¡Hey Hey Haikyuu! [inconclusa]

VI

Viernes, el ultimo día de la semana escolar, el día en el que esta pintoresca pareja almorzaban juntos, que sí, les gustaba pasar el día con sus amigos, pero como toda pareja de adolescentes en sus primeros momentos de relación querían pasar tiempo juntos.

Estudiante: ¡tú, maldito omega repugnante como te atreves a rechazar mi solicitud!

Daichi: ¿Cómo le dijiste imbécil?

Suga: Dai bebé, tranquilo—ese peli plateado se podía ver lo más tranquilo por fuera, pero por dentro quería castrar a ese alfa irrespetuoso— ¿y tú quien mierda eres?

Estudiante: soy el presidente de club de observación.

Suga: ¡oh! ¿hablas de ese asqueroso club que se creó solo para tener a las animadoras cerca? ¡¿acaso crees que soy un idiota?!

Estudiante: —en un arranque de ira toma a Suga del cuello de su uniforme obligándolo a parase de su asiento— te crees mucho ¿no?

Suga: uhg me vale una mierda que seas un alfa.

Daichi decide intervenir pues nadie le pone las manos encima a su pareja, si, sabía muy bien que él era capaz de defenderse solo, pero tampoco se quedaría de brazos cruzados mientras alguien tiene las manos encima de Suga.

Daichi: quítale las manos de encima.

Estudiante: pero si con esos otakus asquerosos ¿no?

Suga: a diferencia tuya esos "otakus asquerosos" si tienen decencia y nos solicitaron para una actividad de verdad.

Estudiante: ¡¿Qué dijiste?!

Suga: ¿aparte de degenerado eres sordo?

Daichi: Suga ya fue suficiente.

Estudiante: ¡ja! Solo eres un omega bueno para nada, solo sirves para ser el adorno de un alfa.

Muchos dirán que Suga fue el que golpeo a ese alfa después de tales declaraciones, pero no, fue su pareja quien lo dejo en el suelo con una nariz rota y la cara irreconocible. Tanta fue la rabia del mayor que desconocidos tuvieron que meterse para evitar que este fuera más lejos.

Ese día quedo muy claro que cualquiera que se metiera con ese omega resultaría peor de lo que se pudieran imaginar.

Suga: ¿Cómo se te ocurre hacer eso?

Daichi: ¿Cómo no hacerlo? Sé que tú te puedes defender por ti mismo, pero nunca dejaría que alguien tocase un solo centímetro de tu piel porque desde que te marque jure que siempre estaría para ti... ¡auch no tan fuerte!

Suga: tengo que curarte ese golpe, idiota.

El ambiente de relajación de un fin de semana sí que alivia a cualquier persona y aún más a los estudiantes de preparatoria quienes se estaban alistando para una peculiar juntada.

Y por peculiar me refiero a quizás un poco muy incómoda.

>llamada éntrate... Yamaguchi<

Hinata: ¡Yamaguchi! ¿Dónde estás?

Yamaguchi: bueno... esto es muy gracioso, resulta que mi hermana tuvo un inconveniente y tengo que cuidar a mi sobrina ¡perdona Hinata!

Hinata: ¡¿qué?! ¿Qué se supone que haga entonces? ya estoy aquí.

Yamaguchi: ¿pasar un lindo día con el chico que te gusta y conocerlo más?

Hinata: eso tenía planeado pero solos... los dos... ah no puedo ¡ya me puse nervioso! ¿y si les digo que tengo que ayudarte?

Yamaguchi: ellos ya saben que no podré ir.

Hinata: oh no...

Yamaguchi: ¿qué paso? ¿estás bien?

Hinata: ahí viene Kageyama...

Yamaguchi: mucha suerte.

>fin de la llamada<

Al peli azul le llamaba la atención que su amigo no estuviera ahí si supuestamente estaba ya en camino al punto de encuentro que pactaron con ese dúo de omegas pero un mensaje en su buzón lo alerto aún mas

-Poste con lentes: no voy, diviértete con la naranja-

Kageyama://ese maldito hijo de puta// hola... Hinata ¿verdad?

Hinata: sip, soy yo. Es un gusto Kageyama-kun

Kageyama: solo Kageyama está bien... bueno ¿Qué te gustaría hacer?

Hinata: ¿karaoke?

Kageyama: es muy temprano, no abrieron aún.

Hinata: mmm... ¿vamos por un café?

Kageyama: acabo de comer ¿tú no?

Hinata: ¡ay tu no quieres hacer nada bakayama!

Kageyama: no me llames bakayama ¡boke!

Hinata: ¡yo te llamo como quiera!

Kageyama: bien, como sea ¿Qué tal un helado?

Hinata: ¡claro siempre quise probar los de yogurt!

Kageyama: ¿no los probaste? Ja, yo lo hice primero

Hinata: ¿así? ¡pues no llegaras primero!

Kageyama: ¿Qué? ¡boke, Hinata, boke! ¡vuelve aquí!

La tarde paso más rápido que lo baños que Tanaka se daba y aunque ellos no lo aceptarían por completo habían amado pasar ese tiempo juntos disfrutando el uno del otro.

Hinata: yo... la pase muy bien

Kageyama: puede que yo también, dame tu teléfono.

Hinata: ¿Qué? ¿para qué?

Kageyama: solo hazlo de una vez—el contrario obedeció algo confundido a esa petición tan extraña—ese es mi número, hablemos.

[¡¡falta poco para meter el cliché divino de san Valentín!!]