Dieciséis

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En realidad y aunque nadie quisiera aceptarlo, la ausencia de Wonwoo se sentía por toda la manada como un gran pesar.

No solo se trataba de no verlo caminando o trabajando por los alrededores, también era notorio que Mingyu no estaba bien en ningún sentido, lo demostraba su olor amargo, las ojeras bajo sus ojos, la piel pálida y el semblante a tristeza que poseía desde hace dos meses, mismo tiempo que llevaba lejos de su omega.

Aunque intentaba distraerse con el trabajo, haciéndose cargo de tareas pesadas en la aldea, nunca lograba un progreso en dejar de pensar en el azabache.

Lo peor venía por las noches, donde se encontraba a solas, su casa en total silencio por la falta de la persona que le había dado color a su vida, todo estaba vacío, en completa soledad.

No podía evitar sentirse patético cuando se dormía abrazado a la ropa del omega, con tal de percibir un poco de su aroma, el cual era casi nulo. Tampoco controlaba cuando lloraba al recordar a Wonwoo, las lágrimas se escapaban solas al rememorar el día que lo perdió. El día que el omega se fue y se llevó consigo sus ganas de vivir.

-¿Por qué no te quedaste conmigo mi amor?-siempre era la misma pregunta lanzada en medio de su pena incluso si nunca tendría respuesta.

¡Estaba harto de sentirse así!

Si dependiera de él, en este mismo momento iría a buscarlo hasta donde sea que estuviera, solo para traerlo de vuelta y tenerlo una vez más entre sus brazos.

Desgraciadamente no podía hacerlo, y no porque no quisiera o no supiera donde estaba, sino porque para su mala suerte, el rumor de su debilidad en estos últimos meses se había esparcido por toda la región, llegando a oídos de sus enemigos.

Kim Mingyu era un noble alfa, pero no se tentaba el corazón con desgraciados que querían aprovecharse de su amabilidad, por ello, se había conseguido muchos enemigos, los cuales siempre habían querido verlo hundido, apropiándose de su territorio a como diera lugar.

Así que este era el momento perfecto para atacarlo, justo cuando se encontraba más débil.

Cerca del atardecer, Soonyoung fue el primero en darse cuenta que al menos 10 híbridos de león totalmente desconocidos, habían atravesado los límites de su territorio.

Cuando el alfa pelinegro dio el aviso de la situación, Kim Mingyu ordenó resguardar a omegas y cachorros, reuniendo enseguida a los varios centinelas de la aldea para proteger a los demás.

Todo indicaba que su manada estaba bajo un inminente ataque.

(…)

-Hijo, tienes visita. -anunció Somi viendo a Wonwoo salir del baño, tal vez en su tercera vez ahí luego de vomitar lo poco que desayunó.

-No quiero ver a nadie. -Se tiró sobre su cama, resoplando con molestia.

-¿Ni siquiera a mí?-escuchó una grave voz masculina; se trataba de Im.

Rápidamente se incorporó en su lugar, mareándose ligeramente.

-¿Qué haces aquí?-sigilosamente su madre se retiró, dejándolos solos.

-No quería pasar más tiempo sin verte. -con pasos lentos se acercó hasta el omega, quien permanecía aun sobre la cama.

-No he estado sintiéndome bien. -respondió simple.

Tal vez no se sentía muy cómodo al lado de Im, pero ya había pasado mucho tiempo escondiéndose de todos, debía hacer un esfuerzo por hablar con él sin huir, al menos por los viejos tiempos.

-Pero que bueno que viniste. -trató de sonreirle. El alfa en un tiempo atrás, antes de todo el desastre, había sido su amigo y casi su esposo, por lo menos ahora podrían intentar recuperar aquella amistad.

-Hay mucho que hablar entre tú y yo. -el azabache entendía a qué se refería con ello, si bien el alfa no lo había molestado estos últimos días, tampoco olvidó que para él, ellos seguían estando comprometidos. - Antes de aquel terrible día, estaba cortejándote, hasta donde me quedé, íbamos bien, creo, solo quiero saber qué piensas al respecto.

Wonwoo se afligió al oírlo.

-Tienes razón, hay mucho que hablar. -suspiró con resignación.-mi padre es el que quiere casarnos, aunque se ha eliminado la marca que ya tenía, no quiero tener otra. Tampoco hace falta decir que estuve con otro alfa-declaró esto sin miedo. -en todos los sentidos que se puedan estar. -terminó, tratando de hacerse entender completamente.

-Eso lo sé muy bien. -Se sentó junto al azabache, demasiado cerca. -el olor de tu celo recién terminado decía a gritos lo que hiciste con él. - su voz sonaba tranquila, sin embargo, se escuchaba la aflicción en ella.

-Entonces, de una vez con todo eso dicho, ¿qué es lo que esperas de esto? No quiero y tampoco tengo nada que ofrecerte. -estaba siendo cruel, pero poco le interesaba.

-No me importa lo que hayas tenido con ese alfa. -El omega abrió los ojos sorprendido. -Siempre he sabido que te quiero para mí, desde hace mucho he planeado toda una vida a tu lado, solo... - sin dejar pasar más tiempo, acercó su rostro al de Wonwoo, tomando sus mejillas con suavidad.

El más pequeño no se movió, ni para acercarse y menos para alejarse.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, sintió los labios contrarios rozar con los suyos, tocándolos de forma superficial, siendo Im quien lo besaba.

Wonwoo no se movió para nada, solo estuvo expectante a lo que ese beso podría provocar en su interior.

Luego de segundos donde solo fue el alfa moviendo los labios sobre los del omega, éste se alejó de él.

Wonwoo no lo había rechazado, pero tampoco lo aceptó.

Con ese acto, entendió que no habría ningún otro hombre que le hiciera sentir lo que Mingyu, nadie se compararía jamás a él.

Nunca podría amar a otra persona como amaba a Kim Mingyu.

-Im, vete por favor. -le pidió en voz baja.

El pelinegro no le hizo caso, al contrario, lo atrajo hacia su cuerpo en un abrazo.

Wonwoo se removió incómodo.

-Oye, ¿Qué es lo que te sucede?

Im acercó su boca al oído del omega.

-Escúchame con atención.-le susurró. -Tu padre está dentro de la casa, así que no puedo hablar más fuerte o sabrá que estoy diciéndote.

-Im...

-No hables, pon atención. Te esperaré en los límites del territorio justo a la media noche. -lo pegó todavía más cerca suyo.

-¿Qué?

-Sigues amando a ese alfa más que a tu propia vida, y ya sé que no tengo ninguna oportunidad contigo. Te voy a sacar de aquí.

-No estoy entendiendo.

-Solo confía en mí, tu padre no permitirá que vayas a ningún lado, o no sin mi ayuda. Cuando salgas de esta casa, sé muy cuidadoso. Te prometo que entenderás absolutamente todo esta noche.

El alfa le soltó y camino hasta la puerta. Antes de salir, se volvió a dirigir al confundido omega.

-Una cosa más. -Señaló con su dedo hacia el estómago del omega.-No tomes cualquier cosa extraña que Woosik te dé, a él no le gusta mucha la idea de ser abuelo todavía.

Just Let Me Love You - meanie - adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora