Capítulo Trece

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Ese fin de semana, María fue a trabajar al pub, todo fue bien sin alteraciones estaba deseando volver, en realidad, además de ganarse un dinero extra.  Esa noche no entro Gabi,  él la esperaba a fuera, pero no se decidió a llamarla para acompañarla.

El domingo también estuvo allí pero tampoco entro, estaba precupado por si llegaba su ex marido,  no quería que la hiciera daño. Estuvo todo el rato fuera hasta que la vio marcharse con Pablo, los siguió pero solo para asegurarse de que se encontraba bien y llegaban sin ningún problema, dentro de unas horas volveria a ver,  no entendia como podía aguantar ese ritmo de vida.

María llego a su hora, un poco con sueño, pero llego a tiempo, comenzó su trabajo eran casi las diez de la mañana y Gabi  aún no había llegado, ella se conformaba con verle, si el ya no sentía nada, después de haber visto a su ex marido lo entendería, pues tendria que cargar con tres mujeres, dos ahora eran niñas, pero con el tiempo se convertirian en unas preciosas mujeres por que ya lo eran, solo en pensar en sus hijas eso la emocionaba, se sentía feliz, pues estaba deseando salir del trabajo para reunirse con ellas, aunque  a la única que veía era a Marta, sabía que lo que ponia en la pizarra no era solo de ella, Lucía  también la veia a escondidas. ¿ Cuanto deseaba tenerlas y poderlas abrazar un solo momento por pequeño que fuera? Solo un momento y decirles lo mucho que las quería. Un ruido la hizo dejar los pensamientos era Yene que estaba buscándola.

Ah¿ estas aquí?  Te estaba buscando.

Dime Yene que quieres.

¿ Te apetece un café?  Tengo un rato libre como aún no ha venido el señor Gomez.

Vale, ¿ es qué esta enfermo?

Ah, no lo se, pensé que tu lo sabrías.

Yo ¿por que? Tendria que saberlo.

Pues como estais los dos coladitos el uno por el otro.

María sonrojandose_. ¿ tanto se me nota?

He dicho a los dos.

Pero si ni siquiera me mira,  vamos que yo me de cuenta.

Eso es lo que tú te des cuenta,  pero los demás si nos damos cuenta, vaya siempre el interesado es el ultimo en enterarse.

Si, veo que si¿ te apetece tomarte el café conmigo?

Claro que sí. _ se fueron hacia la máquina de café,  en ese instante pasaba por allí Gabi.

Buenos días.

María se le quedo embobada mirando, esta vez el llevaba puesto pantalones vaqueros y una camisa dr rayitas con las mangas arremangadas hasta la mitad del antebrazo, estaba totalmente anonadada  y no sefio cuenta de que no contesto,  Yene se la quedo mirando y la dio un codazo, para que racionara pero era demasiado tarde el casi había  desaparecido.

Ves lo que te digo te quedas clisada cuando lo ves.

¿El no se dara cuenta verdad?

¿ Quién sabe?

Bueno  gracias por el café,  Yene,  vuelvo al trabajo, no vaya a ser  que me despida y esto es lo único que tengo para verlo.

Anda, yo también me voy, que yo si que me juego el puesto.

Cada una se marcho a su puestode trabajo, María pasó por delante del despacho un par de veces pero no se atrevió a entrar no quería dar opción a Yene para más comentarios.

Así fue pasando el resto del día,  ya había terminado y subió al ascensor, alguien detuvo las puertas para poder subir,  era Gabi, él sabía que María  estaba en el y aprovechando que Yene no le veia, salió del despacho para alcanzarla.

Queridos MiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora