Cara de angel... alma de demonio (Makoto Tachibana)

Capitulo 7: El juego de la sumisión

Capitulo 7

El juego de la sumisión

La clase comienza, los alumnos van entrando, uno a uno al aula de clases. Nagisa entra llevando a Gou de la mano, Rin les observa y parece un poco receloso al ver a su hermana con el niño pingüino. Rei se limita a sonreírles apenas. Nagisa se le acerca a Haru, que parece absorto en sus pensamientos.

-Haru-chan, ¿has visto a Mako-chan y Juli-chan?- Le pregunta con cierta preocupación.

-No, no les he visto- Le responde encogiéndose de hombros.

-Gracias- Le contesta y se sienta junto a Gou.

-Oye, pingüinito- Le llama Rin desde atrás y él voltea -Cuídala bien- Le dice.

-La vida inclusive- Le asegura.

-Rin- Susurra Gou viendo a su hermano -Estará bien- Pronuncia y suspira.

-¡Mako-chan, Juli-chan!- Nagisa les ve entrar por la puerta y se levanta de su asiento para recibirlos. Gou no les dirige la mirada.

-No le des el gusto, Gou- Le susurra Rin a sus espaldas.

-Nunca lo hare- Suspira.

-Si eso pasa... le hare pagar- Rin está molesto.

Makoto es un degenerado, uno al que la vida tendrá que cobrarle con creces cada lágrima derramada, y cada suplica de parte de sus ex's novias. Nagisa ingenuo los lleva hasta donde están los demás nadadores. Y todos se sientan pero, Rin y Makoto se mantienen la mirada fija, realmente se percibe la tensión del ambiente.

-N-Nagisa-senpai ¿el fin de semana tendremos práctica en la antigua escuela de Rin-senpai?- El de los lentes intenta cortar la incomodidad.

-Oh si, cierto. Chicos, tenemos la práctica de relevos con los antiguos compañeros de Rin-chan- Comenta el rubio -¿Nos vas a acompañar Haru-chan?- Le pregunta el pingüinito al de pelo azul.

-Quizás- Responde serio.

-Eso no se vale, di SI o NO- Insiste el rubio.

-Tal vez- Pronuncia suspirando.

-...- Nagisa hace un puchero -Di que si, por favor- Tironea de la manga de su camiseta.

-Vale, iré- Afirma soltándose del rubio.

-Yey- Celebra el niño pingüino.

5:45pm

Departamento de Julieta

Makoto no es un niño inocente como todo mundo se ha creado, Julieta ingenua le ha llevado a su departamento y tan pronto ha cerrado la puerta se le ofrecido en bandeja de oro, en sentido figurado. Él le ha cargado y llevado hasta la alcoba, atinándole a la primera puerta y le tumba sobre la cama, cierra la puerta de la habitación y antes de que ella pueda levantarse... ya el nadador le ha sujetado las manos contra el colchón.

-¿Consentirás esto?- Le pregunta, con cierta diversión.

-...- Ella le observa con el rostro completamente ruborizado.

-Dime, Julieta... ¿estás segura de continuar?- Insiste aproximando su rostro al suyo al tiempo que acomoda su cuerpo sobre el suyo.

-¡...!- Ella le aprieta la remera al sentir el roce de su erección por sobre la tela de sus prendas.

-¿Retrocederás ahora?- Le susurra cuando sus labios rozan los suyos.

-No- Dos letras nada mas bastan para que su boca colapse sobre la suya sin dejarle tiempo de darle una explicación de su respuesta, o de a cual pregunta fue dirigida.