𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐟𝐢𝐯𝐞.

968 195 29
                                    

—¿Están seguras de que esto es buena idea?.—Preguntó temerosa, Hina y Emma se encogieron de hombros.

—Veelo como tu oportunidad de conocer al amor de tu vida.—Quiso negarse, era tardísimo ¡Seguro incluso la reunión ya había acabado!. Pero sabía que el dúo a sus lados no iba a ceder.

—B-Bien.—Se rindió dejándose arrastrar, no sabía exactamente donde estaban pero efectivamente no había nadie.—Ven, ¿Podemos-

—Se donde debe estar Mikey.—Ahora fue jalada hasta llegar a unos juegos infantiles, efectivamente reconoció la figura de su amigo al igual que a otro chico de cabello platinado.

—Pero está con alguien, no deberíamos interrump-

—¡Mikey!.—Oh, Emma ¿Por qué tenía que ser así?. Ambos se voltearon para verlas, estaba tan avergonzada.

—¿Eh?, ¿Qué hacen aquí?, es muy tarde.—Soltó examinado desde la punta de sus pies hasta sus rostros.—Kei-chan ¿Emma te arrastró hasta aquí?.

—¡N-No!, digo, A-Algo así.—Bajó la cabeza, No quería verlo a la cara. ¡Había ido a meterse en un lugar al que no la habían invitado!, eso era tan descortez.—Lo siento.

—No te disculpes, sólo me preocupa que estén solas tan tarde.—Sintió alivio al escuchar eso.—Kei-chan, él es Mitsuya. Otro de los miembros de Toman.

—¿Mitsuya?.—Se quedó unos instantes viendo al joven, este le sonrió.

—Un gusto verla, Doctora Minori.—¡Mitsuya!, ¿cómo podía haberlo olvidado?. Él era el hermano mayor de dos de las pacientitas de su padre, solía verlas seguido cuando estaban en sus controles de la niñez. Por lo general su progenitor le pedía ayuda con ellas pues a pesar de ser pediatra los niños no eran su cosa favorita.

—Hace mucho tiempo que no nos vemos, ¿Cómo están Luna-chan y Mana-chan?.—Preguntó ya con más confianza. Cada día se sorprendía más de lo pequeño que podía ser el mundo, que impresionante.

—Perfectamente, ya siguen bien sus dietas y duermen temprano.—Sonrió feliz de escuchar ello.—¿Y usted?. Jamás pensé encontrarmela por aquí, Mikey no me había contado que eran amigos.

—Bah, resentido.—Escuchó jugar al rubio.

—Mikey-kun y yo nos conocimos porque ayude a Draken-kun hace un tiempo, Ambos son muy buenos amigos.

—¿Usted fue quien ayudó a Draken?.—En su voz se notaba la sorpresa. Ambos se habían enfrascado en una conversación amena y agradable. Emma y Hina se vieron cómplices mientas Manjiro fruncía el ceño.

—Creo que ella ya lo encontró y ni siquiera lo sabía.—La colorina asintió y con mucho cuidado ambas se comenzaron a separar lentamente de ellos.

—A la cuenta de tres los dejamos sólos.

—Oi, sigo aquí.—Ambas vieron con aura asesina a quien había arruinado sus planes, Mikey ni siquiera lo notó.

—Perdón, Mikey-kun, me deje llevar.—Se disculpó Keihi.—Tengo galletas en mi bolso, ¿Quieres?.

Abrió este sacando el paquete, los ojos de Manjiro Brillaron.

—¡Si, Kei-chan!.—Los tres restantes veían atentamente como el aura del Sano había cambiado en segundos.—¡Gracias!.—Se metió una de ellas a la boca sonriente, la pelinegra le devolvió el gesto alegre de que no se hubiera molestado con ella.

—Adorable.—Una gota recorrió las frentes de las chicas al notar como ambos se podían sumergir en esa burbuja tan fácilmente. Mitsuya dejó salir una sonrisita ladina sabiendo que era lo que estaba pasando allí.

