Capitulo 6: Infidelidad

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Capitulo 6

Infidelidad

Sus ojos observan al nadador, su libido se alborota al verle así de preocupado.

-¿Tienes miedo? Gatito- Le pregunta con provocación.

-...- Makoto tira de las esposas una vez más, incapaz de gesticular una palabra.

-No hay de que temer, la puerta está asegurada y tu cuarto priva el sonido al resto de tu departamento- Apoya las manos en el pecho rasguñado de su niño, inclinándose y su busto le roza la piel –Le escribiré de tu teléfono para que se vaya y listo, podremos terminar nuestro asunto- Se muerde el labio inferior, con seducción.

-...- El nadador no es capaz de oponer resistencia. Ella coge el móvil de su chico, escribe el mensaje y lo envía.

Los minutos transcurren y ambos no se mueven ni un segundo de la posición, pero ella esta sedienta de algo más. Pasa sus manos por la nuca del muchacho, desatando lentamente la mordaza. La desliza sin más permitiéndole las palabras.

-Quiero besarte... y deseo que lo hagas como un depravado sexual- Le ordena deslizando su índice por su tabique lentamente, rozándole los labios y finalizando en su mentón. La puerta principal suena otra vez... soledad completa de nuevo.

Una sonrisa lasciva se dibuja en sus labios carmesí y acercándose a su boca le saborea. Lenta y delicadamente, suave y delicioso. Deleitándose con un sabor inigualable, al ritmo de los roces pélvicos. Sincronía sexual. Él relaja un poco sus piernas, dándose comodidad de disfrutar del pecado que cometen, ella prueba con sagacidad de sus labios. Adentra su lengua en la cavidad del nadador, él ya conoce su juego y roza la suya sobre la de ella. Sus miradas se conectan al mismo instante en cuando cierran sus parpados. El acto se profundiza; ella se desliza sobre su cuerpo y él la embiste con violencia.

El gemido que evoca, va lleno de lujuria, cargado de provocación y le penetra con brusquedad una vez más. Dolor a cambio de placer, sus adentros se estremecen al sentir sus roces, cuando la cúspide recorre la sensibilidad de su interior. Su reacción es involuntaria, al alcanzar la cúspide del termostato. Su amante se separa de sus labios arqueando la espalda, echando su cabeza para atrás, algunos mechones de su cabello se adhieren a su rostro a causa del sudor. Un gemido pleno se escapa de sus cuerdas vocales, de entre sus carnosos labios. Él aprieta las esposas con fuerza arqueándose y desatándose dentro de ella... recorriendo húmedamente sus adentros. Ahogando la expresión de la lujuria al apretar sus arcadas, arrugando el entrecejo. Jadeos, estos son lo último que resta y decide soltarle las manos. Deja las esposas resbalarse de la cama al piso y se recuesta del pecho de su nadador.

Recorriendo con sus dígitos su piel, sudada y acalorada. Trazando desde su ombligo, recorriéndole lentamente, cruzando por sus pectorales y ascendiendo por su clavícula hasta su mentón. Exhala y percibe los dedos de su sumiso descender por en medio de su espalda, trazándose por sus vertebras y reposando en su cadera, tomando posesión de su cuerpo. 

Su otra mano domina su rostro, la obliga a alzar la mirada y chocar sus labios contra los suyos. Corresponder sin lugar dudas. Con pasión y descontrol, aun unidos sexualmente y cada movimiento los incita a mas pero, sus cuerpos no tienen fuerzas ya.

A la mañana siguiente

9:25am

Julieta está en el baño femenino acomodándose un poco el cabello, segura del terreno pero, la puerta se abre y sus orbes quedan fijos en quien ha entrado.

Cara de angel... alma de demonio (Makoto Tachibana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora