El Dragón Negro [Akatsuki No Yona]

Capítulo 11

Ya todos cenados y bastante cansados todos se dirigen a la habitación, Yona y Kim se acuestan, no se pusieron algo cómodo, algo normal que los chicos no les llamaría la atención, los demás ya habían conciliado el sueño, Zeno le tocaba hacer guardia, pero había un problema, ni Yona ni Kim tenían sueño, lo cual se quedaron hablando con el dragón amarillo mientras se sentaron en el techo de esa posada, estaban riendo y mirando las estrellas, era algo que les animaba a seguir charlando, pero tratando de no hacer mucho ruido alguno para no despertar o llamar la atención de la gente donde Haku que se molestaría bastante.

— Kim ¿puedo preguntarte algo? (Zeno la observa mientras come unos bocadillos)
— Si dime ¿qué ocurre?
— ¿Por qué tienes el poder de los cuatro dragones?
— Porque no se, tengo la inmortalidad como tu pero no se terminará si no tengo una hija, tengo fuerza en mi pierna derecha al igual que Jae-ha, no torturó a la gente como Shin-Ah pero puedo ver en la oscuridad, tengo fuerza en mis manos al igual que Ki-ja, pero puedo sentir y absorber el dolor ajeno, es algo que a veces no quisiera sentir, al tener todos los poderes en un solo cuerpo mi energía se termina muy rápido, es como que me desgasto, por eso siempre evito pelear porque me desgastó mucho
— ¿Por eso usas guantes? (Yona pregunta) es cierto, me acuerdo que luego de salvar a Shin-Ah terminaste muy mal
— Si, así es, pero a veces esta bueno porque puedo trasmitir lo que siento a otros…
— ¿Cómo tu matrimonio arreglado? (Zeno comento logrando alertar a la princesa)
— ¿Te vas a casar? (Yona comento alterada)
— Tranquila, tengo un par de lunas para evitarlo… Digamos que las mujeres al llegar a la edad de 25 se tienen que casar, mi abuela organizo una boda, mi mamá quería que venga con ustedes para que no se cumpla, pero de todas maneras tendré que ir, prometí que si al volver no estaba enamorada de alguien ese hombre me estará esperando (suspira) pero bueno, igual te dije Yona que me quedaría un tiempo y luego regresaría
— Debo apresurar las cosas con Jae-ha y Kim (susurra a Zeno)
— ¿Te puedo hacer otra pregunta? (El dragón comento)
— Claro.
— ¿Te gusta alguien actualmente? No se como alguien de cabello verde y largo.
— Me iré a dormir, que descansen (comenta Kim esquivando la pregunta)


Al momento de bajarse del techo entre el bosque oscuro se le queda viendo de manera fija, camino a ella de manera cautelosa mientras Yona y Zeno entraban a la cabaña, empezó a caminar entre los árboles pero se detuvo en el medio de ellos al ver un gran río correr, decide ignorar aquello pero al dar media vuelta se asusta al ver a un hombre, el mismo hombre de aquel bar, a su alrededor un par de hombres, ella traga saliva  “Gritas y perderás" ella ya estaba algo débil por el encuentro hace unas horas, estos hombres al ver el estado “cansado" de la joven no lo dudaron, ella se quiso defender pero la fuerza no estaba de su lado, le taparon la boca y empezaron a pegarle todo era risas, un fuerte golpe en su rostro la dejan mareada, intenta correr pero la toman del cabello.

— Te haces llamar dragón negro pero mírate queriendo escapar de quienes te podrías defender (ríe) tu me humillante, ahora te toca a ti, pero con dolor y sufrimiento.
— ¿Qué demonios piensas hacerme? ¿Torturarme? No puedo morir para tu información
— Eso lo veremos

Kim empezó a tratar de zafarse de todos los hombres que la están sujetando, intenta liberarse pero no puede, ve como se empieza a acercar a ella lo peor viene a su mente logrando hacer fuerza para liberarse para así escapar corriendo pero es en vano, uno de ellos n corre y la toma de la nuca para luego lanzarla al suelo le tomaron el pie y empiezan a arrastrarla, ella intenta aferrarse a las hiervas pero se rompen. La toman de los brazos que por la arrastrada y su piel expuesta mostraba las heridas al pasar sobre ciertas rampas o piedras.
Ve como le levantaron la falda y empezaron a acariciar la pierna derecha, ella asustada temiendo lo peor, en eso sin previo aviso acompañado de una sonrisa le empieza a arrancar las escamas de su pierna causándoles un gran dolor, grita y sus ojos muestran desesperación. Arrancaron cada una de las escamas de aquella pierna sin darse cuenta de la existencia de ellas en el resto de su cuerpo. Estuvieron así toda la noche, el dolor era insoportable, mira la luna pidiendo ayuda con la mirada, corre la vista a la izquierda viendo la cabaña alejada de ella dándose cuenta que por más que grite no serían escuchados aquellos gritos.

Al salir el sol los hombres la dejaron en el suelo, apoyada a un árbol, su nariz, de ella salía sangre, esta temblando, se levanta su falda asustada para mirar su pierna quedando el doble de asustada, su pierna completamente lastimada, las escamas arrancadas de su cuerpo dejando heridas visibles, cortaduras, rasguños, hematomas que se habían formado en cuestión de horas, mira a la cabaña y logra captar que todos se encontraban despiertos, mira el arrollo y como puede entra a las aguas, sus quejas de ardor por las heridas y el dolor lograban las lágrimas en su rostro, el agua se tornó roja, se quedó unos minutos, al salir ve a lo lejos ropa colgada de una joven muchacha, al salir del agua se dirige allí en silencio roba ropa limpia, con su vestido viejo rompe en tiras y empieza a vendarse cada herida con lágrimas en sus ojos por el dolor ocasionado, pero se planteaba una cosa “siempre me vieron de carácter fuerte, no me pueden ver débil y llorando" comentaba en voz alta mientras pensaba en su nuevo grupo de amigos, se vendo, y se cambió, unos pantalones con unas botas largas, pero había un problema, el caminar, el dolor le impedían caminar normal, como pudo empezó a acercarse a los chicos mientras se sujeta de los árboles.

No quería hablar con nadie, ellos al verla se quedaron en shock, su rostro, su rostro lastimado, con una sonrisa: Me caí del árbol alto que esta allí. Entra a la casa y se encierra en la habitación donde se sienta.

— ¿Por qué no puedo vivir tranquila?

De preguntaba mientras se mira al espejo, al salir ve a Jae-ha parado en el marco de la puerta, ella sonríe, una sonrisa amable fingiendo que todo está bien, olvidando el dolor de su pierna, o del cuerpo completo, se sentó a desayunar junto a la princesa, todo parecía normal, ella reía y molesta a peli verde como si no pasara nada. Hasta que a lo lejos ven a los tipos del bar caminando como si nada, que se quedaron observando su mesa, no podían dejar de reírse logrando llamar la atención de todo el grupo de Yona, como Kim simplemente evitó mirarlos fingiendo que tomaba agua y continuando con la charla junto a Yoon que en un momento posa la mano en la pierna de la joven accidentalmente notando como hizo una pequeña expresión de dolor en su cuerpo.

— Es cierto lo que dicen, hierba mala nunca muerte.

Se escucho entre risas con una mirada fija en Kim que decide levantarse de la mesa y irse de allí, Yoon va detrás de ella, ambos entraron a la habitación, Yoon se quedó atónito, al ver todo el cuerpo de Kim completamente herido, el dolor era tan fuerte que no podía seguir así, tener que recurrir al muchacho para que la atienda, paños de sangre se pusieron en un recipiente, ella en silencio aguantando el dolor como podía, heridas abiertas que necesitaban sutura, se puso un trapo en su boca para así poder evitar gritar o producir algún ruido inesperado.

— Por favor no digas nada, que esto quede entre nosotros.
— ¿Y cómo piensas evitar qué se note caminar cojo? ¿Cómo evitar que cuando alguien te abrace o cuando estemos que irnos a dormir veamos tus heridas o que expreses dolor al tocarte?
— Tranquilo, estoy acostumbrada, siempre me hicieron daño en mi aldea (sonríe)
— Pero ¿arrancarte todas las escamas de tu pierna? (Se ríe con sarcasmo) Kim ¿qué fue lo que pasó? Se supone que tienes todos los poderes de los 4 dragones
— Pasa que al tener las 4 cualidades de los dragones y yo las usó, digamos que quedó débil por así decirlo, o sea pierdo la fuerza a excepción de los poderes que ya lleva es el dragón negro,  anoche perdí la fuerza, parecía una mujer sumamente vulnerable, no me podía quitar los guantes no podía hacer nada, por un momento pensé que me iban a… (no puede completar la oración)
— ¿Violarte Kim?
— Si, cuando me levantaron la falda luche y luché pero no pude liberarme, no me violaron pero me arrancaron todas las escamas de mi pierna y me duele demasiado no puedo canalizar el dolor
— Bueno, tranquila, ya podremos solucionar esto, ya lo podremos solucionar…