Capítulo Dieciocho

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De camino hacía el pueblo, María, ya no pensaba, en lo que dejaba atras, sino, en lo que podría encontrar al llegar. Su hermano le había dicho, que su madre se encontraba mal y que su última voluntad era verla y pasar si ella quería sus últimos días. Su hermano la miraba de reojo para no apartar la vista de la carretera y cada vez que lo hacía era para preguntarte, pero no se atrevía, ya que no le había dicho toda la verdad, su madre no estaba tan grave como para morir, solamente estaba ciega y le aterrorizaba que María no quisiera quedarse con ellos, él no podía hacerse todo el tiempo cargo de su madre,  debia trabajar. A su vez ella también quería imaginarse como reacionaria toda la familia, en el momento en el que supieran que estaba embarazada. Al fin se decidió por preguntarle.

¿ Estás bien, María?

Si, por supuesto.

Como estas tan callada, no se si te agrada la idea de volver a casa.

Hace mucho tiempo que dejo de ser mi casa Pedro.

Pero si quieres, puede volver a serlo.

Ya veremos,  como me acoge el resto de la familia.

Sinceramente no me importa si te aceptan los demás,  yo se que mamá si quiere que estes con ella y yo también. Pese a lo que decidas cuando sepas en la situación que nos encontremos, además si lo prefieres antes de seguir el camino, puedo explicártelo.

No es necesario,  yo también tengo cosas que explicar, así que lo haremos todos, cuando lleguemos al pueblo.

Tras la marcha de María, a Madrid y la boda de esta con Julián. A la madre de María, le había quedado una espinita en el corazón, a ella nunca le había gustado su yerno y en eso estaba de acuerdo con su esposo,  pero nunca le había perdonado este, que no la dejara volver a ver a su hija, a su única hija, porque los demás eran todos chicos. Y después de la muerte de su marido, tuvo la oportunidad de poderse reconciliar con su hija, pero también le engañaron diciendole que era su hija la que no queria saber nada ya de la familia,  desde la muerte de su esposo y las desavenencias con su hija, Francisca había sufrido mucho, tal vez casi más de lo que estaba padeciendo María.

Ya casi estamos en casa ¿ ves aquella cuesta?

Si, si._ muy ilusionada_. Pasandola esta la arboleda, que momentos más buenos pasamos ¿verdad? Me gustaba en primavera cuando empezaban a brotar las hojas ¿te acuerdas cuando intentábamos subirnos para coger los frutos del castaño y que a poco nos envenenamos por que los frutos del castaño de las indias no eran las auténticas castañas, ja,ja, ja que momentos más felices, cuando eramos niños y no como ahora. _ se entristeció.

No te preocupes,  yo te ayudare a lo que sea necesario te lo prometo.

Ya no están los campos sembrados de maiz, hasta en eso ha cambiado la vida.

Es cierto, sabes que los jóvenes no quieren el campo, buscan otros trabajos.

Ya casi hemos llegado ¿no te acuerdas de la casa que compraron papá y mamá verdad?

No, creo que yo ya me había ido a Madrid y todavía seguían en la finca.

Sí, al morir papá y al hacerse cargo Juan de todo a mamá la mando a la casa del pueblo y ellos se quedaron en la finca, mira esa es.

Oh esta un poco descuidada ¿no?

Pero solo por fuera, por dentro la hemos arreglado y parece un palacio.

Su hermano aparco el coche y bajo para sacar del maletero,a ella le extraño que no saliera nadie a revibirlos, eso podría  ser por dos causas o estaban trabajando y vendrían más tarde o por que no estaban de acuerdo con que ella regresara.

Queridos MiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora