"Las promesas se borran con el paso del tiempo" eso es lo que dicen.
Cuatro largos años Jiraiya había buscado a Tsuki, no había logrado si quiera encontrar una pista, pero estaba seguro de que la hallaría.
No había perdido la esperanza, pero tampoco el tiempo, había escrito algunos libros además de haber entrenado mucho.
Cierto día, aquel hombre, tuvo un golpe de suerte.
Literalmente.
—Fíjate por donde caminas— gruñó aquella mujer en cuanto sintió el golpe.
Jiraiya inmediatamente alzó la vista.
—¿Tsuki?
—Jiraiya— reconoció la chica cuando sintió su chakra.
—Cuanto tiempo— hablaron los dos al mismo tiempo.
—¿Que haces aquí?— cuestionó la Senju con ambas mejillas rojas.
Jiraiya estaba igual, carraspeo.
—Yo... Te estuve buscando.
La azabache abrió bien los ojos al sentir las presencias tras Jiraiya, dio un paso atrás.
—Debo de irme.
El peliblanco la tomó del brazo.
—Pero acabamos de encontrarnos.
Tsuki frunció el ceño y se liberó del agarre ajeno, salió corriendo antes de decir.
—Te buscaré luego.
Jiraiya permaneció con una sensación extraña mientras observaba el lugar de donde la Senju había desaparecido.
Había cambiado demasiado con el pasar de los años y eso le había favorecido, sólo esperaba que nada hubiese cambiado tal y como Orochimaru luego de la partida de Tsuki.
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Siento mucho la tardanza, he estado algo ocupada con mis estudios, intentaré actualizar más rápido.