Capitulo 4
Infierno... déjame quemarme contigo
Julieta suspira y retrocede un par de pasos, su respiración aun esta agitada y sus latidos precipitados parecen que reventaran su pecho. Su espalda se topa con la pared, sus dedos rozan sus labios y un escalofrío le recorre las vertebras.
-¿Q-que es lo que... acaba de pasar?- Se pregunta, en un inaudible susurro.
Su piel se crispa al recordar lo que sucedió, lo que sus dedos le acariciaron, lo que su piel la estremeció y lo que sus labios la forzaron a sentir. Suspira y toma su uniforme, se acerca a la puerta y toma el pomo, lo gira y abre. Sale, algo nerviosa, indecisa y aturdida. Sus pasos van algo torpes por el suelo, en sus oídos puede escuchar el agua ser agitada por los nadadores.
Se acerca a la valla y los observa, sus orbes por instinto rebuscan al muchacho que hace minutos la hizo dudar de sus principios morales. Solo un segundo basta para que ambos se conecten visualmente, un guiño de su parte provoca un violento rubor que se propaga en todo su rostro... agacha la cabeza y da un paso atrás. Segundos más tarde suspira y se encamina a la piscina, aun sin saber porque lo hace.
No entiende el porqué sus pies la conducen a la piscina, no lo comprende aun, solo se guía por el hechizante tono de sus orbes que con malicia la seducen. Julieta se sienta en el borde solo sumergiendo sus piernas parcialmente, él se acerca y apoya sus palmas en sus rodillas... su piel es tibia aunque este mojada.
-¿Por qué no entras?- Le pregunta, con una ligera curvatura en los labios.
-E-esta fría- Se excusa.
-No lo creo- Él parece divertirse y le saca la lengua.
-...- Ella se mantiene en silencio.
-Solo... tienes que entrar- Asciende ambas manos a su cadera y con esto finalmente la zambulle consigo.
-¡Mako-chan metió a Juli-chan a la piscina!- Se oye la voz de Nagisa.
-No lo hagas- Rin se ha quedado sin habla al ver lo que su compañero ha hecho... al ella emerger del agua en búsqueda de oxigeno se ve estrechada entre los brazos del nadador felino, de inmediato la sangre colorea sus mejillas. La cercanía de ambos es... una experiencia sublime; en su piel, tras el sintético bañador del nadador, ella siente una vez más su erección, que se resiste a separarse de su piel.
-Lo siento... la tentación me supera- Se puede leer en los labios de Makoto, parece afligido en letras pero, su mirada y su sonrisa no inspiran confianza.
Una fracción de segundo y su boca se encuentra con la de ella, uniéndose en un mismo sentir pero, no con la misma intención. Ella cree que es el destino pero, él la ve como su nuevo juguete... solo placer, nada más.
Nagisa se queda boquiabierto, Rei igual y Haru no le presta atención; Rin observa la escena y esas palabras regresan a su memoria.
“No, te equivocas oni-chan... él dice que me ama y que estaremos juntos por siempre” Oyó decir un buen dia de la boca de su hermana pero, días transcurrieron y aquellas letras cambiaron.
“Fui una idiota, perdóname oni-chan. Yo... yo debí de pensarlo pero...” Ahí murió otro corazón que ante la dulzura del Makoto cayo... en un pozo hueco, sin fondo aparente, sin salidas a la vista, excepto una... venganza.
Julieta no es más que su nueva muñeca de la insanidad, una joven ingenua e inocente, incapaz de notar que este trato no es más que su manera de tumbarla en su red. Decenas han caído a sus pies y ella no es la excepción en su juego sin fin.
Sus labios se complementan a los suyos, con un dulce sabor, que va convirtiéndoles en adictos a tal sustancia. Sus manos la acercan a su piel, su cuerpo emana el calor que el suyo disfruta, sus parpados no se atreven a descubrir su mirada. Una unión de sus labios húmedos, fríos y cálidos, suaves y excitantes, turbios y claros. Seguros e indecisos, húmedos y secos, atrevidos y tímidos, justa y pecador, esta es su combinación, el opuesto del otro, esos son.
Un roce inesperado, un apretón improvisto y se ve recargada en la cintura del muchacho felino, no lo ha notado pero, sus piernas se han pasado alrededor de su cadera y su espalda es forzada a estar contra el borde de cerámica. Sin temor a nada, ni a nadie. El nadador carece de inocencia, sus actos lo delatan.
El acto debe concluir y es el apretón de sus arcadas en su labio inferior lo que precede al fin de su conexión. Ella emite un pequeño sonido, sonoro a ambos nada más. Una expresión del mismo libido que vive en lo más profundo de su ser, uno que se ha despertado tras ver sus ojos en la mañana.
-¡Mako-chan, eso fue asqueroso!- Exclama Nagisa bastante asqueado.
-Exhibicionistas sin vergüenza- Le sigue Rin.
-¿Celoso?- Se defiende Makoto, enviándole la indirecta al pelirrojo.
-Argh- Es su reacción –En lo mas mínimo- Sale de la piscina tomando su camiseta –Vigilen a esos perros en celo por mí, chicos ¿vale?- Dirige sus palabras a los demás y se acerca a la puerta para retirarse del lugar. La puerta se abre desde afuera y una melena rojiza se hace presente en el umbral.
-Oni-chan, ¿me acompañas a... clase?- Es ella, la ahora ex-novia del nadador felino. Sus ojos solo se absorben al verlo, abrazando a otra joven... como lo hacía con ella hacía un año.
-¿Gou-chan?- Es Nagisa quien la ve y de inmediato nota su mirada. Sale de la piscina de inmediato -¡Gou-chan!- La sigue cuando esta regresa en sus pasos para alejarse de allí. El rubio le dirige un vistazo al pelirrojo, solo en sus ojos se ve reflejado su odio contra Makoto... odio por las lagrimas de su hermana aquella tarde de verano.
Nagisa la persigue, por un desolado pasillo hasta conseguir cogerle la muñeca y detener su escape. Ella mantiene la cabeza agachada, y lentamente lagrimas gotean al piso grisáceo.
-Gou... ¿estás bien?- Se le acerca un poco.
-...- Ella no menciona palabra.
-Gou-chan ¿estás bien?- Insiste el rubio.
-...- Gou se mantiene callada.
-¿Es por Makoto?- Finalmente le suelta las palabras.
-...- Ella se mantiene en silencio pero, asiente ligeramente.
-Ven aquí- La jala de la muñeca y en fracciones de segundo... sucede, su boca colapsa contra la del aniñado nadador de cabello rubio.
Sus ojos reflejan asombro, su piel se tiñe de un tenue carmesí y sus latidos se disparan ascendiendo. Un segundo y la separación se da entre ambos.
-No llores de nuevo, por un sucio juego como ese ¿vale?- Le mira a los ojos directamente.
-N-Nagisa-kun- Sus ojos se mantienen fijos en los suyos.
-No, no digas nada ahora. Solo quiero que sonrías otra vez, no importa lo que tenga que hacer para ello- Embiste su boca de nuevo, el trato se suaviza y se endulza. Se complementa y corresponde, con una respiración y circulación sincronizada, con una separación inesperada en el paraíso de su tormento –Siempre me has gustado, Kou-chan- Por primera vez le nombra como ella siempre ha insistido –Por eso, no llores- La abraza lentamente, estrechándola entre sus brazos.
-¿Nagisa-kun?- Flotan las letras en sus pensamientos, en silencio y sin dudarlo desliza sus brazos debajo de los suyos, ascendiéndolos por su espalda húmeda y aferrándolo a ella.
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Notas Finales: Bueno, apuesto a que no se esperaban el cierre del capitulo con esta confesion de Nagisa ¿cierto? e-e
Espero les haya gustado el capitulo!
No se olviden de comentar y votar, su opinion es muy valiosa para mi
Saludillos gentesilla del Wattpad; Sean felices *saluda con las manos*
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Cara de angel... alma de demonio (Makoto Tachibana)
Teen FictionMmm... solo algo nuevo que ando probando por mera diversion xD El tipico chico tierno y sensible que ves en el aula de clases, el timido estudiante de la clase pero, cuando entra a su departamento su semblante da un giro brusco y violento, pasando d...