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SungJin se encontraba en su oficina, trabajando en un nuevo caso. Park era un abogado bastante respetado dentro de aquel buffet.

Su caso no era tan interesante. Un divorcio, algo que se veía bastante seguido. Era una pareja joven, sin hijos.

Siguió trabajando un poco más en eso cuando tocaron la puerta.

—Adelante.

Una de las recepcionistas del edificio entró.

—Señor Kim, alguien le está esperando abajo.

—¿Te dijo quien era?

—Kang YoungHyun.

—Bien, en un momento bajo.

La muchacha asintió y salió de la sala, cerrando la puerta detrás de ella.

Era la segunda vez que YoungHyun iba por él al trabajo. Y no le molestaba, en absoluto. De hecho le parecía un lindo gesto.

Salió de su oficina, cerrando la puerta de esta con llave. Bajó por el ascensor hasta el lobby, donde se encontraba YoungHyun esperándolo.

—Hola, bebé.

Aún no eran una pareja oficial, pero YoungHyun amaba usar apodos lindos para poner nervioso a SungJin.

—H-hola, Young.

—¿Vamos?

SungJin asintió. YoungHyun tomó su mano y salieron del edificio, con un SungJin bastante sonrojado.

Una vez llegaron a la escuela de los niños, YoungHyun apagó el auto y ambos salieron de este.

—¡Papá!

Pero algo no estaba bien.

—¡Minho-ah!—SungJin tomó a MinHo entre sus brazos, dándole un cálido abrazo.

—¡Hola, señor Kang!

—Hola, MinHo. ¿Dónde está ChangBin?

—Se lo llevó una mujer. Changbin se miraba asustado.

—¿Qué?—la expresión de YoungHyun cambió drásticamente.

Prácticamente corrió hasta el interior de la escuela.

SungJin bajó a MinHo y tomó su mano.

SungJin siguió a YoungHyun y entró a la escuela. Buscó a Kang con la mirada hasta que lo encontró hablando con una de las maestras.

—¡¿Cómo va a dejar que una desconocida se lleve a mi hijo?!

—Lo siento, señor Kang. No tenía idea que era una desconocida.

—Son unos grandes irresponsables. Mi hijo está secuestrado por su culpa.

SungJin sabía que era mejor no meterse, no quería que toda la ira de YoungHyun explotara contra él.

YoungHyun fue hasta los de seguridad.

—Necesito ver las cámaras de seguridad.

—Señor, no creo que eso-

—Me van a mostrar esas malditas cámaras.—la determinación en la voz de YoungHyun era tal que el oficial no volvió a negarse y lo llevó al cuarto donde se encontraban los monitores.

—Papá, ¿qué está pasando?—preguntó MinHo a SungJin, sus ojitos empezando a llenarse de lágrimas, a pesar de no saber con certeza que estaba sucediendo.

—Tranquilo, corazón, todo va a estar bien.

—¿Es por mi culpa?

—No, no, no. ¿Qué dices? Claro que no, no te preocupes, nosotros lo resolveremos.

[...]

—Es un sedán plateado, del 2002 tal vez.

—¿Tienes el número de la placa?

—Lo tengo anotado. Ya se lo dí a la policía. Vamos.

SungJin ayudó a MinHo a subirse a la parte trasera del carro de YoungHyun.

—Tranquilo, MinHo. Vamos a encontrar a ChangBin.—dijo tratando de calmar a su hijo, quien había empezado a llorar.

Subió al asiento del copiloto, a un lado de YoungHyun. Tomó la mano de Kang y lo miró.

—Lo vamos a encontrar.

YoungHyun asintió, dándose esperanzas a sí mismo de que ese día encontraría a su hijo.

—MinHo, si ves a ChangBin no dudes en decirnos, ¿si?—el pequeño asintió en silencio.

YoungHyun arrancó el auto, fue en la dirección que la desconocida había tomado, según las cámaras.

Luego de manejar durante unos cinco minutos -los cuales se sintieron eternos- YoungHyun recibió una llamada.

—Contesta por mi, por favor.—SungJin asintió tomando el dispositivo.

Contestó la llamada, era un oficial de policía.

—¿Lo encontraron?

—Eso creemos. Encontramos el auto en el estacionamiento de la cafetería Candy, pero no hay señales de la mujer o el niño. Seguiremos buscando por la zona.

—Estaremos ahí un momento.—colgó la llamada—Ve a la cafetería Candy, el auto está ahí.

YoungHyun asintió y avanzó. Menos de un minuto después escucharon MinHo.

—¡Lo veo, es ChangBin!

—¿Dónde?

MinHo apuntó hacia el área verde de un parque que solía frecuentar con su tío Chan cuando iba por él a la escuela.

YoungHyun estacionó el auto lo más rápido que pudo y salió de este.

SungJin salió igualmente y ayudó a MinHo a bajar.

—Vamos, MinHo-ya.

Al parecer la policía también los había encontrado, pues igual se dirigían al mismo lugar.

—¡Papá!

En cuanto ChangBin trató de correr hacia YoungHyun, la mujer tomó de su brazo, impidiendo que avanzara.

—¡Suelta a mi hijo!

—¡No es tu hijo!

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