VIII.- Amor en el Aire

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Después de esa pequeña charla Derek se sentó al lado del castaño rodeándolo con sus brazos, ninguno decía nada, pero no hacía falta, solo con sentirse se sentían tranquilos y en paz. En algún momento Stiles cayó profundamente dormido sobre Derek logrando que el mayor sonriera con ternura. Cuando Stiles dormía se veía realmente de su edad y no como el alfa que había tenido que madurar antes para que su manada, las personas que amaba fueran felices.

La puerta de la mansión fue abierta dejando ver a Jordan, Deucalion, Mason, Corey, Chris y Melissa, los cuales se vieron ralamente sorprendidos al ver a su alfa con un chico en sus brazos y una ligera sonrisa en su rostro viendo con profundo cariño al menor.

- ¿Derek? – preguntó Deucalion alzando una ceja

- Ellos son nuestros invitados, iré a despertar a los demás – dijo Derek tratando de acomodar al castaño en el sofá, pero se despertó de inmediato viendo a su alrededor con sus orbes carmesí – Eh, tranquilo. Solo te quedaste dormido

- Lo siento – dijo Stiles ignorando a los demás y solo concentrándose en la pequeña sonrisa de su compañero, puede que no se aceptara muy bien a el mismo, pero estaba seguro de que Derek era mucho más de lo que podía pedir, aún así se siente egoísta al querer estar a su lado, por se feliz un momento con alguien que realmente lo entendía y no lo juzgaba

- No te disculpes, iré a despertar a todos. Ellos son los que faltaban

- ¡Sti! – exclamó Melissa acercándose al chico abrazándolo con fuerza

- Hola Mel, es bueno verte de nuevo- dijo Stiles disfrutando del cariño de la mujer

- Los dejo – dijo Derek viendo que su castaño estaba en buenas manos

Cuando la mujer dejó de abrazar a Stiles, el castaño vio a los demás de manera seria y con su porte de alfa.

- Mieczyslaw Jones, uno de los alfas de la manada. Hemos venido a ayudarlos con los cazadores, un gusto

- Deucalion – se presentó el mayor extendiendo su mano hacía el menor

- Escuché muchas cosas de ti, me alegra ver que cediste tu chispa alfa y ahora estás más cuerdo

- La manada Hale sabe como cambiar a las personas

- Jordan Parrish

- El sabueso del infierno, es un gusto. Solo conocí a uno de los tuyos cuando era niño

- Si sirve de algo yo jamás había conocido a un lobo blanco – le dijo el oficial

- Me caes bien, espera a ver mi forma completa, esa sí es impresionante

- Christopher Argent

- Es un gusto contar con los Argent en una manada, Derek tiene mucha suerte. Por cierto, tu hermana cruzo nuestro territorio hace un tiempo. Se fue herida pero aún anda suelta

- Lamento los problemas que haya causado

- No es tu culpa solo que si vuelvo a verla no seré tan compasivo, cuando se fue asesino a un humano de mi manada y eso no lo voy a permitir – dijo con odio

- No interferiré, deberías cobrar venganza por tu miembro de la manada

- Lo haré

Derek bajo en ese momento con las dos manadas detrás de él, de inmediato se colocó al lado de Stiles mientras que Jughead hacía lo mismo con Archie a su lado.

Las presentaciones fueron rápidas y las manadas se llevaban perfecto. Stiles alzó una ceja la ver como Jordan miraba a Kevin y más al ver a Deucalion comerse con la mirada a su mejor amigo.

- Deucalion, te sugiero quitar la mirada de Jason o yo mismo te voy a obligar – le dijo mostrando sus orbes carmesí asustando al beta – Lo mismo va para ti Jordan, si después quieren cortejarlos no tengo ningún problema pero ahora debemos de concentrarnos en el plan y lo que haremos en la luna llena, ustedes no estuvieron hace un rato así que presten atención

Todos notaron la mirada de cariño y admiración en Derek mientras no despegaba la vista del castaño, también se sorprendieron al ver esa pequeña sonrisa adornando su rostro,

Betty sonrió divertido mientras sostenía a Jughead para que no se lanzara contra el Hale.

La mayoría noto que algo había pasado entre los alfas, ahora parecía como si tuvieran una conexión como si se conocieran de ellos además de que no pasaban desapercibidas las miradas de ambos, eran de cariño y devoción. A Jordan y Deucalion les sucedía lo mismo solo que los Jones solo evitaban sus miradas algo incómodos.

Definitivamente el amor estaba en el aire. 

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