La buena regañada que Tsunade le dio a Tsuki fue bastante larga.
Le reprochó que no volviera antes, que se liara con quien se topara y que ahora tuviese un hijo en camino, pero también aviso que quería ser la madrina aún si ya era la tía.
Lo segundo en realidad era mentira, Tsuki no se metía con cualquiera, en toda su vida solo se acercó a Akane de esa forma y fue por que estaba ebria y Kumo aceptó.
—Solo déjame dormir —mascullo Tsuki con la cabeza colgada de la silla.
—Dormir y una mierda ¿Crees que no estuve preocupada por ti, idiota?
—No le hables así —dijo el peliblanco armandose de valor.
—Tu cállate —le gruñó a Jiraiya.
—Okey —murmuró bajando la cabeza.
Akane ya había sido regañada por Tsunade aún si a penas se conocían, pero ahora era su cuñada no cuñada ¿Cierto?
—Entonces ¿Te harás responsable?
—Me quedaré con el niño que viene en camino, por supuesto que voy a hacerme cargo del beb-
—¿Y Akane que? ¿Solo la dejaras tirada?
—Bah, yo no quiero estar con Tsuki —expresó Kumo —Me gusta su cara y su cuerpo, pero no me cae bien.
—¿Hah?
—Me gusta pero no me cae bien.
Tsunade inhalo profundo.
—Y tú, si estabas sobria ¿Por qué aceptaste acostarte con ella si te cae mal?
—Por qué es físicamente atractiva—respondió —¿Has visto las tetas que tiene? Y su trasero es tan bueno como su cara —argumentó trazando en el aire la forma y tamaño de las cosas que menciono con sus manos para hacerlo más gráfico.
—Bueno, no puedo culparla, haría lo mismo —le apoyó Jiraiya asintiendo.
—¿Ves?
Tsuki tensó su mandíbula y se puso roja.
—Sigo aquí, par de idiotas.
—Ah, si ya sabemos —respondió Kumo.
Tsunade detuvo a Tsuki de darles un buen coscorron a ambos para dárselos ella misma.
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