Dieciocho / Dos.

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YVAN

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YVAN

CINCO AÑOS ANTES.

Erik se convirtió rápidamente en mi mejor amigo. Por así decirlo, era el Jared de mi Jenna. Nuestra relación era absolutamente distinta a la suya, claro, nuestra amistad no pasó de ahí, pero aquella era la analogía que yo siento más correcta. Por su parte, Alessia seguía siendo mi mejor amiga, pero la conexión que había sentido y que fui sintiendo más tarde con Erik fue superior.

La adoraba, pero era distinto.

Después de aquel día en el que mi confusión me había llevado a hacer dos nuevos maravillosos amigos y después de la llegada de Jenna unos meses después, el grupo de los Cinco nació. La única desventaja fue que, al ser un número impar, hicimos conexiones entre nosotros: Jenna y Jared, Erik y yo... Y Alessia. En general, Alessia nunca había sido muy de hacer amigos: con nosotros le había costado muy poco, pero tenía pocos amigos más allá de nosotros. Con nosotros cuatro, le había costado realmente formar una conexión y, posteriormente, era una más en el grupo, no había nadie que se sintiese demasiado unido a ella, aunque ella tampoco hizo mucho por remediar aquello. Sí, era parte del grupo, pero si teníamos que contarle nuestras cosas a alguien, Alessia no solía ser la primera opción. Y ella se solía guardar sus cosas para sí misma, tuviese a alguien para contárselo o no. A veces, me dolía no haber intentado tener una relación más estrecha antes, que necesitásemos algo más, algo ajeno a nosotros para unirnos realmente.

Volviendo a Erik, el rizoso fue el que mejor me entendió desde el principio. Nos gustaban más o menos las mismas cosas, solíamos pensar igual, muchas veces hasta acabábamos frases del otro... Prácticamente, nos considerábamos almas gemelas en cuanto a amistad. Era muy bonito sentir esa clase de conexión con alguien. Sobre todo, cuando esa persona sentía esa misma conexión contigo.

Eso me pasaba exactamente con Erik.

No obstante, hubo un tiempo en el que sentí que esa conexión se fue un tiempo al garete. No por nada de lo que hiciese él, sino por mis propias inseguridades. Todos conocemos las movidas mentales que yo solo creaba cuando tenía apenas cinco años, así que con el paso de los años, esta clase de cosas fueron aumentando en número y en intensidad.

Concretamente, ese tiempo tiene lugar apenas unas semanas después de que Alessia me confesase su atracción por las chicas y su no atracción por los chicos. Teníamos doce y trece años, y en aquel entonces fue cuando mi gusto por las películas de Marvel empezó. Tras la revelación de Alessia, la primera película de Capitán América causó... Estragos en mí. Fue en aquel entonces cuando me di cuenta que era bisexual. No tuve ni un solo momento de duda, solo supe, después de buscar acerca de cómo se conocía aquella sexualidad, que era bisexual.

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