Fachadas Perfectas (TERMINADA)

11 La vuelta a casa II

Mackenzie

- Quiero teta mami -dice y con un movimiento saca mi pecho del vestido y empieza a lamerlo con esmero, en segundo ya los tengo duros como piedras, Los movimientos avilés de su lengua me hace arquear la espalda.

-Te gusta lo que te hago mami -Vuelve a decir y yo asiento, va directo al otro, mientras lame con esmero, con la otra mano va quitándome el vestido y no me opongo.

Le cojo la cara entre mis mano y me mira lleno de deseo, le beso con avidez, y él me recibe.

-Yo también puedo jugar a eso papi -Digo siguiendo en el jugo- me apetece un helado.

Lo empujó contra la pared y le empiezo a desabrochar la bruza mientras voy lamiendo todo su cuerpo, llego a sus pantalones y me mira lleno de lujuria, se lo desabrochó y aparece una enorme erección, sonrió y empiezo a lamer los alrededor quiero volverlo loco, cuando veo que ya no puede más, hacer mis labios al grueso capullo que tanto placer me da, le beso la corona y empiezo a da pequeñas lamidas.

-Mackenzie por favor -me pide entre medio de jadeos, no hace falta que me diga más.

Empiezo que engullir el gran falo, que palpita en mi boca, lo miro hacia los ojos para que se lleve esa imagen, me quiere tomar la cabeza para llevar el ritmo, pero no se lo permito, la que manda soy yo, sigo con mi juego hasta que siento que dé va a venir y paro, él lo nota y sabe él porque.

Busca en mis cajones del baño y encuentra lo que buscaba, se pone el condón y antes de que pueda decir nada, retira lo que quedaba del vestido y me carga hasta la cama, me deja encima de la misma y empieza a jugar.

Pasa la corona de su miembro por mis labios vaginales y eso me vuelve loca, como si de una pluma se tratara me hecha hacia arriba de la cama y su boca queda a milímetros de mi sexo y empieza su ataque, lamidas fuertes y gloriosas me hacen estremecerme, me da pequeños mordisco en los labios de mi sexo y ya no aguanto más lo cojo con mis manos y cambio los papeles.

Él se queda debajo de mí, me posición para que nuestras pelvis se rocen y con el simple roce empiezo a mover mi cadera para auto complacerme, lo vuelvo loco y cuando ya no podemos más los dos, posiciono su corona en mi entrada y de un golpe bajo y me lo introduzco entero, jadeamos a la vez y me empiezo a menear a mi antojo dando golpes de cadera y siguiendo mi propio ritmo, eso más los juegos preliminares no es mucho tiempo el que necesitamos para llegar los dos, una vez complacidos los tumbamos en mi cama y nos dormimos.

Entre el sexo y el alcohol estamos rendido.

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Libros : Fachadas Perfectas y La chica de polvo de estrellas ambas terminadas