Capitulo 14(Maratón 5/6)

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Diez días, diez días en los que no habíamos tenido tipo de conexión alguna. Ni siquiera había visto fotos de él en las redes sociales, al parecer se había encerrado en su casa y alli se había quedado. Totalmente distinto a mi; yo fui obligada a salir, ir al instituto y procurar tener una vida normal para no alterar a Marine. Ella estaba sorprendida de que Harry no había aparecido en toda la semana y de que no me había quedado hasta tarde hablando por teléfono. Pero de mi boca no saldría ninguna respuesta, yo estaba completamente negada a aceptar la realidad.
Todo se arreglaría, de eso yo estaba segura. En años o meses, o simplemente días, volveríamos a hablar y todo volvería a ser normal. Sus besos, su caricia y su calor volverían a mi rutina. Su matutina sonrisa y su ronca voz a la mañana, sus mensajes y llamados. Cada cosa volvería a su centro, la hermosa rutina que tanto adoraba. El tenía que volver a mí, yo casi lo sentía mío. Al fin y al cabo, yo lo quería y me di cuenta de que de verdad lo hacía. Sentía algo más que atracción, tenía un fuerte sentimiento desarrollado hacia él.
El problema era que si él sentía lo mismo por mí.
Harry era famoso y encantador, las chicas eran totalmente vulnerables a sus encantos. Podría estar con quien quisiera, solamente con sonreír. Pero el, me había elegido, me había adoptado a su vida por casi un mes. O era un gran mentiroso, o yo le atraía demasiado. Y eso que ni siquiera habíamos pasado la raya de largos besos, nunca nos habíamos desvestido o tocado partes delicadas. Solo largos y exóticos besos. Por lo que, Harry debía quedarse junto a mi por alguna razón especial.
Además, no estaba del todo mal no aceptar completamente la realidad. ¿A caso no es mejor vivir en sueños y mundos perfectos, donde todo está bien? ¿O debemos ser tan estúpidos de solo vivir en la aterradora y cruel realidad? Por algo existen los sueños y las realidades paralelas, son el escape del hombre. Y yo estaba negada a aceptar que se había terminado –dolía hasta pensarlo. Había sido solo una pelea, una estúpida pelea que había destruido y causado espantosos sentimientos.
Pero una pelea que se arreglaría, al final.
Era totalmente estúpido pensar que no me arrepentía de haberle dicho todas esas cosas, de no haber dejado que me abrase y me contenga diciéndome que todo estaba bien. Peor aún era que todas esas cosas por las que me preocupaban, ahora no importaban. Mis palabras fueron el doble de destructivas que unas simples fotos con rubias pechugonas; no importa la infidelidad, si no hay sentimiento presente.
Comencé a sentirme aun peor, la cabeza latiéndome con fuerza mientras el profesor de Historia balbuceaba sobre la segunda guerra mundial. Tanto Julio como Caroline- que me había vuelto a hablar- intentaban no tocar el tema, al parecer era evidente que mi mundo se había destruido. Caroline golpeteaba el cuaderno con la punta del lápiz, al ritmo de una vieja canción que no lograba identificar. La habia escuchado otra vez… en la voz de….
“Harry”, pensé.
-Mierda- musite entre dientes, odiándome por nombrarlo.
Caroline me miro algo confundida, sus ojos brillando.
-¿Todo está bien?- pregunto, sabiendo perfectamente cuál era la respuesta.
-Mejor que ayer no me encuentro- conteste, intentando que mi voz no se quebrara- Pero te aseguro que estoy mejor de lo que estaré mañana.
Guardo silencio, asimilando mi respuesta.
-Dicen que el tiempo cura las heridas…-respondió luego de unos segundos.
-Esa frase no aplica en este caso- dije, ya dispuesta a hablar sobre todo lo que estaba sucediendo- Yo estoy mal y la única manera de estar mejor es que el vuelva a mí, por lo que, no me importa el tiempo ni la herida si él no está junto a mí.
-Yo…
-Lo quiero, Caroline- la interrumpí furiosa- Y no sirve mi vida si él no está junto a mí.
-¿Por qué, entonces, no dejas de llorar y haces algo para que todo vuelva a la normalidad?, el tiempo no podrá curar una herida si tú no estás dispuesta a cerrarla. O lo aceptas o has que todo vuelva como antes. Pero no puedes seguir así, no estás viviendo, pareces muerta en vida.
Y esa frase, me partió en más pedazos.

Narra Harry:
Lou cerró la puerta al irse, el silencio volviendo a mi fría casa. Prendí mi teléfono, mirando la pantalla bloqueada; Miércoles, 17.05 horas. Era tan extraño saber que era miércoles y que ella no estaba en mi casa, tomando café con sus galletas de chocolate preferida. La angustia en mi pecho se expandió un poco más al pensar en ella y en sus ojos rojos, rotos en llanto como la última vez que la vi. Sus gritos y balbuceos se repetían en mi cabeza, su última frase torturándome.
¿Cómo había podido dejarla caer? ¿Cómo fui capaz de ser yo mismo su destrucción?
Los últimos diez días las cosas no habían sido peor, las horas pasaban tan lento al no saber de ella. Al no saber si estaba bien, si aun me quería o si me extrañaba. Si yo le hacía falta en su vida o… si ahora se encontraba mejor.
Sentí una punzada de dolor al pensar que me podría haber olvidado.
Yo la quería más que a cualquier otra chica, no me importaba nadie más. Pero ¿cómo iba a oponerme a la idea de que me olvide y todo este bien para ella? ¿Cómo iba a ser tan egoísta de no dejar que se enamore de otros chicos y tenga una vida normal? Después de todo, junto a mí, ella no tendría una vida normal. Los horarios apretados y la falta de privacidad eran algo que ella no tenía porque sufrir.
Nunca faltaron las razones para llamarla y arreglar todo, volver a verla y poder sentir esos bellos labios que tanto adoraba. Pero siempre existieron las razones de dejarla vivir una vida normal, alejarme de ella y dejarla ser feliz. Sentía que moriría al pensar en que conozca a otro muchacho y se enamore… pero me recordaba que ella era libre de hacerlo y que yo no me había opuesto cuando decidió romper.
Me puse de pie, con un fuerte nudo apretándome en la garganta. Camine por la casa vacía, apreciando el silencio y la falta de alegría. Su aroma ya no estaba presente y su risa no retumbaba por las paredes, ahora un silencio doloroso había tomado lugar. Era tan extraño salir del estudio y no ir a su instituto, pasar por su edificio y no verla sentada en las escalinatas esperándome. Sus cosas esparcidas por el coche, los chicos llamándome para que me desconectara un rato de ella y asistiera a las conferencias de prensas. Sus manitos aferradas al café mientras hablaba con Danielle, mirándome de reojo y sonriendo.
Dios… como dolía.
Me encontraba atados de brazos; dos grandes alternativas rondando por mi cabeza. En ambas demostrando que la quería y que su felicidad era mi fin. Pero había algo de lo que estaba seguro; sin ella yo no podría vivir. Yo no podría volver a ser el mismo Harry, si me faltaba la mitad de mi corazón y otra mitad de mi cerebro estaba pensando en ella.
Yo la necesitaba, ¿pero ella a mi?
Y esa era la cuestión, saber si mis sentimientos hacia ella podrán lograr amor o solamente que dolor y sufrimiento. Saber si cada vez que la besaba lograba una conexión más fuerte o creaba una bomba de tiempo. Si le estaba demostrando que ella era toda mi felicidad o si la estaba condenando a encadenarse a mí para siempre… Si enamorarla era salvarla, o quitarle la oportunidad de conocer al amor de su vida.
Yo era consciente que debía arriesgarme. Pero también sabia que no podía hacerle más daño, que su felicidad debía ser mi unico fin. Que cada paso que daría tendría que ser casi perfecto, que no podía hacerla sufrir más.
¿Pero a caso no la estaba haciendo sufrir ya al no arreglar las cosas?

-lu:3

Famous Life (Harry Styles y Tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora