Frío [MLB-PV Feligette]

Memorias

Un hermoso día comenzaba con los cantos de las aves y los animales correteando entre ellos cómo un simple juego.

Caminaba por aquel bosque con calma sabiendo que nadie lo perseguían, después de todo ningún vampiro estaba tan loco como para salir a plena luz del día, con el sol en su punto máximo.

Se tomaba su tiempo, observando los frondosos árboles mientras sentía como la fresca brisa diurna tocaba su piel.

Era adictivo, aquella libertad otorgada por el peligro de una muerte segura ante el resplandor del lucero de la mañana.

Siguió caminando hasta llegar a un cristalino riachuelo, tan hermoso y brillante como una piedra preciosa.

- El Río Esmeralda - dijo - Cuando lo observo me acuerdo de ti, de tus preciosos luceros, de tu voz de aterciopelada en un suave murmullo, me acuerdo de tus caricias inocentes que me hacen suspirar, sueño con tenerte de nuevo a mi lado o en mis brazos, sueño con tener de nuevo la dicha de besarte y no dejarte ir, te necesito para respirar, necesito tus ojos para ver, necesito tus labios para sentir, necesito tu alma para vivir porque esclavo de tu amor soy, hasta que el sol o la plata me vuelvan cenizas y mi corazón vampírico deje de latir.

- Pronto estaremos juntos de nuevo mi amada Emily - el apuesto vampiro fijo su vista hacia el frente, donde una hermosa rubia de ojos verdes lo observaba con lágrimas en los ojos - Es una promesa - antes de irse tomo en sus manos un pequeño sobre, que estaba oculto dentro de un árbol hueco.

Ante su afectuosa mirada, el vampiro dejo en el mismo lugar un sobre de un tamaño parecido pero de diferente color.

Acto seguido hizo una elegante reverencia sin despegar su mirada del frente, para después marcharse sin dejar rastro, odiando con todo su ser aquella maldición.

Hace 100 años

La luna brillaba hermosamente en el firmamento quien le hacía compañía a un joven vampiro de ojos grises, este observaba como la copa de los árboles se movían de un lado al otro sumido en sus pensamientos.

Se había llevado a cabo la "Elección", por lo que pronto se vería en la obligación de tomar como mujer a una extraña para procrear junto a ella.

Sin embrago su deseo no era seguir las tradiciones, sino amar a aquella humana que con tan solo su presencia lleno su corazón, era tanto su anhelo de protegerla que le termino convenciendo de quedarse junto a él y así evitar un nuevo ataque.

Su mente no dejaba de divagar entre los recuerdos dejados por la última conversación que sostuvo con su progenitor.

Lucius Agreste, un vampiro tan frío como calculador le había explicado con lujo de detalle el porqué de la "Elección".

La maldición de la Sed de Sangre, como su nombre indica provoca una espantosa sed que va creciendo conforme pasa los días, hasta llegar a niveles incontrolables.

Para poder contrarrestar los efectos de la maldición se llevaba a cabo un ritual sangriento en donde el heredero debía ingerir toda la sangre y el corazón de la mujer que le dé un hijo.

Dado en el caso de que no llegará a consumir ni uno ni lo otro perdería la cabeza por culpa del hambre.

- ¿Mi señor? - la dulce y adormilada voz de la ojiverde trago devuelta al ensimismado vampiro, quien al dirigir su mirada a la chica pudo deleitarse con la tentadora imagen de ella recién despierta al igual de un notable sonrojo - ¿Sucede algo? -

- No es nada de que preocuparse, vuelva a dormir - la rubia sonrió y lentamente volvió a sumirse en los brazos de Morfeo confiando en aquellas palabras.

Mientras Gabriel tragaba con dificultad al observar el descubierto cuello de la joven y oir el latido de su corazón, sintiendo como su garganta se secaba rápidamente.

Cerro sus ojos con fuerza controlando aquella sed repentina, presintiendo que su progenitor no había sido completamente sincero con él.

- ¿Me ha llamado? - Gabriel se dio vuelta a escuchar la voz de la joven, se mostraban tranquila a pesar de sentirse intimidada por la fuerte presencia del líder de los Agreste.

- ¿Hiciste lo que te pedí? - preguntó, sin rodeos.

- Si señor - respondió la joven sin atreverse a levantar la mirada, después de todo era el único que conocía su historia sin mencionar de los sentimientos que albergaba por su primogénito.

- Bien - el ojigris dejo su posición para caminar hacia la puerta - Ni una palabra de esto a Mi hijo, cuando sea el momento yo mismo hablaré con él.

La mención de Félix perturbó a la joven, provocando un leve temblor en su cuerpo con tan solo imaginar al rubio enterarse de aquel arriesgado pero único plan.

Ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por él, incluso dar su vida de ser necesario.

- Si señor - Gabriel observó a la joven, no pudo evitar evocar la imagen de su amada Emily, por lo que antes de pasar de largo se detuvo por un momento a su lado.

- Las "Elegidas" nunca bajan la vista ni en frente de su líder, procura ser fuerte y firme o de lo contrario todo esto será en vano - Gabriel siguió caminando sin esperar respuesta de la azabache.

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HOLA HOLA HOLA CASEROLA...

¿Como están?

Bueno eh aquí el siguiente capitulo de esta historia, de verdad me disculpó por no ser tan activa, eh estado demasiado ocupada, tanto que casi olvidó como es tener algo de tiempo para mí jajjajaa.

No es fácil ser adulto jajjajaa hay dolor 🤣😭.

Pero bueno dejemos eso de lado, ya que en este capítulo se reveló un dato de La maldición de los Agreste.

Y sobre la "Elección", dígame se esperaban eso?, Quizás, tal vez, a lo mejor, es posible, jajajaja.

🤔 Esta un poco misteriosa aquella conversación entre Gabriel y Bridgette. ¿No lo creen?.

¿A quien más le gusto el poema de Gabriel?, Jejeje se nota que aún se aman ♥️.

La verdad no soy buena con los poemas pero espero que esté sea de su agrado jajaja.

Sin más que decir me despido

Matana mina-sama (hasta luego a todos) 💮😘