Capitulo 5: Un toque de perversión para el angelito

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Capitulo 5

Un toque de perversión para el angelito

7:45pm

Makoto esta tumbado en el colchón de su cama, con la mirada absorta en el girar del ventilador de techo de su habitación. Una traviesa gota de sudor se resbala de su torso desnudo, muriendo en su cobertor. Él suspira, el aire tibio que roza sus labios al ser exhalado. Se ha despojado de prendas, tan solo dejándose la ropa interior que poco cubre de sí.

Las hebras de su cabello se adhieren a su frente, a causa de la humedad. La temperatura de su cuerpo sin autorización asciende, provocándole suspiros en medio de los pensamientos que cruzan su mente.

-¿Cómo se sentirá... penetrar en su castidad?- Se saborea los labios, con un deseo pecaminoso marcado en la expresión de su rostro -¿Cómo será si me somete?- Suspira, alucinando en el delirio de la lujuria.

Su mano derecha se desliza por su vientre, cruzando el elástico de su bóxer, adentrándose a erección... la que presiona contra el tejido de su prenda. Cierra los parpados e imagina que sus dedos son los de ella y una expresión de enfermizo placer se escurre de su voz... en un hilo sanguinario y el sudor que humedece su piel.

Las caricias aumentan al ritmo de los precipitados latidos de su corazón. La situación cruza el limite cuando reprime una expresión lasciva, evocando un leve gruñido y arrugando el entre cejo... su celular suena, cortando su disfrute. Dirige la mirada al aparato y aparta su mano de su ingle con rapidez, toma el teléfono y en la pantalla se visualiza una carta. La abre y lee.

“Gatito, mas te vale estar donde te deje esta mañana :3”

Esta escrito, él sonríe cual depravado. Se pone de pie dejando el móvil en la cama, abre el armario, rueda una gaveta y saca un collar de cuero. Se lo coloca en el cuello, engancha una cadena y desliza sus piernas en el pantalón de pijama. Revuelve su pelo con una de sus manos, cierra el closet y se sienta en la alfombra de su alcoba.

Oye la puerta principal ser abierta, seguida de los pasos con tacón por el suelo de madera... su ritmo cardiaco asciende descontrolado. La puerta de su recamara es abierta lentamente.

-Gatito... ¿donde estas?- Le susurra una voz femenina, con seducción. Termina de girar la puerta y su figura se precisa en la habitación del nadador.

Él traga saliva al detallar la vestimenta que viste la misteriosa mujer. Un corset bastante ajustado, que denota su prominente busto y acentúa sus caderas. Una falda a mitad de muslo, de cuero negro y botas de tacón alto. Su melena rojiza esta revuelta y ardiente. Sus labios carnosos teñidos de carmín y sus ojos delineados en negro.

-Entrégamela- Le ordena la mujer y el nadador rueda la cadena por el suelo, sin dirigirle la vista a los ojos.

Ella se inclina, seductora y toma la cadena en sus manos frágiles, aprieta y jala. Las manos del muchacho dan contra el piso de inmediato, ella sonríe y repite la acción obligándole a caminar en esa posición... como un animal.

-Miau- Se escapa un delicado susurro de sus labios, como una dulce petición.

-...- Ella se inclina a él, su busto se denota aun mas –Sabes muy bien que tu inocencia fingida me enloquece- Le dirige las palabras alzándole el mentón al jalar de la cadena, forzándole a obedecerle –Eres mi perfecto sumiso. Tierno, joven, inocente y encantador... lástima que tu oscuro corazón no se vea en tus ojos- Sus labios, sutiles evocan las palabras a él –Aunque, eso es lo que más me encanta de ti. Eres perfecto, tu falsedad es única, tanto que nadie la puede notar... Makoto- Susurra su nombre, con sensualidad –Ahora, obedece a tu dueña- Finalmente se endereza, viéndole ahí –Súbete a la cama y pon las manos sobre tu cabeza- Le ordena, él obedece.

Cara de angel... alma de demonio (Makoto Tachibana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora