Diecinueve

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Im pudo respirar tranquilo cuando una alfa, con el aura más imponente que jamás haya podido ver en su vida, le informó sobre el bienestar de Wonwoo al lado de Mingyu.

Su misión ahí ya estaba terminada, no quedaba más que regresar a su manada, el omega ya estaba seguro y no tendría que preocuparse por él.

Al llegar al territorio de los tigres, no se sorprendió al encontrar a Woosik y otros alfas más esperándolo, con obvias ganas de querer matarlo.

- ¡¿A dónde llevaste a mi hijo?! -el mayor le gruñó cuando lo tuvo cerca.

-Donde realmente pertenece y podrá estar a salvo.

El azabache mayor no dudo en golpear su mandíbula, a pesar de no ser joven, seguía siendo fuerte.

- ¡En este momento, irás conmigo a recuperarlo, te unirás con él, porque esa es la única manera para que no te mate! -gritó con firmeza.

-Dudo mucho que Mingyu lo deje ir esta vez. -respondió con voz serena.

- ¡Ese imbécil a mí no me va a detener!

-No seas estúpido, Wonwoo lleva en su vientre a sus cachorros, por ley, tú nada puedes hacer, ahora es el omega del líder de la manada de leones, si vas por él, solo encontraras tu muerte. - advirtió con desdén.

Y no estaba equivocado, según la ley de las manadas, ahora Wonwoo, llevando a los hijos de Mingyu en su vientre, oficialmente era parte de la manada de leones, convirtiéndolo así, en alguien a quien proteger. Si decidía ir por él a la fuerza, lo único que podría suceder, era su inevitable muerte.

(…)

La noche para Mingyu y Wonwoo fue larga, agotadora, pero finalmente buena.

Cuando acabaron de hablar sobre todo lo que había pasado desde su lejanía, se dedicaron a besarse con lentitud, terminando en la cama, mimándose entre las sábanas y sonriendo como los tontos enamorados que eran.

Mingyu jamás pensó volver a sentirse tan bien como ahora. Wonwoo era todo lo que necesitaba, su vida entera, y por supuesto, también sus cachorros ya significan todo para él.

Por el momento no quería preocuparse de los miles de problemas por resolver que tenía, los más importantes de ellos y su principal preocupación, eran Woosik y Tzuyu. Wonwoo le contó cómo realmente se dieron las cosas, la intervención de la omega era algo que no pasaría por alto, así que necesitaba pensar bien lo que iba a hacer al respecto con ella. En cuanto al padre de Wonwoo, éste aún representaba una amenaza, una que obviamente enfrentaría por el bien de su ahora pequeña familia. No permitiría que nadie arruinara su felicidad.

En algún punto de su conversación, ambos quedaron dormidos, abrazados y tan juntos como sus cuerpos lo permitían. Sus expresiones sólo reflejaban lo tranquilos que ahora estaban, por fin sus almas en completa serenidad.

Durmieron relajadamente como no lo habían hecho en semanas. Casi al medio día, el primero en despertar fue Mingyu, abrió los ojos lentamente, encontrándose al azabache aún abrazado a él. Entonces sonrió, nuevamente feliz por saber que todo lo sucedido fue real.

Acarició la mejilla sonrojada del omega con ternura, bajando después su mano con suavidad hacia el vientre donde estaban reposando sus hijos. ¡Todo era demasiado increíble! Apenas comenzaban a crecer dentro de su pareja y él sentía que podría dar la vida por ellos,

Quería llorar, pero esta vez de entera felicidad, aunque este no era el momento para hacerlo. Sin molestar a Wonwoo, decidió mejor levantarse para ir de inmediato a preparar un buen desayuno a su muy embarazado omega. Lo iba a cuidar y consentir todo lo que pudiera ahora que lo tenía de vuelta.

Just Let Me Love You - meanie - adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora