Nos besamos por largo rato, separándonos solamente cuando sentíamos que nuestros pulmones estallarían. La herida del pecho había dejado de latirme y parecía que comenzaba a cicatrizarse, dejando solo un frio recuerdo de largas noches de melancolía. Los largos dedos de Harry recorrían cada centímetro de mi espalda, devolviéndome todo su calor. Había perdido la noción del tiempo, solo me importaba él, lo quería. Lo quería todo.
Nos retiramos y nos dejamos caer sobre el sofá, recosté mi cabeza sobre su pecho:
-No puedo explicar lo mucho que te he extraño, princesa- dijo, colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
-Me he sentido muy sola…- susurre, mirándolo a los ojos- Creí que comenzabas a olvidarte de mi…
Se aparto de mí, mirándome dolido.
-¿Estás hablando en serio?- pregunto, la gravedad de su voz haciendo eco por todo el vestuario.
-Yo…- me quede sin palabras, el dolor se refleja en sus ojos perfectamente. Tal vez no era mi intención hacerle sufrir, pero una parte de mí –demasiada- deseaba que se enojara y me grite cuanto me amaba. Demostrándome que el Harry sobreprotector y cariñoso había vuelto, no quería que sufriera mucho… pero tan solo que tenga en claro lo que había sentido.
Pestañeo.
-Estoy atónito…- dijo, casi en un susurro. Yo no respondí, con tan solo mirarle a sus ojos cristalizados supe que era el monstruo más egoísta y estúpido que existió en la historia del planeta.
Pero, acaso, ¿no había dicho la verdad?
Harry demostró distancia y soledad en estas semanas, ni siquiera se gasto en mandarme un mensaje para corroborar si me encontraba bien. ¿Qué razones me harían pensar que él no se había estaba olvidando de mi? De hecho, podía contar con los dedos de mis manos las razones por las cuales debía mantenerme fiel a la persona que me había estado olvidando. Harry debía admitirlo… quiera o no, las palabras ya están listas.
Aun así, intente arreglar las cosas:
-Mejor no hablemos de eso, pasado pisado…- dije, colocándome sobre él y acercándome para besarle.
Me alejo con brusquedad.
-¿Cómo puedes haber creído que comenzaba a olvidarme de ti?- pregunto, aun dolido por mis palabras. Yo no respondí, me mordí el labio para ocultar el dolor que me causaban sus palabras… Sentí la herida volver a latir- ¿Cómo pudieron unas simple semanas romper tu fe hacia mí?
Mire hacia el suelo, mis labios completamente sellados.
-Se que estuve mal y no sabes lo mucho que me arrepiento haberte dejado sola estas semanas. Pero lo unico que quería era intentar que sigas sin mí, quería ver si aun no era tarde para que intentes vivir una vida normal alejada de flashes y cámaras- busco mis ojos, pero yo desvíe la mirada- Pero esto jamás significo que te dejara de querer, y menos que te olvidara. Tan solo… fue una oportunidad para una nueva vida.
Levante mi mirada, presa de la furia y la confusión.
-Harry… tú… no lo hiciste- dije, tartamudeando, incapaz de pronunciar palabra alguna. Pero había callado por demasiadas horas y necesitaba ser sincera, clara y decirle a Harry todas aquellas cosas que pasaban por mi mente sin que el si quiera sospechara: ¿Cómo fuiste tan…-busque un sinónimo pero no había otras formas de expresarlo- estúpido, de creer que abandonándome me harías más feliz?- No contesto y yo seguí: He de admitir que no estaba segura de lo que sentía, que si de verdad eras tú el chico que ocupaba cada centímetro de mi corazón. ¡Pero eso no te da derecho a quitarme mi momentánea felicidad! -chille, enérgica- Sabias perfectamente que te deseaba, de todas las maneras que me eran posible… Yo no quería a otro, Harry, solo a ti; tus besos, tus caricias, tus palabras y tu sonrisa… Fue tan estúpido tener que separarnos para que me diera cuenta de lo que sentía…
Quiso hablar, pero yo le interrumpí:
-Pero aun así, tú no tienes ningún derecho a decidir sobre mi –dije, fría y firme- ¡Yo no quiero otra vida si tú no estás en ella! ¡No quiero otro chico! ¡Y mucho menos abandonarte por unos simples y estúpidos paparazzis!- sus ojos brillaron, una sonrisa asomándose- ¡Te quiero, Harry! Y…
Me beso, callando todas esas protestas que estaban por salir de mi boca.
Y no me opuse, lo necesitaba. Necesitaba que por primera vez alguien fuera capaz de dejar todas mis inseguridades y pensamientos atrás para hacerme feliz. No quería mas, solo a él, en todos los sentimos permitidos… y en todos los sentidos que yo me animaba. Preferí apagar mis pensamientos y concentrarme en mi –dude un instante- chico que me besaba con pasión, dejando atrás todas esas semanas de tristezas.
La puerta de entrada se abrió de un portazo, ambos nos alejamos de inmediato.