—Ya debo irme, mañana debo levantar temprano a mis niñas.—Se excusó.—Chicas, ¿Necesitan que las acompañe?, es peligroso que se vayan solas.

—Sería fantástico, Muchas gracias Mitsuya-kun.—Asintió la Tachibana.

—Yo llevaré a Kei-chan a su casa después, ustedes váyanse.

[...]

Las calles a esas horas eran tan pacíficas que parecía un sueño, además del incidente de Draken-kun, jamás había estado a pie tan tarde en ellas.

—Mikey-kun, estás decaído.—Murmuró, normalmente el rubio hablaba de alguna cosa absurda o se acercaba a ella para jugar con su cabello. Ahora sólo caminaba a su lado con la mirada algo perdida.—¿Ocurrió algo malo?.

—Uno de mis mejores amigos, de los miembros fundadores de Toman, se unió a otra pandilla, Valhalla.—Él no había dudado ni un segundo en hablar, sabía que podía confiar en ella.—Es triste porque realmente adoro a ese sujeto.

—¿Y no les dijo por qué lo hizo?.

—No, él sólo se declaró nuestro enemigo.—Respondió de forma amarga mientras pateaba una roca atravesada en su camino.—Además tuve que nombrar a un idiota como capitán de la tercera división, Takemichi enloqueció. Todo está siendo extraño últimamente.

—¿Y no puedes quitarle el puesto al tipo?, si dices que es un idiota...—Mikey dejó escapar un suspiro y negó.

—Necesitamos más gente para pelear contra Valhalla, era nuestra única opción.—No sabía que contestarle, era difícil estar entre la espada y la pared más aún cuando gente dependía de tus decisiones.—Takemichi me dijo que Kisaki iba a destruir Toman.

—¿Kisaki?.—Oh, diablos. Su corazón había comenzado a latir de una manera que jamás había imaginado. Temió.—¿Tetta Kisaki?.

—Si, ¿Lo conoces?.

—Mikey, deben alejarse de él lo más rápido que puedan.—Había comenzado a temblar.—No está bien de la cabeza, les hará daño.

—¿Qué es lo que sabes de él?.—El ojigris estaba desconcertado, demasiado.

—El día del cumpleaños de Riuuji me lo encontré.—Comenzó a relatar tomando la mano del chico para jalarlo en dirección al único lugar que podía darle las respuestas que necesitaba.—Lo atendímos en el hospital cuando él tenia once, había tenido una crisis.

—¿Crisis?, ¿Está enfermo?.

—Eso pensé, como me picó la curiosidad al verlo, hace dos días busqué sus expedientes. Tienes que leerlos, No me interesa que sea ilegal, Mikey, él es peligroso.

Había comenzado a correr, Manjiro le indicó que cruzaran la calle. Ahí estaba su moto.

—En serio estás preocupándome, Kei-chan.—Sus ojos brillaban, en un gesto automático se lanzó a abrazarlo.—¿Por qué no me dijiste esto antes?.

—Jamás se me pasó por la cabeza que te toparías con él en algún momento, él ha cambiado tanto...—Se aferró al uniforme del chico.—Incluso yo le tengo miedo ahora, Mikey-kun.

—Entonces vamos, si es así como dices entonces debo arreglar esto de inmediato.—Asintió separándose, él acarició su cabello.—No temas, Kei-chan, todo Toman está cuidandote.

Sintió conforte por aquellas palabras pero aún asi una espina estaba invadiendo sus entrañas, tenía un horrible presentimiento.

—Subete, le avisaré a Kenchin para que nos espere allá.—Asintió.—Tranquila ¿si?.

—Hai, Mikey-kun.—No podía estarlo, No ahora.

¿En qué momento ese chico que le regalaba sonrisas adormiladas se había vuelto tan importante?, no lo sabía. ¿Importaba siquiera?, ni un poco.

Quería protegerlo, incluso si con eso se jodía su propio futuro.

𝗙𝗶𝘅 𝘂𝘀.-ᵀᵒᵏʸᵒ ᴿᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora