⩩02

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Ekaterina POV

Había pasado un rato, Masón y yo terminamos viendo películas hasta quedarnos dormidos, desperté gracias a algo húmedo sobre mi hombro, grité del susto al ver las babas de Masón por toda mi pijama.

- aYYY, ¡Masón! - tire su cabeza hacia un lado dando saltitos mientras me alejaba de él. - que asco, tengo tus babas encima.

Masón no entendía nada hasta que me vio, en ese instante no dudó un solo segundo para empezar a reír.

- Oh vamos, mis babas también son increíbles, siéntete orgullosa de ser la única con esta gran oportunidad. - dijo egocéntrico mientras limpiaba su cara con helado.

- Jaja que gracioso, claro que bendición tener tus babas encima. - algunos días quería pegarle tanto, pero tenía que contenerme.

Masón se encogió de hombros mientras veía su celular.

- Mierda, ya son las 7? Porque tú madre no nos despertó a almorzar? Eso sí es de extrañarse. - el chico observo el lugar lo cual también hice viendo a un lado de nosotros una nota.

No estamos en casa, Lukai está arriba, llegamos mañana temprano, ahí tienen el almuerzo.
Att: Mamá.

- Que carta tan linda - dijo Masón leyéndola y dejándola a un lado - Por cierto, irás a la casa del árbol más tarde?

Él chico me observaba intrigado mientras yo pensaba en llamar a mi prima para que así se quedara con Lukai.

- Si, iré, tengo que hacer tequeños después de todo, deberían aprender a hacerlos, la receta esta en internet. - explique yendo hacia la cocina, en busca de los tequeños.

- Yo lo intente, y sabes cómo terminaron las cosas, no quiero que mi madre vuelva a enloquecer por "el olor a quemado" puf, no reconoce a un buen cocinero. - dijo Masón mientras me seguía.

Negué mientras comenzaba a freír los tequeños por los cuales todos morían, a ver no es mucha ciencia, solo es harina de trigo con queso y es que solo era eso, pero que puedo decirles, si no los hacía me obligarían a volver y hacerlos, cosa que claramente no estaba muy dispuesta a hacer.

Paso un rato y Masón dijo que iría a su casa a alistarse y que volvería a por mi en unas horas, por lo cual me quedé sola mientras escuchaba los gritos de lukai desde su habitación.

- OH VAMOS, LUKAI YA CÁLLATE. - grite desesperada.

- VEN Y OBLIGAME - me gritó de vuelta mientras lo escuchaba reír.

Si, Lukai era una pesadilla de 15 años.

Y sinceramente no quería lidiar con él ahora.

Terminé de hacer todo y es allí cuando subí a mi habitación para poder darme una merecida ducha.

Me di el baño más relajante de mi vida, eso sí, colocando música a volumen máximo para así no escuchar los gritos de él tonto de Lukai.

Salí dispuesta a vestirme de lo más calmada cuando me encuentro con mi lindo novio observando una revista, decirles que me asustó, es poco.

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