-Oh… yo…- Niall cargaba a Natalie en brazos, la pequeña se cubrió los ojos y el rubio se echo a reír, ocultando su nerviosismo- Lamento interrumpirlos pero Natalie ha insistido.
Acomode mi remera y mis cabellos, poniéndome de pie.
-No te preocupes- le conteste, sonriente- Tan solo… hablábamos.
-Ya, ya, eso quieres- contesto, James- un viejo amigo de la banda- entrando a la habitación echándose a reír- Podía oír los gimoteos de _____ desde la otra habitación- se tiro sobre el sofá, encendiendo la PlayStation- Deberías tener más cuidado, Harry o tu novia será codiciada por un par mas.
-Cierra el pico- gruño Harry, arrojándole un almohadón.
-¿De qué habla?- pregunte, confuso.
-De nada, estupideces- atajo el rizado rápidamente, acomodo los almohadones que habíamos arrojado al suelo.
-Harry- lo llame, firme.
-Gracias, James- contesto odioso, era evidente que Harry no soportaba a James; él era un adolescente, de cabellos teñidos e increíblemente estúpido. Pero el hijo de uno de los productores y nadie podía oponerse a su presencia- Hace unas semanas un muchacho hablo de ti, dijo que eras muy bonita y que quería tu numero… por lo que yo quise informarle, delicadamente, que tu no estabas disponible.
-Define, “delicadamente”- dije, mirándolo fijamente.
-Bueno… yo…
-Le partió la cara- intervino James, sin quitar la vista de su video juego.
-¡Harry!- chille, horrorizada.
-¡El quería conquistarte!- se defendió- ¡Y para que eso suceda, debía pasar por mi antes!- Solté un bufido, Harry era imposible- Por más que en ese momento las cosas entre nosotros no estaban del todo bien… yo no podía permitirme que otro ocupara mi lugar.
Le mire a los ojos, una coqueta sonrisa curvándose en sus labios.
-Eres tan…- Harry se acerco y rodeo mi cadera con sus brazos, pegándome más a él.
-¿Hermoso? ¿Sexy? ¿Inteligente? ¿Valiente?- insinuó, sonriéndome.
-Tonto- conteste, devolviéndole la sonrisa- Sabes que nadie ocupara tu lugar, yo soy solo tuya…
Harry se acerco para besarme.
-¿Les importa? Sigo aquí- dijo, James, interrumpiéndonos.
Claramente, la privacidad no existía para este muchachito. Natalie y Niall habían desaparecido al instante que comenzamos a hablar, dejándonos nuestro momento pero el estúpido de James se había echado en el sofá a jugar sus videojuegos e interrumpir nuestro momento.
Harry me tomo la mano y me condujo fuera de ese vestuario, entramos a la otra sala donde el resto de los chicos se encontraban. Enseguida mis ojos se encontraron con otros ojos cafés que también quería. Danielle se puso de pie al instante y corrió a abrazarme, Harry con cuidado me soltó la mano, temeroso.
-No sabes lo mucho que te he extraño, amiga, parecieron años…- hablo, apretándome más fuerte.
-Pero ya término- conteste, sonriente- Todo ha vuelto a la normalidad.
Ella sonrió y me soltó. Harry volvió a entrelazar nuestros dedos y yo le mire, sonriéndole. Volvía a acostumbrarme a su protección, a su apoyo constante y a su presencia. Pero no podía seguir viviendo en un mundo de perfección; debía llevar a Natalie a casa y seguir con mis duros estudios. Una intensa semana de exámenes se aproximaba.
Me volvió hacia él, con mi pequeña mano le rose la mejilla.
-Debo irme…- susurre- Ya es hora de cenar y Natalie no lo soportara mas…
Ambos nos volteamos y nos encontramos con la pequeña niña recostada sobre el pecho de Niall. Él le peinaba los cabellos mientras ella jugaba concentrada con su colgante en forma de cruz. Liam y Danielle se abrazaban junto a ellos, el amor flotando. Desconocía donde Zayn y Louis se encontraban, tal vez ya habían regresado a casa. Harry, Niall y Liam eran, casi siempre, los últimos en irse de la arena. También estaba Lou presente, hablando con Max disimuladamente.
Pero no me concentre en ellos, solamente en Harry que me miraba fijamente.
-Puedes quedarte un rato mas…- dijo, enredando sus manos detrás de mi cadera- Niall podría cuidar a Natalie un rato mas, sabes que el aprecia los niños…
-Prometí regresar temprano, su madre comenzara a preocuparse- Harry asintió, comprendiendo- Pero… nadie ha dicho que no pueda ir a tu casa a dormir.
El elevo la mirada, sus ojos brillando.
-¿Hablas enserio?- pregunto, emocionado.
-Solo debo hablar con Marine, no creo que le afecte demasiado que me ausente por una noche… Además me he estado comportando demasiado bien las últimas semanas, no he casi salido y necesito una noche fuera.
-Me parece la mejor idea de todas- contesto, dándome un besito- Puedo pasar a recogerte en una hora por tu departamento.
-Perfecto- conteste, volviendo a besarle.
-Te quiero- dijo, en un susurro.
-Yo mas a ti- conteste, firme.
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