantó un poco lo que provocó que Six tropezara y cayera, soltando a Mono y quedándose atrás en el proceso. Él apenas pudo reaccionar ante eso, cuando salto dentro de la abertura sin Six a su lado.
Todo crujía y una estela de polvo se levantaba por todas partes, dejando un sonido de arena que caía como cascada. Se escuchaba como el concreto en las paredes se agrietaba y cedía por la humedad, a la par que la madera del suelo se rompía.
Mono no supo cuántos pisos atravesó mientras caía antes de que finalmente su cuerpo golpeara los escombros que se acumularon en el único nivel que no se derrumbó.
Perdió la conciencia por unos minutos, hasta que poco a poco volvió en si. Se sentía adolorido. Levantó un poco la cabeza, tosiendo un poco por el polvo, para revisar sus alrededores y en el proceso quitó una tabla que estaba sobre él. A un costado, su linterna parpadeo un par de segundos antes de apagarse por completo.
Genial, ahora ya no tenía nada con que iluminar el camino, simplemente genial.
Su vista viajo un poco más por la habitación y se detuvo abruptamente en un punto específico. Pues del otro lado del lugar y entre una pila de escombros, resaltaba un impermeable amarillo. Six había quedado atrapada.
Se levantó lo más rápido que pudo para acercarse. Ella no se movió.
La preocupación creció en su pecho y sin pensarlo dos veces tomo sus brazos, -los cuales colgaban desde su posición- y tiro de ellos hasta que la madera crujió y su cuerpo salió disparado. No la soltó y de alguna manera eso hizo que la pequeña cayera sobre él, en un pobre intento para que su cuerpo no colisionara con el suelo duro y se hiciese más daño.
Su bolsa de papel crujió al hacer contacto con la madera debajo de él, siendo lo único que se escuchó antes de que el peso del sofá que estaba sobre los escombros hiciese que estos rechinaran y aplastaran el hueco que se mantuvo debido al cuerpo anteriormente atrapado de Six.
Mono soltó un quejido por la caída y un pequeño dolor apareció en su espalda, aunque eso fue totalmente ignorado pues su mente estaba más ocupada en el miedo que sentía al ver qué su compañera no había tenido ninguna reacción incluso por el ruido y la caída. Se incorporo lentamente, sentándose y moviéndola con cuidado para que su cabeza quedará recostada en uno de sus brazos y con el otro la apego un poco más a él.
Ella seguía sin moverse.
El ambiente se sentía pesado y tenso. Conforme los segundos pasaban, la preocupación se fue transformando en desesperación y el niño no sabía que hacer. La miraba expectante, con la esperanza de que abriera los ojos, de que hiciese algún sonido, un movimiento o lo que sea. Pero eso no pasó.
