Miedo

210 14 23
                                    



La luz del sol empezaba a molestarle sobre los ojos, así que se acurrucó contra la almohada que estaba abrazando, quejándose un poco por la incomodidad. Abrió lentamente sus ojos color miel, aún tenía sueño, pero quería ver por qué la almohada estaba tan pesada y no podía moverla; sin embargo, lo que se encontró le detuvo el aliento.

Levi estaba durmiendo a su lado, la estaba abrazando y parecía estar profundo como un bebé, ella ni siquiera recordaba haberlo visto tan relajado antes.

—Levi... —murmuró, detallando cada parte de su rostro, lucía tan sereno en ese momento, tan apuesto, aquellos labios siempre la llamaban a querer besarlos, le hacían sentir sedienta, pero sabía que no podía tener lo que quería.

Se sentó con cuidado sobre la cama y lo observó un momento más, ¿por qué él estaba ahí? ¿Qué hacía a su lado? ¿Qué era lo que pretendía Levi al acercarse así a ella?

—Despierta, Levi —llamó, intentando alzar un poco el tono de su voz, pero él no abrió sus ojos, debía estar realmente cansado—. Levi... —insistió la chica, acercando su mano a él para moverlo un poco.

El azabache abrió fue despertando lentamente, estaba un poco desorientado, pero rápidamente se incorporó, mirando a la joven que estaba a su lado, quien lo veía con curiosidad y cierta incomodidad. A pesar de que ella esperaba algún tipo de reacción de su parte, Levi simplemente se levantó de la cama y estiró un poco sus brazos, soltando un hondo bostezo. Parecía como al fin hubiera dormido profundamente, pero no fue así, apenas había conciliado el sueño porque Petra no dejaba de moverse por la noche.

—¿Por qué estabas aquí? —preguntó la chica, un poco cabreada al ser testigo del nulo intento del hombre por explicarle la situación.

Él la volteó a ver, mientras se aflojaba el nudo de la corbata, ni eso se había sacado anoche.

—Estabas teniendo pesadillas, así que vine —explicó del modo más obvio y desinteresado del mundo, pero eso no fue suficiente para Petra, que continuaba enojada, aunque también se sentía avergonzada.

—¿Y por qué me abrazaste? —cuestionó, bajando un poco el tono de su voz, sus mejillas se sentían calientes y su corazón agitado, no entendía por qué tenía que reaccionar de ese modo al estar cerca de Levi, no era justo.

La pregunta lo tomó por sorpresa, miró a Petra y notó su forma de actuar, ella seguro que lucía hermosa cuando se sonrojaba, era una cosa de ella que él disfrutaba de ver, aunque jamás se lo hubiese dicho.

—Tú me abrazaste —respondió, aunque sabía que no era cierto, era mejor mentir que admitir que él había cometido tal acto—. Por cierto, tengo que ir a trabajar, pediré que alguien venga a ayudarte.

Petra no respondió nada, simplemente asintió con la cabeza y luego vio a Levi salir de la habitación, seguramente iba a ducharse para luego preparar el desayuno. Ella se recostó nuevamente, estaba harta de estar en esa cama, pero tenía que aguantar por el bien de su bebé.

A pesar de que no quería dejar a Petra sola, Levi ya había tomado varios días libres, así que tuvo que presentarse a trabajar, ya que pronto sería el aniversario de la compañía y había muchas cosas que organizar. Cuando el elevador se abrió en su piso, lo primero que vio fue a su secretaria, quien estaba organizando unos cuantos documentos.

—Nifa —la nombró, como no había ido a trabajar desde el accidente de Petra, todavía no había tenido la oportunidad de aclarar el malentendido con la joven de cabello rojizo, así que apenas ella lo escuchó, por poco y le dio un infarto.

Let's Break upDonde viven las historias. Descúbrelo ahora