Después de unos días de puro nerviosismo, por fin estaba viajando de camino al país del Sol Naciente. Estaba en el avión, compartiendo asiento con dos chicas jóvenes americanas. Por suerte, sabía bastante inglés, así que no era un problema. Ahora ellas estaban ocupadas hablando por el móvil o jugando a algún juego de allí. Yo aproveché el momento para echar una cabezadita.
Después de unas horas, muchas horas... Llegamos por fin a nuestro destino. Me asomé por la ventana para ver el increíble paisaje que se mostraba delante de mis ojos. No me lo podía creer, estaba en Japón, un lugar al que siempre había querido ir desde niña. Aunque los motivos, ya cambiaron, ya que ahora quería experimentar todo lo relacionado con el mundo del porno y demás temas eróticos. Bajé del avión más rápido de lo que lo había hecho nunca. Un hombre con el cartel de mi nombre y vestido como un guardaespaldas, me llevó a un choche de los que parecen limusinas. Me metí dentro y me condujo hasta un hotel que no parecía muy lujoso pero que derrochaba encanto y era acogedor.
Entré y me acerque donde estaba la recepción y le pregunté a la mujer de cabello moreno y unos impresionantes pechos donde estaba mi habitación. Me preguntó por mi nombre. Yuki Samana. Así es como me llamo. Tengo nombre japonés por que mis padre son japoneses, pero nací en España. Soy alta, mido 1'78 y tengo curvas; y como no también tengo mucho pecho como suele ser normal en Japón. De camino hasta mi habitación, no podía apartar la mirada de sus pechos, ya que con cada paso rebotaban tanto que pensé que se saldrían de su camisa muy escotada. Cuando llegamos, me dio la llave y me dijo que explorara la habitación y después bajara para hacer un cuestionario como extranjera. Dejé las maletas en un lado, junto con un armario bastante grande.
Como una niña, me lancé hacia la cama para comprobar la comodidad. Al rebotar, lo que pensé que le pasaría a la recepcionista, me pasó a mi. La camiseta que llevaba también era bastante escotada y uno de mis pechos se salió. Justo en ese momento, la recepcionista volvió. Me reincorporé rápido, pero vi como ella le salía una pequeña risa mientras yo volvía a poner mi pecho dentro de la camiseta. Me dijo que vino para poder hacer el cuestionario. Le dije que ahora bajaría, en 1 minuto estaría ahí.
Bajé para responder las preguntas, aunque algunas, me eran un poco difíciles, como por ejemplo, la razón por la que estaba en Japón. Pero ella me dijo que tenía que responder con sinceridad. Así que puse que estaba allí, por mi gusto con el mundo del porno. Ella sonrió de una forma que daba miedo. E incluso juraría haber visto que tenía la camisa más desabrochada que antes. Cuando terminé de rellenarlo, me levanté y se lo entregué. Lo que no me esperaba era que segundos después de entregarlo, me agarrara de el brazo y me diera un beso. Un beso que tenía mucha lengua. Una de sus manos se poso en uno de mis pechos y con suavidad lo apretó un poco, haciendo que me estremeciera de ese pequeño placer. Mis pezones se endurecieron y sentía como en mi parte intima se daban unos golpecitos. Ya sin fuerzas ni voluntad correspondí el tacto de aquella mujer que tendría los 30 pero no los aparentaba.
Ella soltó la mano con la que estaba agarrando mi muñeca, para meterla en la parte baja de mi falda y escarbando entre mi ropa interior para acariciar dulcemente mi intimidad. Sin querer deje escapar un pequeño gemido que le hizo sonreír mientras nos besábamos. En el momento en el que nuestros labios se separaron, me llevo a una pequeña oficina de la recepción y allí seguimos con lo que estábamos haciendo afuera. Esta vez, fue más intenso; me estiró la camiseta tan fuerte que casi me la rompe, para así sacar mis tetas afuera. Con cada mano en una, las masajeó y dándose cuenta de mis erectos pezones. Relamió sus labios para después atacar uno de ellos. Succionaba, lamía, comía, hacía de todo con mis pezones duros que ya me estaban empezando a doler. Después me volteó para darle la espalda para luego levantarme la falda y bajarme la ropa interior.
Sus manos se apoyaron en mis nalgas y no te como las separaba sintiendo que estaba abriendo mi culo. Enseguida noté como algo húmedo pasaba por mi ranura, que no podía ser otra cosa que su lengua. No paraba de lamerme el culo hasta llegar al coño. En ese punto la hundía y la metía bien al fondo haciendo pequeñas embestidas.
- Si sigues así, me correré - le dije ya que sentía que me iba a venir en cualquier momento.
Volvió a mi culo para lamer mi ano e intentar meter la lengua dentro y para rematar, introdujo dos dedos en mi coño y empezó a penetrarme con ellos y rápidamente.
- Quiero que te corras para mi, escuchar el sonido de tu coño corriéndose a mares y poder probar tus deliciosos fluidos - me dijo cada vez yendo más rápido y añadiendo un dedo más.
Me estaba manoseando una de las tetas y tirándome del pezón que me estaba doliendo de lo duro que lo tenía. No tardé mucho en correrme y hacer un squirt con un buen chorro, haciendo que ella se agachase para tomarlo. Volvió a hacer lo mismo pero al revés. Dos dedos entraron en mi ano y la lengua paseándose por mi coño mojado y entrando para dar pequeñas envestidas.
- Ahora viene lo bueno - dijo llevándome a la mesa de la oficina y tumbándome en ella con las piernas abiertas.
Ella se desnudó y pude ver lo tetona que era, típico de las japonesas. Mientras se subía encima de la mesa veían como colgaban sus tetas casi en mi cara y pude darme cuenta de que sus pezones estaban durísimos. Se sentó encima de mi juntando nuestros coños pero abiertos, y en segundos estaba restregándose con el mío. Ella gemía, yo gemía, no parábamos de gemir y en cuestión de minutos nos corrimos las dos, empapándonos de nuestros flujos.
- Buena chica, ahora dale unas buenas mamadas a estas tetas que están deseando ser comidas - se puso recta para que sus tetas destacaran.
agarré una teta con las dos manos y empecé a darle lamidas a su erecto pezón y succionándolo mientras ella me acariciaba la cabeza. Una mano volvió a mi coño para masturbarlo y notar lo empapado que estaba.
- Me encanta que tengas el coño así de mojado, y me encanta las mamadas que le das a mis tetas. Voy a hacer que te corras una vez más para saciar esa sed que tengo. Voy a hacer que te vengas como una cerda. - En ese mismo momento, metió los dedos, tres nada menos para que tuviera más placer y me corriera más.
Se agachó, me abrió las piernas otra vez y metió los dedos hasta el fondo, sacandome un gemido. Me penetraba muy fuerte pero daba mucho placer. Yo no podía agunatar y empecé a correrme como una loca. Ella bebió y con la otra mano, me agarraba una nalga.
[Tiempo después]
Ya nos vestimos, y me dijo que le gustaría volver a violarme. Que echaría de menos mis tetas y mi coño empapado. Yo todavía estaba flipando. Termine de deshacer la maleta y bajé para irme a hacer un poco de turismo, mientras mi cabeza no dejaba de recordarme esa primera experiencia sexual en este país. Aun sentía como mi coño me palpitaba y mis pezones aun los tenía duros y me dolían un poco.
La que me esperaría, el resto de mis días aquí.
Espero que os haya gustado este primer capitulo. Me ha excitado hacerlo...Espero que ha vosotros también.
(¬‿¬)🔥
Xaooo
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Mi experiencia sexual en Japón
Ficción históricaUn tour probando todo lo que tenga que ver con el sexo... 🔥