Capitulo 3: No hay freno al sentir tus labios

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Capitulo 3

No hay freno al sentir tus labios

-¿Qué sabor poseen tus labios?- Susurra, inaudible e involuntario. 

-¿Por qué siento esto tan delicioso por dentro?- Piensa la joven ya desviándole la mirada. 

Sus ojos batallan por concentrarse en el pequeño felino que tiene en las piernas pero, cuando menos se lo espera algo o mejor dicho alguien esta parada frente a ella. Las gotas de agua le advierten de quien podría ser, sus latidos se precipitan y alza la mirada encontrándose con su mirada, serena y con una pizca de misterio.

-¿Segura que no quieres entrar?- Le pregunta con una sonrisa.

-...- Ella duda –No lo sé- Se le escapan las palabras.

-Ven- Le extiende la mano.

-...- Ella enmudece, baja al felino y le toma de la mano. No hay salida.

-Sígueme- Pronuncia tirando de su mano, poniéndola de pie  y encaminándola a una puerta.

Rin la ve ser seducida, Nagisa nota el semblante del pelirrojo y se le acerca.

-¿Pasa algo? Rin-chan- Le pregunta con cierta curiosidad.

-¿Hmm?- Se sobre salta al oír su voz –N-no, nada- Le responde.

-No te creo. Estas celoso de Makoto ¿cierto?- Le dice bastante infantil.

-¿Yo? ¿Celoso?, para nada- Le contesta muy seguro pero, internamente duda.

-Vale, señor celosin- Se sumerge en el agua sin más. 

Cuando Rin rebusca a la ‘parejita’ estos ya se han desaparecido de su campo visual, suspira y se sacude la cabeza sacándose aquellos pensamientos de la mente. Makoto ha llevado a Julieta a la bodega trasera y estando allí la deja sentarse en una banca mientras él se dirige a una taquilla, la abre y comienza a revisar.

-Espero sea tu talla- Le muestra el bañador y acercándose a ella se lo pone en las manos –Me daré vuelta mientras te cambias- Pronuncia susurrando, un tanto divertido. Se aparta y se da media vuelta, inspirándole confianza o... eso es lo que ella cree.

-Gracias- Susurra, sin respuesta del nadador quien se ha volteado como ha dicho.

Julieta se pone de pie y le da la espalda, incauta de lo que planea Makoto. Ella se siente segura y procede a sacarse la camiseta, con una ligera lentitud mientras se la desabotona... él se gira lentamente y sus ojos quedan absortos en su piel, pálida e inmaculada, como de suave seda a la vista. Anonadado se queda, perplejo y embrujado ante tal belleza. Su cabello chocolate se escurre de entre la tela y descendiendo por su espalda, rozándole la cadera.

-¿Qué tan suave será su piel?- Se pregunta él, en silencio, sin pronunciar palabra alguna.

Ella procede a desquitarse de la falda y él traga saliva al contemplarla, desnudándose en frente de si pero, ella no lo sabe. Sus latidos ascienden, sin freno alguno... es la lujuria que comienza a seducir sus pensamientos. La joven introduce sus piernas en el bañador, el tejido sintético se le oye al rozar sus muslos que se deslizan por los bordes; el muchacho se muerde el labio inferior, a inconsciencia, de solo verla, de contemplarla y de desearla en pleno silencio. 

Un instinto se apodera de sus sentidos, de sus acciones y su ser completamente. Sus pies avanzan a ella cuando esta se cruza los tirantes, al girarse lo primero que siente es la embestida del nadador que le sujeta ambas muñecas a la pared, la inmoviliza, y su mirada penetra en la suya.

-...- Makoto esta absorto en sus orbes, seducido por su cuerpo virginal.

-¿...?- Julieta le mantiene la mirada.

-...- Él la observa un segundo mas, su rostro lentamente se aproxima al de la joven. 

Un roce inesperado de sus labios en los suyos y un impulso eléctrico recorre sus vertebras, acercarse aun mas hasta que, lentamente posa sus labios en estos que vio y deseo al primer vistazo. Sin dudarlo, ni ofrecerle tiempo a ella de asimilar el suceso. Sus labios saborean los suyos a la par de sus parpados que se cierran y su cuerpo se aproxima al de ella, manteniendo el dominio sobre la joven que esta contra la pared. Suavemente, deleitándose con esa esencia adictiva que desprende su boca, devorándola en un beso apasionado, uno que parece no tener fin... ella le ha correspondido, grave error. 

Una mínima separación, que se ensancha en milésimas de tiempo aquietadas en el reloj. Al abrir sus parpados se encuentra con esos ojos inocentes que reflejan lo que su interior siente. Él la observa, sin pronunciarle palabra, solo admirando la expresión que se ha adueñado de su rostro. Se deleita internamente de solo ver sus facciones, anonadadas, sin palabras... la ha tumbado en su red.

-Eres muy dulce- Brotan las palabras de sus labios, en un susurro. El agua se ha secado a medias en su piel... sus hormonas revierten a su sentido común. La tentación lo empuja al abismo sin salida de sus besos -¿Me dejas probarte de nuevo?- Sus orbes penetran a los de ella.

-...- La joven asiente y lentamente percibe en sus labios a los de él, suaves y cálidos, que aprietan los suyos  gentilmente.

Su mano desciende por su brazo, trazando una línea con el índice hasta soltarle y posarla en su cadera, sometiéndola a su autoridad y profundizando el acto. De improvisto adentra su lengua en la cavidad de ella; con una mano le sujeta la muñeca a la pared, y la otra en su cadera para doblegarla a su pretensión. 

Desciende una mano a su muslo, la otra le sigue y de un movimiento la levanta manteniéndola contra la pared. Ella por instinto se sujeta de sus hombros para no caer, él acerca su pecho desnudo al de ella, en el cual se perciben nítidos sus precipitados latidos. Makoto no se permite dejarla ir, no ahora que al fin la ha conseguido poseer como ha deseado desde que la vio en la entrada del colegio. Sus respiraciones se aceleran, las exhalaciones se perciben el uno al otro, sintiéndose en un beso desenfrenado, en un juego lascivo en el que enredan sus lenguas entre sí, aumentando la temperatura sin cordura alguna.

Cuando parece que su disfrute clandestino se apresura a ascender el nivel, la puerta se abre lentamente, seguida de una voz.

-Makoto, Julieta ¿están... aquí?- Los ojos del pelirrojo quedan clavados en la escena, los jóvenes se separan de los labios del otro, y observan al muchacho de melena rojiza. El rostro de Julieta se enciende en un intenso tono carmín y agacha la cabeza; Makoto observa con cierto entrecejo fruncido a Rin.

-...- Julieta se mantiene callada.

-¿Sucede algo?- El nadador atrevido envía la indirecta hacia el pelirrojo.

- Afuera no mucho pero, veo que se divierten aquí dentro- Le responde sonando algo molesto e irritado.

-Bueno- Makoto deja a la joven en el suelo, ya de pie, se separa tomando su chaqueta de uno de los casilleros –Aquí tampoco pasaba nada- Sale del lugar, sin dialogar mas. Pero, le dedica una mirada a Rin, una que le congela las vertebras... una que desprende todo su odio.

-No caigas en la cara de un angel... muchas veces son demonios disfrazados- Se oye la voz de Rin, dirigida a Julieta. La joven alza la vista y se la encuentra pero, no recibe más palabras. Él retrocede y cierra la puerta de nuevo.

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Notas Finales: Bueno, hasta aqui el capitulo!

Se que querian mas pero, yo soy marvada y les corte la escena wuajajajaja

Espero les haya gustado... y, no se olviden comentar, me gustaria conocer su opinion acerca del fic -w-

Saludillos gentesilla del Wattpad; Sean felices *saludo con las manos*

Cara de angel... alma de demonio (Makoto Tachibana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora